In My Head (Lisa y tú) (G!p) (+21)

Capítulo 32

-Usted señorita Johnson, está embarazada. Muchas felicidades.

-Está embarazada.

-Embarazada.

-Muchas felicidades.

-¡Nooo!- grito agobiada al sentir las pesadas miradas de toda mi familia puestas sobre mí.

Agitada me siento en mi cama, sosteniendo ansiosa la fría sábana contra mi pecho al sentir cuán a prisa latía mi corazón al todavía no asimilar lo que sucedía.

Aturdida doy dos aplausos en tan inmensa oscuridad, creyendo tal vez que todavía me encontraba sumergida dentro de una horrenda pesadilla. Las luces a mi alrededor se encendieron de inmediato, mientras que mi vista se esfuerza en todo momento por mantenerse enfocada en algún objeto al azar dentro de mí solitaria habitación.

Con la respiración entrecortada y los ojos repletos de lágrimas, cubro mis oídos con las palmas de mis manos al todavía oír el retumbar de la voz del Doctor, la cual lograba martirizar a grandes escalas la poca estabilidad que quedaba en mi conciencia.

Siendo presa del pánico golpeo mis oídos una y otra vez al no tolerarlo más, sollozando y maldiciendo entre dientes con el paso de los segundos al creer que enloquecería ya que las voces dentro de mi cabeza no cesarían.

-Basta, por favor.- pido al sentirme al borde del abismo .

Esto era una completa tortura y deseaba que ya se detuviera, de lo contrario acabaría conmigo.

Deseaba con todo mi ser que el ruido se detuviera, pero ni aunque rezara o implorara al cielo por algo de piedad obtendría todo el alivio que necesito.

Me estaba ahogando cada vez más en este enorme estanque, por lo que rendida he de confesar que después de tanto haber luchado contra la corriente, yo ya no quería mantenerme más a flote.

-Muchas felicidades.- dice con tanta alegría, que aquello me hace gritar al asustarme aún más al ver dentro de mi cabeza la enorme sonrisa burlona dibujada en su rostro.

-Detente.- suplico.- Por favor, detente.

-Va a tener un bebé, señorita Johnson.

-¡No, no!- grito una y otra vez, logrando desgarrar mi garganta.- Yo no puedo... No puedo tener bebés.- refuto entre dientes, escuchando como el Doctor ríe a grandes carcajadas por mi respuesta.

Con mi vista completamente borrosa observo confundida todo a mi alrededor, esperando ansiosa a que aquella voz dejara de atormentarme de tal modo. 

Lamentablemente eso nunca sucedió.

-No estoy embarazada.- niego.- No lo estoy, no lo estoy.

-Su prueba a dado positivo, usted será mamá.

-¡No!- lloriqueo.

Sumergida en el mar de mis lágrimas, yergo mi espalda y limpio mis mejillas con rabia y torpeza, sintiendo como mi pecho se comprime adolorido debido a la falta de aire en mis pulmones.

Maldigo y grito ahí entre la nada al sentirme tan miserable. Sollozo y tiemblo al sentirme tan débil y tan cobarde al mismo tiempo al recordar todo aquello que pudiera suceder después.

Esto era demasiado para mí y ya no podía tolerarlo más.

¿Por qué dentro de todas las cosas malas que podían suceder, tuvo que pasar precisamente algo esto?

Era como si mi vida llena de desgracias fuera la villana en mi terrorífico cuento de hadas.

Este maldito problema era esa famosa cereza que le hacía falta a mi horrendo y asqueroso pastel de lodo para terminar de decorarlo.