Llego el día mas esperado de toda mi vida, hoy porfin mi apellido cambiaría y eso me alegraba hasta el alma, me levante de la cama para después tomar una ducha en la bañera, al entrar me sentí tan relajante esperando el momento, esto era nerviosismo tenía mucha fe en que todo saldría perfecto. Habíamos invitado a mucha gente que Leonel conocía mas, la boda seria en un jardín de una quinta especial y la fiesta la celebrariamos todos en un salón bello y romántico.
-¿Estas lista?- pregunto Gin asomándose por el filo de la puerta, yo me hundí mas en la bañera y negué con la cabeza, ella río pues sabía que después de esto tendrían que arreglarme todo el día para estar lista a las cinco de la tarde.
-no quiero, tengo miedo- dije mientras la miraba nerviosa y con ganas de explotar en lágrimas.
-cuando estés lista me avisas, estaré aqui afuera esperándote- dijo, yo asenti y ella cerro lentamente la puerta. No sabía que hacer, nunca antes en mi vida había visto una boda de cercas y ahora yo sería la protagonista del cuento, sentía nauseas, ganas de llorar y meterme entre las sábanas para temblar de miedo, hoy por fin mi vida cambiaría completamente y es algo hermoso pero le tengo miedo a que el se de cuenta de la verdad y ya no me ame como yo lo hago.
Salí del baño envuelta en una toalla mientras con otra me recogía el cabello y ahí se encontraba Gin, veía cada movimiento que hacía, voltee con ella y le Sonreí mientras tomaba unos jeans ajustados, una blusa con estampado del reloj de Inglaterra y unas botas estilo vaquero.
-vas a ir a que te arreglen, no vas a ir a una exposición de vaqueros- dijo riendo, yo la mire y abrí la boca para decir algo pero por lo cual nada salio de ella. Gin se levanto de la cama y camino a mi armario para tomar otra blusa que era un poco más aguada en el estilo y de encaje, yo suspire y mientras ella entraba al armario para tomar una cosa en especial que había comprado hace 1 mes, al estar ya cambiada voltee con Gin y vi que bajo el vestido que usaría en mi noche de bodas, ahora si sentía los nervios hasta la punta de mis cabellos.
-te veras hermosa Ela, estoy muy orgullosa de ti hermosa y antes que nada William llamo y dijo que vendría en unos minutos para acá, quiere hablar contigo- dijo, ella no sabía solo Roy, a si que asenti y la abrace, no quería hablar con William y menos hoy. Después de que Gin y mis primas quien se levantaron después de nosotras menos Roy, ayudaron a meter el vestido a la camioneta de Henley, ya que la de Roy estaba aún en el taller vi que un mini cooper azul con blanco se estacionaba detrás de la camioneta mientras mis primas subían el vestido para que no se arrugara nada.
William bajo del coche mientras yo estaba viendo en dirección a mis primas, venía hacia mi con una rosa color blanca y me quede quieta, desde que supe que le gustaba sabia que venía con otras intenciones a si que me prepare.
-¿podemos hablar en otro lugar más privado?- dijo, yo lo mire incrédula ¿A dónde quería llegar con todo esto?.
- si quieres podemos ir al parque que esta a tres cuadras de aquí- dijo, yo asenti y caminé junto con el, el silencio reinaba era algo incomodo, no podía con esto tenía que acabar ya.
-¿A dónde quieres llegar con todo esto?- dije deteniéndole cuando ya casi estábamos cercas del parque, el suspiro y me miró atentamente mientras yo estaba cruzada de brazos esperando una respuesta.
-el día en que te conocí, sabía perfectamente que no eras Shelsey, cualquiera se podría dar cuenta, ella no es como tú, ella era fría y casi el tiempo de la pasaba criticándonos enfrente de Leonel, al verte me gustaste y mucho, no cabía duda que eras perfecta, pero estas a punto de casarte y con la persona que amas mas en este mundo, solo no quiero que te enojes porque haré algo indebido- dijo mientras se acercaba a mi y me dejaba incomoda, me sentía inquieta, esto no era nada normal.