Capítulo 9

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El Porsche Cayenne se detuvo pegando un derrape. Tan pronto como frenó, Louis se subió en él, observando como su padre se dirigía hacia ellos enfadado. Su madre, tras su marido, intentaba detenerle sosteniéndole del brazo. El castaño nunca se había sentido así de ridiculizado, su padre nunca se había atrevido a ponerle una mano encima. Harry parecía esperar instrucciones, ya que no había movido su vehículo desde que Louis había ingresado en él.

- Por favor arranca -suplicó el oji azul

Y Harry hizo exactamente lo que le pidió. Antes de que su padre llegase a ellos, el rizado ya había arrancado dispuesto a abandonar la calle. Se dirigieron hacia la universidad.

Louis no había pronunciado palabra en todo el trayecto y a Harry le picaban las manos cada vez que Louis a su lado se deshacía de las lágrimas. Él quería quitárselas, agarrarle la barbilla y prometerle que todo iba a ir bien. "Haz caso a tu padre Harry, este chico tiene novio" le decía su corazón. "A mí que mierdas me hace falta saber que tiene novio. Me ha llamado a mí, no a ese idiota" dijo su conciencia.

Le miro de reojo una vez más, esta vez no pudo evitar hablarle.

- Me gustaría saber que ha pasado

Harry le inspeccionó bien cuando le miro, apenas había tenido tiempo con todas la adrenalina. Pudo observar una zona roja en su mejilla izquierda, con la silueta de unos dedos grabados. "Dime Louis que ese animal no te ha puesto la mano encima". Pero el oji azul volvió a llorar ocultando su rostro entre sus manos. Harry no pudo evitarlo, paro de mala manera en doble fila para mirarle de nuevo detenidamente. Louis se sobresaltó cuando sintió el frenazo del vehículo. Sintió las manos del rizado por su cara, haciendo que le mirase a los ojos.

- ¿Ese idiota te ha hecho esto? -Louis asintió- No me lo puedo creer

Louis giró su cabeza de nuevo. Se sentía realmente mal, se sentía avergonzado. Su padre le había expuesto a niveles insospechados porque seguramente todo el mundo le estaría observando aquella mañana por su notorio golpe en la mejilla. El rizado, está vez, intento ser más cauteloso y de nuevo hizo que sus miradas se juntasen.

- Cuéntame qué ha pasado, no vamos a ir a la universidad hasta que estés listo

Louis frotó sus brazos, no tenía frío, pero en la calle llovía y su mejilla le ardía como el infierno. El golpe de su padre no le había golpeado solo la cara, le había golpeado el orgullo, la imagen leal que tenía sobre su padre, el significado de amor que nunca había dudado que se tenían. Todo, absolutamente todo, había sido borrado con aquel golpe. Su madre no habló, no hizo nada por defenderle cuando aquel energúmeno le gritaba improperios, por lo que ella también le había defraudado.

Miro a su alrededor, no quería ir a la universidad, pero tampoco quería volver a su casa. Observó de nuevo a su acompañante que parecía más nervioso que él.

- Podemos ir a un sitio más... -empezó Louis dubitativo- ¿Más seguro?

Su padre se sabía de sobra el camino a la universidad, le daba pánico que este fuese a volver para abofetearle frente a todo el campus. Harry supo lo que quería, así que arrancó de inmediato. No lo llevaría a Heaven, ni a casa de su padre, lo llevaría a su casa.

Louis no conocía aquel camino, durante todo el rato creyó que terminarían en la discoteca, pero no fue así. Terminaron frente a un edificio, un tanto antiguo, en un barrio cercano al suyo. Salieron rápidamente hacia el interior de este, ya que no paraba de llover en el exterior. Subieron la escaleras hasta el quinto piso, Louis no sabía dónde estaba. Harry saco las llaves del bolsillo y las metió en la cerradura. Se había acordado que había dejado todos los platos de la noche anterior sin lavar, que el salón estaría todo revuelto y que su frigorífico daría bastante pena.

Entraron y Louis respiro aquel aroma que desprendía cada tela de la casa, observó el fregadero lleno de platos y sonrió. La gran tele de plasma frente a dos sillones captó su atención de inmediato. Sonrió avergonzado hacia Harry, que intentaba recoger todo rápidamente.

- ¿Dónde me has traído? -preguntó el castaño captando su atención

- Oh -se giró Harry hacia el- Bueno, esta es mi casa -Louis se quedó boquiabierto

- ¿Tú-tú casa? Pero si tienes diecinueve años

- Bueno -sonrió Harry- En realidad tengo veintiuno -Louis se extrañó- Tengo varias asignaturas atrasadas que me deje para años posteriores, por eso coincidimos en algunas clases

- Ya decía yo que no me sonaba haberte visto mucho en la universidad -dijo sonriendo- Es muy bonita, muy acogedora

Louis sonrió, se giró de nuevo hacia la tele de plasma que tenía una consola debajo, con un mando enchufado junto a una caja de pizza. Se miraron y el castaño se encaminó hacia ella.

- Creo que acabo de descubrir tu plan de anoche

- Si -sonrió Harry acercándose- Esto... Louis... ¿Puedes contarme, ya que ha pasado?

La expresión del castaño cambio radicalmente. Por un minuto se le había olvidado el por qué estaba en esa casa. Se frotó de nuevo los brazos sintiendo un frío inexistente, pero se sentía desprotegido. Si propio padre le había puesto una mano encima. Harry pareció notar su estado, por lo que se apresuró a él lo más rápido posible. Louis inclinó la cabeza para mirarlo mejor. Su mirada le daba el calor que necesitaba y le reconfortaba. El rizado le sostuvo de los hombros esperando a que hablara.

- Les he contado que voy a trabajar en Heaven, pensé que se alegrarían porque lo que me vas a pagar es desmesurado y me hace posible lo que quiero lograr, pero no ha sido así

Se tomó unos segundos para continuar, Harry se separó un poco para que se sintiese cómodo.

- Mi padre ha creído que mi trabajo era de gigoló -comenzó a llorar- Que iba a trabajar como un puto de discoteca, que me iban a manosear y follar con tal de ganar dinero

Harry tragó saliva audiblemente, ni en sus más remotos pensamientos cabía la idea de Louis trabajando como gigoló. Nunca iba a permitir que nadie le viese de esa manera, si cabía la posibilidad solo lo iba a hacer él.

- He intentado explicarle que no era así -continuo el castaño- Pero me ha abofeteado en la mejilla. Él nunca me ha puesto una mano encima ni me ha hablado de esas maneras. Mi madre no ha hecho nada para evitarlo. Su mirada me juzgaba igual que la de mi padre

Su llanto se hizo más fuerte y Harry finalmente lo pegó a su cuerpo abrazándole. Louis sintió aquel calor que llevaba minutos deseando sentir. Los brazos del rizado abarcaban toda su espalda, mientras que él se sujetaba de sus hombros. Lloraba en su cuello sintiendo las caricias del mayor sujetándole. Hacía demasiado tiempo que nadie le abrazaba de esa manera, queriendo protegerle contra quién se pusiese delante.

HEAVEN // LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora