Capítulo 16

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Maratón 1/5


No quería seguir más tiempo allí, no sabiendo que el imbécil podía regresar para llevarse de malas maneras a Louis. Con cuidado de que nadie los viera, salieron por la puerta de atrás. Harry no había permitido que el castaño volviese a su puesto de trabajo, esa noche no podía soportar tenerlo lejos más tiempo. Cuando salieron, uno de los guardas de seguridad que cuidaba esa puerta preguntó si todo estaba en orden y Harry les dijo que si alguien preguntaba, comentase que Louis había sufrido un mareo y se lo tuvo que llevar a urgencias. A Louis no le pareció mala idea, solo quería largarse de allí. Se sentó en el asiento del copiloto del Porsche, sintiendo por fin el silencio que tanto ansiaba escuchar. Se colocó bien, sintiendo el asiento de cuero en su espalda. Harry subió inmediatamente y arranco rápidamente dirigiéndose a su domicilio. Durante todo el trayecto, su mano no había abandonado la pierna del menor. Quería llegar ya, quería encerrarse con él en su habitación, meterse en la cama, recorrer su cuerpo entero y hacerle sentir seguro.

Y afectivamente así fue, tras cerrar la puerta fueron rápidamente a la habitación. Se encerraron con urgencia y Harry comenzó a desnudar al menor mientras lo besaba. Louis gemía suave, sintiéndose protegido y sin vergüenza de quedar desnudo frente a él. Harry lo trataba con tanto amor y respeto que el acto del sexo no era lo que más placer le daba, sino que sus caricias, sus besos, su forma de tratarle era lo que le volvía completamente loco.

Harry deseaba eliminar cualquier rastro que Christopher había dejado sobre su piel y lo estaba haciendo en profundidad. Lo hicieron incasables veces, parecían no poder parar, no querían separarse ni un milímetro y Louis no podía estar más de acuerdo con eso. Cuando Harry le llenaba de aquella manera tan suave y delicada, como si tuviese miedo a romperle, todos sus complejos e inseguridades desaparecían de su cabeza.

Sentía el amor del rizado, incluso después de su tenso encuentro con Christopher, Harry seguía estando ahí para él.

Eran las cinco de la mañana cuando pararon. Louis estaba apoyado en el pecho del rizado mientras este acariciaba su espalda de arriba abajo.

- Quiero romper con él -dijo interrumpiendo el silencio que los envolvía- Aunque no tenga nada serio con él, quiero romper. Quiero olvidarme de su existencia

- No lo hagas por mi precioso, yo sé perfectamente lo que sientes

- Pero no quiero que la gente piense que eres mi amante o algo parecido -dijo lleno de frustración- Quiero que la gente nos relacione a ti y a mí, no a ese imbécil conmigo

Harry sonrió, era la primera vez que Louis le llamaba imbécil y estaba profundamente orgulloso.

- Creo que esta noche has dejado bien claro lo que hay entre tú y yo

- Si Harry, pero después ha aparecido el de nuevo y todos mis compañeros saben que tenía algo con Christopher. No quiero que piensen que me aprovecho de ti para tener privilegios

- No los tienes -"¿En serio otra mentira, Styles?"

- Si los tengo Harry, ambos lo sabemos -se colocó bien para poder mirarle- No quiero que me pagues tanto

- ¿Qué? -se incorporó ligeramente el rizado- Ni pensarlo, yo te ofrecí esa cantidad

- Y quiero rechazarla

- Pe-Pero Louis, si no cobras eso no podrás irte de tu casa -dijo frustrado

- Podría quedarme aquí

Harry le miro a los ojos, para después sonreír. Así que eso era lo que quería decir. Se relajó y volvió a tumbarse acercando el cuerpo de Louis de nuevo al suyo.

- Podría cocinar, limpiar, hacer todas las tareas de casa...

- ¿Entre ellas también incluye dar placer al dueño?

- Entre ellas -susurró Louis acercándose a sus labios- Incluye tener sexo cada vez que el dueño quiera

Joder, ahí estaba otra vez su pequeño pervertido.

Le encantaba, aparte de la idea de tener sexo diario con Louis, también le encantaba imaginárselo en su casa, con su ropa, en su cama cada noche, cocinando para él, amaneciendo juntos cada día.

- Quiero que vivas aquí -termino diciendo el rizado después de volver a besarse- Pero vas a cobrar bien

- No voy a dejar que me pagues 3.000 € al mes

- 1.500 €

- Harry sigue siendo demasiado

- Soy tu jefe, cobrarás lo que yo quiera

- Supongo que tendré que hacer las maletas

Harry se negó e insistió que al día siguiente irían a comprar todo lo necesario para Louis. No quería llevarle de nuevo a su casa, no sabiendo que la persona en su interior podría manipularle para que se quedase y después volver a golpearle. Louis tampoco insistió demasiado en ir a su casa. No tenía muchas ganas de ver a su familia, solo quería estar con Harry y no pensar en nadie más.

Al día siguiente, por mucho que les desagradase la idea tuvieron que ir a la universidad. Llevaban varios días sin acudir por los problemas que habían surgido, pero era el momento de volver. Fueron juntos en su coche y antes de salir de él, Louis observo como tanto los estudiantes más veteranos como los primerizos entraban en la facultad. Pensó en Harry, él acudía a su último año de universidad, mientras que él solo había superado el primero. Le daba vergüenza que les juzgasen o llegase a meter en problemas al rizado por ello. No le dio tiempo a seguir pensando.

La puerta del copiloto fue abierta y Harry lo sostuvo la mano en el aire. Entraron en la universidad de la mano. Louis se sentía diminuto cuando Harry saludaba a sus compañeros de carrera. El castaño observó a Sarah junto a su taquilla y corrió hasta ella para abrazarle.

- ¡Lou! ¡Dichosos los ojos! -se separó y comenzó a analizarle- ¿Estás bien? ¿Ese mamut te trata bien? -Louis sonrió

- Si, me trata genial y no es un mamut -dijo rodando los ojos

- Al menos no es un imbécil. Mira, aquí viene tu mamut

Se giraron para mirar a Harry que se acercaba a ellos sonriente. Sarah se cruzó de brazos cuando llego a ellos y abrazo a Louis besándole la cabeza.

- Así que ahora eres tú el que se folla a mi amigo...

- ¡Sarah! -regañó Louis

- Espero que no seas como el otro imbécil que lo escondía como si fuese una almorrana -Louis rodó los ojos

- Tú debes de ser Sarah -habló Harry- He odio hablar de ti

- Espero que solo cosas buenas

- Me gusta que te preocupes por Louis, además yo no soy como aquel imbécil -Sarah levanto las cejas- ¿Quién coño querría esconder un Maserati?

Después de decir aquello, Harry sostuvo la cintura del menor pegándole a él y besándole profundamente para que todos los allí presentes los pudieran ver. Cuando se separaron, Sarah tenía una sonrisa en su rostro.

- Louis, me gusta tu mamut

HEAVEN // LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora