Min Yoongi no era el mejor cocinando, pero podía mantener una cocina fuera de incendios gracias a las enseñanzas de su madre. Estaba preparando algo ligero para que su invitado más recurrente pudiera cenar algo antes de volver a casa. Ese chico le preocupaba más de lo que había imaginado.
Si él amaba dormir, no podía imaginar cómo es que Hoseok casi que evitaba la propia palabra. Aquello debía cambiar.
― Buenos días... ― Saludó somnoliento el menor de ambos saliendo de la habitación con el cabello desordenado ahora sin su uniforme puesto, nada más los pantalones, pues la camisa le producía algo de calor por lo que ahora traía una camiseta negra, cortesía de Min Yoongi.
― Apenas anocheció, Hobi. ― Sonrió y terminó de servir dos platos en la pequeña mesa frente al televisor. ― Dormiste muy profundo.
― Creo que necesito compañía, desperté abrazando tú almohada ― Aún tenía los ojos algo entrecerrados por la luz del techo que lo cegaba al no estar acostumbrado a esta aún, sus labios formaban un pequeño puchero. Yoongi rio.
Encendieron el televisor y comieron atentos a este, hablando de vez en cuando entre algunas risas.
Yoon se levantó en cuanto ambos terminaron, recogió los platos y fue a su habitación para buscar algo. Hoseok sospechaba que era, aún así no dijo nada cuando vio un bulto en el bolsillo de Yoon.
― Voy a salir un segundo ― Avisó mientras se ponía los zapatos y abría la puerta. Volteó un segundo para recibir la aprobación del menor, quién solo asintió con la cabeza.
Subió las escaleras internas del edificio hasta la terraza, y ahí mismo, se sentó en el borde y accionó un par de veces el encendedor negro antes de quemar la punta de su cigarrillo.
Miró la ciudad inundada de luces artificiales. Daegu era más grande de lo que recordaba. Unas palabras en las que hacía meses no dejaba de pensar invadieron su cabeza.
Aquella noche en la que Daegu se inundaba de nieve, yacía en su pecho un venado indefenso "Mi madre está en el hospital... tuvimos un accidente pero solo yo salí herido..." "ella... ella está..."
Apenas se había consumido la punta del cigarro cuando unos brazos rodearon su torso.
No se sorprendió.
― La última vez que hice esto me golpeaste en el estómago ― Habló escondiendo su cara en el cuello de Yoongi.
― Ya te dije que pensé que eras un criminal, tenía que defenderme. ― Sus ánimos volvieron a subir.
Ambos rieron unos segundos. Yoon aplastó la punta del cigarro contra el ladrillo de la terraza.
― ¿Quieres dormir un poco más?
― Tengo que estudiar...― Hoseok seguía escondiéndose de su mirada.
― Podrías descansar por hoy...― Ya conocía la respuesta a eso.
― Estamos por acabar el semestre... y... ahora no puedo descuidarme Yoonnie...
Es solo un día. Pensó Yoongi, sin embargo, no dijo nada. Ya sabía lo que era estar en la posición de Hoseok, no debía insistir más.
El pelinegro tomó la mano de este para llamar su atención.
― Oye... Yo también estoy por terminar y mi trabajo final será una presentación... ¿te gustaría ir? ― Aquellos ojos de Bambi se iluminaron tanto que Yoongi casi se sentía como si estuviera mirando directamente al sol.
― ¡Claro que sí!
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Winter Rose
RomanceMin Yoongi trabaja de medio tiempo en un supermercado, sin falta alguna, cada miércoles al medio día, un chico con el cabello rojizo compra una rosa en la caja número seis, su caja. Un poco angst. Espero que lo disfruten.