Nick
Esa tarde mi familia y yo habíamos regresado de alguna diligencia que habíamos hecho, en fin, desde el auto al volver a casa pude ver a Sam sentada en el escalón frente a la puerta, su bicicleta estaba tirada en el césped. Salí del auto de prisa para verla.
—¡Hey!— saludé con entusiasmo.
—Hola— ella me respondió sin emoción.
Mi madre pasó al lado de Sam para abrir la puerta —Hola, Sam. Esta mañana hice pie, ¿quieres un poco?
—Sí, gracias, Ellie, voy en un minuto.
Ella se apartó para darle paso al resto de mi familia hasta que los dos quedamos solos afuera.
—¿Qué pasa?— pregunté dándome cuenta que algo no iba bien.
—Mis padres volvieron a discutir— se deja caer en el escalón otra vez.
—Lo lamento, Sam— me senté a su lado y le acaricié la espalda.
—Y creo que Val no se da cuenta o finge no hacerlo.
Sus ojos se cristalizaron. No respondí, sentí que ella aún tenía cosas que decir por las que desahogarse.
—¡Y ellos creen que no me doy cuenta! Se encierran en el estudio a pelear y luego bajan al comedor como si nada.
Las lágrimas resbalaron por sus mejillas y ella cubrió su cara avergonzada.
—Ey, no debes preocuparte por cosas de adultos...
—Lo sé, pero no puedo.
—Sh...— la abracé —Vamos a mi cuarto, te subiré pie.
Se apartó las manos de la cara limpiándose los restos del llanto.
—Gracias, Nick.
Yo le sonreí. Eso fue cuando teníamos catorce, pocos meses antes de que su padre falleciera.
—¿Corbata negra o azul?— le pregunto levantando ambas para que las vea.
—Azul, el negro es demasiado formal.
Dejo caer en mi cama la negra y procedo a ponerme la azul. A través de la pantalla veo como Sam estando con solo un sostén arriba y alaciando su cabello con una plancha, estamos en una video llamada previo a la cita, bueno, más bien ella me hizo video llamarla porque yo no sabía qué vestir.
—Enséñame los zapatos — los apunto con la cámara —. Okay, ya estás.
—Bien y aún faltan dos horas— celebro.
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Lo bueno de NO enamorarse
Literatura FemininaNo todos los cuentos son de amor. No todas las princesas esperan a su príncipe azul. No todos los príncipes son perfectos. No todas las villanas son las antagonistas. No todos los cuentos tienen un final feliz... Y Samantha lo aprendió. ~ACTUALIZACI...