Capítulo 30

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-Por favor señor, dame un poco de paciencia.- musito al ver de reojo como Regina me vigila cual alcón a su presa desde el umbral de la puerta de mi habitación.

Resignada al saber que ella y Clairo se turnaran para vigilarme durante los siguientes días, trueno mis dedos con brusquedad y sin saber que otra cosa hacer dentro de estas aburridas cuatro paredes me acerco a toda prisa hacia mi mesita de noche para encender una dulce vela aromática de jazmines, la cual sé que con su encantador aroma me relajará más de lo debido y me hará olvidar todo lo sucedido dentro de las últimas 48 horas.

Era eso o beber algunos vasos de whisky, así que preferí mil veces encender aquella vela antes que bajar al bar de mi casa para cometer alguna locura, lo cual me haría obtener a cambio otro castigo por consumir alcohol a espaldas de mis padres.

Dancing in the rain de Draco Rosa se reproduce a todo volumen por los altavoces de mi habitación, por lo que al ritmo de tan sensual melodía me vuelvo hacia mi escritorio y observo detalladamente todas las cosas que se encuentran muy bien organizadas sobre de este, notando como algunos de los lienzos que compré hace algunas semanas todavía no han sido utilizados.

Quizás pintar en estos momentos no sería una mala idea para despejar mi mente. 

Necesitaba relajarme.

Últimamente han sido escasos los días en los que me he visto envuelta en este maravilloso mundo del arte, incluso he de reconocer que he echado de menos tener las manos salpicadas de pintura. Lamentablemente en estos últimos días me he engañado a mí misma al convencerme de que ya no necesitaba más de esta parte de la terapia, y solo por esa tonta razón es que decidí dejar atrás dicha actividad.

Tan ingenua, ¿Verdad?

Sabía que no debía dejar de lado las actividades que me recomendaba mi psicóloga, pero por una mínima de tiempo creí que todo aquello era en vano.

Al menos eso era lo creía al principio de todo esto.

Hani una vez me dijo que me sentiría relajada después de haber realizado cualquier dibujo en el lienzo y por supuesto que ella no mentía al respecto, ya que en más de una oportunidad esto funcionó. Por muy extraño que sonara mi mente y mi vista se enfocaban tanto en los dibujos que hacía, que ya no me daba tiempo de seguir pensando en todas esas cosas negativas que rondaban por mi cabeza.

Sorprendente, ¿No? 

Todo esto antes me parecía tan ridículo y absurdo, ya que Hani me repetía una y otra vez que solo me enfocara en pintar y dibujar. Yo sabía que nada de esto serviría, ya que al escuchar sus parloteos creía que solo me estaba tomando el pelo para seguirle sacando dinero a mi madre, pero ahora heme aquí, intentando seguir sus consejos ya que la torpe señorita parece que en cualquier momento tendrá alguna crisis postraumática que la dejará en cama por al menos una semana.

Estaba segura que nunca antes me había sentido tan ansiosa, no al menos como me sentía ahora. 

Todo se debía al maldito comportamiento de Lisa.

Joder, como la estaba odiando en estos momentos.

Estaba tan enfadada con ella, que ni siquiera he querido contestarle los mensajes. 

¿Qué se creía? 

Un día me promete bajarme la luna y las estrellas y al otro me salpica de mierda hasta la cabeza.

Que le den.

Gruño al recordar lo sucedido esta mañana, y la culpo en todo momento por mi mal humor durante el día. La culpo por todas las lágrimas que han derramado mis ojos, e incluso por todo el hambre que justo ahora comenzaba a sentir. 

In My Head (Lisa y tú) (G!p) (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora