48

54 7 1
                                    


Kim Taehyung era el mejor amigo de Jung Hoseok desde que tenía memoria, compartían recuerdos borrosos de ser bañados y alimentados juntos, sus madres siempre habían sido amigas desde entonces, recordaban salir a jugar en el patio del otro y estudiar en jardines conjuntos. Pero, al crecer, las cosas fueron diferentes, Taehyung empezó a hablar con chicas y Hoseok... Hoseok solo quería bailar junto a Tae y graduarse siendo de los mejores estudiantes. No tenía tiempo para novios. 

Pero Taehyung si. Siempre parecía tan equilibrado ante los ojos de Hoseok, ser de los mejores estudiantes, sacar buenas notas, el grupo de baile, su novia y su familia, Jung Hoseok no podía entender como era que Kim Taehyung era el chico perfecto. 

Hasta que entendió que no lo era. La noche en que a su casa habían llamado los padres de Tae desde el hospital, no sabían que era lo que le sucedía. De repente se había desmayado y los doctores se lo habían llevado para aplicarle cuantas cosas pudieron. Hoseok había llegado casi muerto al hospital, corriendo desde su casa había sido la distancia más grande que corrió, entonces, solo era un chico de diecisiete años que no tenía como conducir un auto. Ver Taehyung con miles de marcas en sus delgados brazos (gracias a las inyecciones e intravenosas), sus normalmente rosas labios de un pálido morado y con ojeras bajo sus tiernos ojos fue uno de los peores golpes que la vida pudo darle a Jung Hoseok. Pero fue fuerte, solo porque aquél niño de sonrisa cuadrada era no su mejor amigo, sino su hermano. 

Tae recordaba haber recobrado la conciencia en una habitación doble dividida solo por una cortina. En un sillón a su izquierda estaban sus padres durmiendo, en la derecha, Hoseok descansaba su cabeza en el hombro de su madre. Tras despertar, Hoseok se aferró al torso de Tae pidiendo perdón por no haberlo cuidado mejor, por no haber sido un mejor amigo y por no haber sido un mejor hermano mayor. Tae aún no tenía fuerza, pero no la necesitó para decirle a Hoseok que era el mejor amigo y hermano que podía tener. Y aún así se sentía culpable por haberlo hecho llorar tomando sus manos. 

Kim Taehyung nunca olvidaría como cada día, Hoseok entraba a su cuarto de hospital después de las clases y le ayudaba con sus apuntes. A veces de leía poemas y otras le cantaba mientras acariciaba su cabeza hasta que se dormía. 

Todo aquello se quedaría en su corazón para siempre.

Así mismo, fue Kim Taehyung el primer contacto de emergencia dentro de Daegu al que llamaron cuando Hoseok tuvo el accidente.

Esa vez, las lágrimas le llenaron los ojos volviendo su visión borrosa al punto en el que tuvo que estacionarse a un lado de la carretera camino al hospital porque no podía resistir la rabia que sentía. Taehyung fue guiado hasta la sala de espera, en donde esperó horas hasta que tuvo una noticia de Hoseok y su madre. 

― El auto impacto del lado del acompañante, el conductor recibió daños graves, pero la mujer... es posible que no despierte. 

Taehyung solo podía seguir recibiendo malas noticias.

Hoseok se había roto la muñeca, los fragmentos de vidrio le abrieron heridas profundas en la piel, algunos incluso tuvieron que extraerlos quirúrgicamente, también recibió un golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente unos minutos hasta que llegó la ambulancia, ese fue el reporte que le dieron a Tae. 

Al despertar Hoseok, Taehyung volvió a verle llorar desde aquella vez, pero ahora no era su culpa, se sentía tan inútil... tan culpable.

Intentó hacer los mismo que Hoseok a el, cada día le leía algo, cada día le cantaba, cada día le insistía en que debía descansar antes de volver a clases, cada día le besaba la frente y le hacía saber cuanto lo amaba. 

Hoseok no dejaba de amar a Kim Taehyung, y se sentía tan feliz por el, a veces incluso le contaba de su nuevo novio y como este cantaba precioso, también de como este lo llevó hasta un pequeño supermercado solo para conocer a su amigo. 

Tae sabía que había sido el único apoyo de Hoseok durante todo ese tiempo. Lo que Taehyung no sabía, era que había sido una luz para el mayor durante todo ese tiempo, y le había ayudado a encontrar su propia luz.


Winter RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora