11: Viernes Vino

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    Viernes al fin, después de todo este trabajo arduo sólo quiero terminar mis tareas del día, llegar a mi casa y descorchar una botella de vino tinto que ha esperado por mí toda una semana. Camino en paso recto por recepción, el guardia de seguridad me saludad y yo le devuelvo los buenos días. 

    —Espero que traiga sombrilla, señorita, Smith, hoy lloverá.

    —Por desgracia no revisé el reporte del clima— le digo antes de subir al ascensor que muy amablemente él retuvo.

    Se supone que es verano, no debería estar lloviendo, y yo no debería estar protegiendo mi cabello del agua.

    —Buenos días, jefa, tu café, te raje un muffin y mira que hoy no llegué tarde— apenas cruzo el umbral de mi oficina me saluda Simon con orgullo en lo ultimo que dice.

    —¿Es en serio?— pregunto al ver su inusual comportamiento.

    —Sí, am... Finjo que no, pero la verdad te tengo mucho miedo...

    —Como debe de ser— tomo el café y lo pruebo mientras me siento a leer el New Yorker que traía bajo el brazo —. ¿De qué es el muffin?

    —Avena.

    —Bien. De seguro hoy llamará el publicista de Mariah o enviará un email, no sé, pero cuando pase quiero que me avises inmediatamente.

    —Está bien— dijo cerrando la puerta.

    Saco mi agenda de mi bolsa color calipso y reviso mi organización para este fin de semana, no tengo nada que se relacione con la organización de la boda, por lo que creo que Valery está libre.

    "Hola, ¿oye, tienes algo qué hacer ese sábado en la tarde?" le escribo a mi hermana.

    Ayer el chat que estaba teniendo con Dominic terminó con él enviándome a un elegante restaurante de Manhattan; obviamente ninguna mujer decente aceptaría salir con un hombre aún casado, pero yo no soy una mujer decente, entonces acordé reunirme con él a las ocho.

    "Hola, no, ¿por?", me responde Valery, "Tengo una cosa importante y quiero que me ayudes a arreglarme", envío, "Okay, ahí voy a estar", "Gracias, te quiero". Bien, ya tengo todo para mi cita con Dom.

    «Tengo una cita con Dom» Eso es extraño, usualmente no salimos, nos reunimos después de un evento o alguna cosa del trabajo para tener sexo, y no es que eso me moleste, pero creo que nunca hemos salido como tal, solo él y yo, en un lugar público donde la gente pueda vernos en un plan romántico. «Esto de seguro va a estar bueno»

    A las tres, como predije, el asistente de Mariah llamó y agendó una cita para la próxima semana, la entrevista será aquí mismo en mi oficina.

    El resto de la tarde fue tranquila, como se espera de un viernes en donde todos quieren salir antes de sus calvarios llamados "trabajo", almorcé en mi oficina y terminé a tiempo todo lo que faltara para asegurar la impresión de la revista el fin de semana; los artículos y reportajes ya estaban hechos, las fotos ya habían sido tomadas, sólo se necesitaba mi seño para que el jefe diera su aprobación final y así la revista empezara a ser distribuida el lunes.

    A la seis tomo mi bolsa para salir y desgraciadamente el clima no ha mejorado, más bien hay una tormenta afuera y la gente corre para poder refugiarse, si el trafico de la ciudad ya es malo se pone terrible cuando llueve. Tendré que salir con los zapatos cómodos que siempre tengo a la mano, no quiero caerme en la calle por culpa de la lluvia y mis tacones. No tengo abrigo, así que no podré refugiarme de la lluvia con nada más que mi bolsa. «¡Carajo!»

Lo bueno de NO enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora