Una semana después de Año Nuevo - Londres.-Jennie, ya basta.- pido al borde del llanto, puesto que en definitiva sus ocurrencias me causaban mucha gracia, a tal punto de hacerme explotar en grandes carcajadas mientras que esta reía junto a mí por lo contagiosa que resultaba ser mi melódica risa.
Sus hermosos ojos gatunos me observaban con anhelo y puedo jurar que cada vez que esta reía, estos se hacían cada vez más pequeños entre sus enormes mejillas rosadas
-Me duele el vientre, ya no puedo seguir con esto.- pido rendida, casi sin aliento al sujetarla por la cintura al notar que su cuerpo que vence hacia un costado.- Me haré pipí, dios mío.- jadeo entre risas, oyendo la gran carcajada que sale de entre sus labios.
-Esto es más divertido que lo que esperaba.- ríe divertida al acercarse peligrosamente a mis labios.- No creí que un chiste sobre sexo te causara tanta gracia.- ronronea la dulce gatito entre besos.
-No fue el chiste, fue la manera en como lo contaste.- rio al dejar un leve mordisco en sus labios rechonchos.- No puedo creer que de verdad pasemos de haber estado completamente cachondas, a habernos reído como dos maniáticas.
-Lo sé.- jadea, ya que al parecer ella en ningún momento ha detenido sus movimientos.
-De verdad eres increíble.- rio al acomodarme nuevamente sobre la cama, teniendo por supuesto mucho cuidado para no aventar a mi querida prima de la cama.- Ya es hora de ir a desayunar.
-Mmm... Yo ya estoy desayunando.- jadea contra mis labios de la manera más sexy, causando con tan pequeña acción las leves pulsaciones en mi zona sensible.- Hasta sudada hueles bien.- gimotea agitada sin tener control de su errada respiración.- Dios.- susurra, consumida por completo por el deseo y anhelo de tenerme junto a ella de aquella manera.
Con suavidad acepto cada uno de sus besos, jadeando y gimiendo en su boca al sentir lo mojada que me encontraba dada la situación. Yo estaba aún más excitada que ella. Su tacto en definitiva no era extraño para mí, ni mucho menos cada uno de sus besos y sonrisas cuando susurraba lo mucho que había echado de menos el tenernos piel con piel.
Su dulce voz al gemir desesperada por más, sus súplicas acompañadas de un dulce sollozar, sus dulces suspiros y cada bendito respirar que salía de manera agitada de entre sus labios, me hacía perder cada vez más la cordura. Me encontraba sumergida hasta el cuello en ella y eso en cierta parte me atemorizaba.
Era muy extraño el volver a sentir dicho deseo recorriendo cada poro de mi cuerpo, pero sin duda estaba muy agradecida con Jennie por permitirnos esto.
No recuerdo siquiera cómo es que ambas nos controlabamos para no vivir metidas todo el día en la maldita cama, pero suponía que se debía a todo el tiempo que ambas habíamos soportado sin nada de sexo. Siendo honesta, esta situación ahora me causaba mucha gracia, puesto que en el pasado estas dos jovencitas hormonales habían pasado por la misma situación.
Todavía recuerdo la primera vez que ambas decidimos probar de este fruto prohibido y en cuanto pudimos saborear su dulzura y absolutamente toda su lujuría, ambas nos cegamos por completo de todo aquello que nos rodeaba y sólo nos permitinos disfrutar de aquel oscuro momento que nos envolvía. Para entonces ninguna se detuvo a pensar aunque sea por un par de segundos sobre todos las consecuencias que aquello traería más adelante. Nada nos importó, ni siquiera tuvimos pudor o miedo por ser descubiertas.
El momento era solo de nosotras dos y nada ni nadie podía interferir para entonces en cada acción ejecutada de ahí en adelante. Ninguna tuvo idea de lo que hacía, y lo sabía porque a pesar de que yo había leído cientos de libros eróticos, no pude poner en práctica las cosas que ya había leído, puesto que mi cerebro había decidido quedarse en blanco. Sabía que Jennie era totalmente una niña pura e inocente, ya que ella tan siquiera había aprendido a besar y que digamos para ese entonces, ella no lo hacía muy bien.
ESTÁS LEYENDO
In My Head (Lisa y tú) (G!p) (+21)
Fanfiction"Aquí está la cuestión: estás enamorada de la versión de una persona que has creado en tu cabeza, que estás tratando de arreglar pero no puedes. Uh... La única persona que puedes arreglar es a ti misma. Te quiero, esto ha durado demasiado. Ya es suf...