16

60 9 0
                                    



Después de unos merecidos días de descanso, Min Yoongi, algo cansado y congelado por el frío que le quitaba su energía, volvió a trabajar. Estaba jugando con su silla giratoria mientras Namjoon apilaba unas latas de atún en su caja, era su tercer intento en hacer una pirámide.

― ¿Por qué no solo las apilas...? 

― Porque es más aburrido, necesitamos innovar en esta tienda ― Se tomaba muy en serio un trabajo cuando se lo encargaban... aún así no había encontrado la forma en la que no se cayeran las latas.

Yoon dio una vuelta en la silla. Namjoon estaba a punto de poner la última lata hasta que cambió de tema.

― ¿Sigues tomando tus medicinas? ― Le miró con una ceja arqueada.

― Si, hyung ― Había empezado a activar la cinta transportadora de adelante hacia atrás.

Namjoon soltó un grito de felicidad cuando sus latas no se cayeron por cuarta vez. Yoongi se sobresaltó.

― Muy bien, ahora solo me faltan cinco cajas más... ― El de gafas volvió a desanimarse. Gracias al cielo no había mucha gente en la tienda. Tomó asiento al lado de la caja de Yoongi para descansar un rato.

― Debiste quedarte descansando, no era necesario cubrir un turno extra ― Nam preocupándose como siempre.

― Es dinero extra, además ya me siento mejor ― Yoongi había insistido a Sun Shine en cubrir su turno por algo de dinero extra. Namjoon lo desaprobaba, solo por el cuidado de Yoon. Agradecía que fuera de los turno más cortos. 


Más tarde, Yoongi estaba devuelta en la universidad.


Tenía la cabeza recostada sobre el piano cerrado. Trataba de ignorar los quejidos de Park Jimin y tal vez dormir una siesta en el proceso.

― ¿Por qué sigues ahí acostado?, ¡necesito seguir practicando o si no nunca lo lograré!. ― Su tenacidad era admirable e insoportable.

Pero para ser justos, Jimin apenas había descansado, y no quería parar hasta sentirse satisfecho, lo que era un problema para las manos congeladas de Yoongi.

Jimin, lo haces genial, relájate un poco ― Dijo en voz baja. Pero Jimin no escuchó. Estaba picando su espalda con su dedo, tratando de llamar su atención. Yoongi con sagrada paciencia, se irguió y miró a Jimin poniendo en frente de este sus manos para que viera con claridad sus dedos algo rojizos por el frío del invierno que apenas estaba empezando.

― Jimin, llevamos practicando, t r e s h o r a s. Déjame descansar un poco más. ― Terminó con un tono algo molesto. Jimin quería quejarse de nuevo pero decidió que no era buena idea, a decir verdad, Yoon le asustaba un poco.

― Te traeré algo para las manos. ― Y con eso salió del salón.

Winter RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora