Hoseok soltó una risita. Era una situación esencialmente extraña, además, ver lo rojo y avergonzado que se encontraba Yoon por su propio comentario le producía una sensación cálida en el corazón que se convertía en risas al salir.
― ¿Por qué te pones rojo Yoongi? ― Las risas se apoderaron de su voz.
El mayor no entendía. ¿Qué era tan gracioso?, era la verdad, en dos años, solo había salido para el trabajo, la universidad, y ocasionalmente, con Jungkook a donde fuera.
No lo comprendía, sin embargo, en unos pocos segundos la risa de Hoseok se le había contagiado, haciendo reír de vuelta al menor.
Ambos inundaban el silencioso vecindario con sus risas, hacían eco en el barranco y volvían a ellos tan rápido como habían salido.
Pasaron apenas unos minutos hasta que ambos por fin habían vuelto en sí mismos.
― Tienes una risa contagiosa.
Yoon sonrió con simpleza y miró hacia la ciudad, de paso sentándose en el pasto, Hoseok hizo lo mismo.
Esta vez, estuvieron en un silencio cómodo. Admirando la ciudad.
El corazón de Yoongi casi se sale de su pecho al confesarse.
― ...Nunca me lo habían dicho.
― ¿Mm? ― Le vio con curiosidad.
― Supongo que no me río mucho. ― Era algo que le habían reclamado desde su niñez.
― Eso la hace más especial, es bonita ― El menor siguió mirando hacia la ciudad. Esta vez, Yoongi lo miraba a él.
"¿Bonito?", "¿especial?" ¿para describirlo a él? ¿Min Yoongi bonito?. Antes le habían llamado guapo, pero no de esa manera.
Hoseok volteó una vez más hacia él, descubriendo que este le estaba mirando. Ambos desviaron la mirada avergonzados. No duró mucho, ya que el menor se había vuelto a acercar.
Sin pedir permiso, este se acercó su cara a la de Yoongi, entrecerrando un poco los ojos, tratando de detallar al gatito frente el. Se estaba poniendo nervioso, así que, sin permiso, empezó a detallar la cara de este también.
¿Por qué parecía la encarnación de las cosas más bonitas de la tierra?
― Tú cara sigue roja. ― Habló sacándolo de sus pensamientos. Tenía la voz algo ronca por temperatura que seguía bajando entre más anochecía.
― La tuya también.
Era cierto, pero debía ser por el frío ¿no?.
No, Jung Hoseok había notado de algún modo con la tenue iluminación de la ciudad, que el rostro de Yoongi se sonrojaba más con el pasar del tiempo en ese lugar. Se puso rojo hasta la punta de las orejas cuando descubrió que el mayor también le estaba detallando el rostro.
― Sí, pero tú estás enfermo. ― Tartamudeó un poco al hablar.
― Solo un poco
Ambos se miraron sin decir mucho por unos segundos más hasta que Bambi se alejó de a poco y levantó del piso para ofrecerle la mano a este. Yoongi había estado detallando sus labios.
― Será mejor que volvamos, no quiero que empeores.
― Estaré bien, mamá― Dijo con burla, haciendo que se sonrojara aún más. Tomó su mano y con su ayuda, se levantó.
Ambos caminaron a casa de Yoongi, quedaron frente a la puerta en silencio. Ambos se miraban con curiosidad una vez más.
Había sido la primera vez en mucho tiempo para Yoon que estaba a solas con alguien nuevo y no se sentía incómodo. Separó sus labios para decir algo.
― Oye, Bambi ― Se aclaró la garganta. ― Gracias por enseñarme la ciudad.
El menor sonrió lleno de ternura.
― De nada, Hyung.
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Winter Rose
RomanceMin Yoongi trabaja de medio tiempo en un supermercado, sin falta alguna, cada miércoles al medio día, un chico con el cabello rojizo compra una rosa en la caja número seis, su caja. Un poco angst. Espero que lo disfruten.