29: Todos tenemos un amor adolescente del que no podemos olvidarnos

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Ah... me los chingué en el cap pasado jaja.

 me los chingué en el cap pasado jaja

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    Miro a Nick alejarse.

    —Christian, te he dicho que no me traigas flores al trabajo.

    Lo regaño tal cual madre.

    —Sé que no te gusta que te distraigan, pero por eso no te las mando a la oficina y mejor te espero a que salgas e irnos juntos.

    Sí, y gracias a su afabilidad estamos justo frente a mi trabajo haciendo el ridículo.

    —Soy alérgica a las flores— miento.

    —¿Qué? No me lo habías dicho.

    —Pues no. por eso no las quiero— se las devuelvo, él las pone en la canasta de su bicicleta.

    —Lo siento mucho, Samantha, pensé que sería un lindo gesto, me siento como un tonto— «Pues lo eres».

    —Sí, sólo, no lo vuelvas a hacer— me acomodo el cabello detrás de la oreja, creo que con el abrupto abraso que me dio me he desacomodado.

    —Están bien— él dice sí a todo lo que yo le diga, es como un perro o un niño, siempre detrás de alguien a cambio de un poco de atención —. Vamos a tu departamento.

    Ya no puedo con esta situación, estoy harta y no importa que tan energético sea en la cama, no puedo soportar un día más la pegajosidad de Christian. Jamás podría salir con él o con alguien como él, si quiera en este momento estoy queriendo salir con alguien .

    —No, Christian, esto tiene que parar.

    —¿Qué?

    —Ya no nos vamos a seguir viendo— me cruzo de brazos, le hablo seriamente para que me ponga atención.

    Abre la boca como con sorpresa —Sí te quieres tomar un tiempo...

    —No un tiempo, es definitivo.

    Parpadea muchas veces en una clara expresión de estarlo tratando de entender todo.

    —¿Por qué quieres terminar conmigo?— se encorva y agita los brazos haciendo esa pregunta.

    Miro al suelo y suspiro —No estoy terminando nada, en un principio ni siquiera salimos.

    —Y si no salimos entonces, ¿qué es todo lo que tenemos?

    —Puedes bajar la voz, por favor.

    Esto es lo único que me faltaba, que todo mi edificio de trabajo presenciara un show hecho por un chico que se ha creado una fantasía él solito.

    —Ven— lo jalo hasta la esquina de la cuadra, al menos no estaremos tan pegados a la puerta principal de mi trabajo —. Tuvimos sexo, nada más.

Lo bueno de NO enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora