Capítulo 14

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La fiesta comenzó. La discoteca pronto se encontraba llena. Jóvenes que disfrutaban de la música y del ambiente. Louis no dejaba de preparar diferentes bebidas. Harry había estado observando las cámaras un buen rato, pero después un socio y amigo llamado Richard, muy importante de su padre, asistió e insistió en ir a charlar con el rizado un buen rato. Se dirigieron hasta uno de los reservados vips, desde el cual Harry no tenía ángulo de visión con el oji azul. Intentó que eso no martirizase su cabeza y simplemente se sentó a disfrutar de una charla animada junto a aquel socio.

Se encontraban sentados en los exclusivos sofás que tenían los reservados manteniendo una divertida charla. De pronto, el socio dirigió su mirada hacia las escaleras. Harry hizo lo mismo, Louis subía lentamente sujetando una bandeja con las bebidas que minutos atrás habían ordenado. Harry sonrió sin poder evitarlo y el castaño le devolvió la sonrisa tímidamente.

- Traigo las bebidas que han pedido -dijo Louis

- Claro -dijo Richard- Déjalas por aquí -sonrió coquetamente

Louis, algo incómodo, se inclinó sobre la mesa para dejar el particular refresco de soda del rizado y el Cosmopolitan que había pedido su acompañante. Antes de irse, les sonrió de nuevo abandonando el reservado. Harry le siguió con la mirada hasta que desapareció, volviendo su mirada de nuevo hacia el socio.

- ¿Nuevo fichaje? -pregunto él

- Sí, estuvo los meses de verano trabajando para nosotros

- Que pena que en verano estuviese en Grecia -dijo de nuevo- Habría sido un placer ver a esa dulzura

- Louis es mi... Nuestro mejor camarero -corrigió- No le gusta relacionar el trabajo con su vida personal -dijo en tono amenazante

- Tranquilo Styles, era un comentario amable hacia tu empleado -remarcó- Está claro que yo no soy su tipo

- ¿De qué hablas? -preguntó extrañado el rizado

- ¿Sabes una cosa Harry? -dijo inclinándose para agarrar su bebida- Si quieres mantener una relación en secreto con tu camarero, debes esforzarte porque sea secreto

Terminó guiñándole el ojo para después sorber la bebida a través de la pajita. Comenzó a decir que era la mejor bebida que jamás nadie le había preparado, como no lo hacía para fastidiar el menor, pero este simplemente rio restándole importancia.

La noche continuaba su cauce, Richard había pedido diferentes copas y se encontraba completamente borracho. Había pedido alguna señorita de compañía, pero Harry creyó que era mejor que le llevasen a su casa. Estaba volviendo tranquilamente a la sala privada cuando su móvil comenzó a sonar. Era Michael, su guardaespaldas.

- Dime Michael

- Señor Styles, creo que tenemos un problema

Y efectivamente, aquel problema tenía nombre, Christopher se había presentado enfurecido a la par que borracho. Intentaba tirar todo el rato del brazo de Louis para que le acompañase a la pista de baile. Bajó con urgencia las escaleras y cuando se aproximó a ellos, Louis rodó los ojos al verle.

- Michael, te dije que no le llamases -dijo girándose hacia el guardaespaldas

- ¿Qué está pasando aquí? -preguntó Harry ligeramente enfadado

- No está pasando nada Harry, puedes volver arriba

- Así que t-tú eres Harry -se le encaró Christopher bastante borracho- Creo que ya nos habíamos visto

- Si, la otra noche en la que también estabas borracho y me tiraste la bebida encima -contestó Harry

- Está borracho Hazz, ignóralo -intentó apaciguar Louis

- ¿Hazz? ¿Qué tipo de apodo es ese? -dijo mofándose Christopher- Parece que estás llamando a tu perro

- Será mejor que te largues antes de montar un espectáculo -susurró el rizado su oído

Pero el deseo de Christopher de llevarse con él al castaño no cesaba. Tiraba urgentemente de su muñeca, intentando sacarle de detrás de la barra. Harry, impaciente, quería ponerle fin a esa situación sin ser demasiado violento, pero no pudo evitarlo. Agarro la mano del rubio que agarraba el brazo de Louis y ejerciendo presión, hizo que lo soltase de inmediato. Louis se frotó su muñeca suavemente, ya que el agarre del rubio había sido demasiado fuerte. Después asintió hacia Harry haciéndole ver que estaba bien.

- Lárgate -repitió de nuevo Harry

- ¿Y si no quiero que? He pagado mi entrada, tengo derecho a estar aquí

- No cuando estás molestando a mi empleado

- Créeme, no es la primera vez que follamos en tu discoteca sin que nadie se entere

Y aquello fue la gota que colmo el vaso. Harry le propinó un puñetazo en toda la nariz. Louis se asustó cuando la sangre comenzó a brotar de su nariz, pero por alguna extraña circunstancia no hizo nada para evitarlo. Se quedó tras la barra observando cómo, esta vez, Chris, era el que intentaba pegar de vuelta a Harry, pero iba tan borracho que apenas se mantenía en pie después del golpe. De inmediato, dos guardas de la discoteca se aproximaron hacia ellos para llevarse al más mayor. Harry bufo, echándose el cabello hacia atrás, mientras se colocaba bien su ropa y observaba como echaban por la puerta trasera a Christopher. Se sentía aliviado, llevaba mucho tiempo queriendo golpear al imbécil.

Observó a Louis que seguía parado en su sitio sujetándose la muñeca. No sabía como leer su expresión, aunque no le hizo falta. El castaño salió de detrás de la barra acercándose a él. Harry se esperaba alguna bofetada de su parte, pero el menor únicamente lo besó.

Si, lo besó.

Delante de toda la discoteca, lo besó.

Delante de todos sus compañeros, lo besó.

Delante de sus guardaespaldas, lo besó.

Se separaron al cabo de unos segundos, Harry aún mantenía sus manos en su estrecha cintura.

- Gracias -susurró Louis- Aunque lo tenía controlado

- No lo dudo precioso -respondió sonriendo- Pero quería darle su merecido

Louis observó como todo el mundo le observaba, no había sido consciente hasta ese momento que había besado a Harry delante de todos los allí presentes. Agachó la cabeza y volvió tras la barra intentando esconder la sonrisita nerviosa que tenía en su rostro. Harry se mordió el labio al ver aquella inocencia que emanaba de su sonrisa. Se apoyó en la barra, sostuvo su barbilla e hizo que la levantase para después plantarle otro beso en los labios. Esta vez fue un poco más allá porque sus lenguas se cruzaron de nuevo. Dio un beso suave antes de separarse y guiñarle el ojo para después volver por donde había venido.

Disimuladamente, el oji azul miro a sus compañeros, los cuales le sonreían o aún se encontraban boquiabiertos tras el gesto de amor entre ambos. Algunos jóvenes también le observaban, quería hundir la cabeza en la tierra, pero aun así se sentía más vivo que nunca.

HEAVEN // LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora