No todos los cuentos son de amor.
No todas las princesas esperan a su príncipe azul.
No todos los príncipes son perfectos.
No todas las villanas son las antagonistas.
No todos los cuentos tienen un final feliz...
Y Samantha lo aprendió.
~ACTUALIZACI...
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NICK
—Sigo pensando que le falta piña.
—Que asco— respondo masticando la pizza.
—No es asqueroso, pero que mastiques con la boca abierta sí lo es.
—Sí lo es y también raro, así que no lo digas en frete de alguien más.
—Tonto— me arroja su servilleta de tela a la cara.
Se levanta de la mesa tomando su copa de vino tinto y se va a sentar a la cama. Agarro la botella a la que sólo le queda el fondo de contenido y voy detrás de Sam.
—¿Quieres lo ultimo?— asiente la cabeza y pone su copa frente a mí pero eso no es lo que yo quiero —Haz la cabeza para atrás.
Al principio sus cejas se fruncieron pero después aceptó dejando caer la cabeza y abriendo la boca; vierto el vino observando como algunas gotas se resbalan de sus labios y recorren su cuello. Yo lamo ese cuello para limpiar mi desastre.
—Tengo que confesar algo— le digo.
Algo de lo que no me he podido sacar de la cabeza desde que lo leí.
—¿Qué cosa?
Me aparto de su cuello y la miro desde arriba —No sé si es muy raro, pero... Ese libro que me prestaste, mientras lo leía...
—¿Sí?
—Yo imaginaba... Que los protagonistas éramos tú y yo.
—Nick— se carcajea —, con razón estabas tan caliente en el avión— pasa una mano por mi torso desnudo.
—Hay algo que leí que quiero practicar contigo.
—¿Qué cosa?
—Traigo una corbata en la maleta— le susurro al oído.
—Dios, Nick— dice en un jadeo.
—¿Me dejas usarla contigo?
Me mira a los ojos con un destello de lujuria —Ujumm— asiente.
No lo pienso dos veces para ir por la corbata. Carajá, no lo puedo creer, Sam me va a dejar amordazarla. ¡Me va a dejar amordazarla mientras cogemos!
«No te pongas nervioso».
Sam se acostó y lo me subí arriba de ella.
—Dame las manos— pido.
—Hay un problema.
—¿Cuál?— me preocupo.
—La cama de Haylie— la protagonista —tenía barras, esta no.