A la mañana siguiente, Yoongi despertó con un pelirrojo aferrado a su torso. No pudo evitar apretar un poco más el abrazo. Podría esperar un poco más hasta que se despertase.
No pasó mucho hasta que Hoseok se removió un poco, Yoongi le acariciaba la cabeza con delicadeza.
― Buenos días Bambi
Hoseok se sonrojó instantáneamente. Sus mejillas se sentían raras. ¿Acaso había llorado dormido?.
Eso no le frenó para darle los buenos días.
― Buenos días Hyung ― Sonrió muy pequeño. Yoongi le acarició las mejillas, de algún modo eso le decía que no tenia que sonreír si no quería. Pero el si quería. No podía evitarlo, acababa de despertar entre las caricias de la que acababa de convertirse su persona favorita. ¿Cómo no sonreír?.
Sus rostros estaban muy cerca, pero ninguno parecía haberlo notado. Yoongi le miraba con cariño, había apoyado sus manos mas arriba de la cadera de Hoseok.
― ¿Qué debes hacer hoy? ― Preguntó de repente Yoongi, rompiendo el cómodo silencio que se había formado. Hoseok le contestó que no mucho. Ese día nacería la actividad favorita de ambos.
...
En la tarde, Yoongi y Hoseok se encontraban en la tienda. Yoongi jugaba un poco con Hoseok para animarlo, parecía que este había perdido gran parte de su radiante energía anoche, y aquello no estaba mal. Solo quería hacerle pasar un buen rato después de una noche pesada.
― Oh, mira esto, se parece a ti ― Yoongi tomó una botella de bebida energizante que tenía como mascota a un sol con anteojos. Hoseok se rio débilmente.
Pasaron al siguiente pasillo y Hoseok tomó una caja de té que tenía como mascota un gato bien dormido sobre un televisor para mostrárselo a Yoongi ― Y este a ti ― Hoseok rio en pequeño.
― Muy gracioso ― Yoongi rio sarcásticamente, lo que le sacó una sonrisa más grande al menor.
Minutos más tarde, el pelinegro se había separado de su Bambi para ir a buscar algunas cosas por aparte.
Hoseok caminaba por la tienda, no parecía buscar nada en especifico, solo miraba las estanterías. Tomó un envase que descansaba en una zona de enfriamiento. "Blueberry Milk!" Hoseok no supo porque, pero aquél yogurt le recordó mucho a Yoongi, así que decidió tomar dos y buscarlo para preguntar si podían llevarlos.
Sorprendentemente, Yoongi ya se encontraba pagando en la caja. Sostenía dos bolsas con las compras en una sola mano mientras le daba el dinero a Sunshine. Hoseok sintió algo de vergüenza al acercarse a Yoon con los Yogurts en sus manos. Se sentía como un niño pequeño preguntándole a su madre si podían llevar algo.
― ¿Quieres llevarlos, pequeño? ― Hoseok asintió sintiendo la mayor vergüenza del mundo. Yoongi no se quedó atrás. No había sido su intención soltar aquél apodo.
Tomó los envases de las manos del menor y los dejó sobre la caja. A pesar de parecer más calmado que este, las mejillas de Yoongi se habían enrojecido y por dentro deseaba ser una tortuga para poder esconderse en su caparazón.
...
Después de pasar por la casa del pelirrojo por algunos apuntes que debía terminar, volvieron a casa de Yoongi.
Hoseok terminaba de escribir mientras comía de uno de los paquetes de galletas de avena que Yoongi le había comprado junto con su Yogurt. Y si, "uno" porque Yoongi no podía recordar de cuales le había llevado la última vez, así que tomó varios de los paquetes en los estantes y los llevó. La otra bolsa contenía algo de fruta junto con más yogurt y snacks para pasar la noche.
Yoongi le estaba consintiendo demasiado, y en parte se sentía muy feliz, nadie más que su madre le había tratado así en su vida. Pero en esos momentos, había algo que quería más que las galletas de avena. A su gatito.
Hoseok se levantó de su asiento y fue a su habitación en busca del pelinegro.
Yoongi leía un libro estando acostado en una posición extraña. Hoseok sintió algo de vergüenza estando allí, pero una vez frente a la cama, gateó sobre esta y abrazó a Yoongi buscando el sueño que había perdido hace meses. Yoongi soltó su libro y se abrazó al menor, una vez más en tan poco tiempo, para dormir juntos.
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Winter Rose
RomanceMin Yoongi trabaja de medio tiempo en un supermercado, sin falta alguna, cada miércoles al medio día, un chico con el cabello rojizo compra una rosa en la caja número seis, su caja. Un poco angst. Espero que lo disfruten.