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Pasada casi una hora, los dos estudiantes seguían sentados en la sala de espera.

― Espero que esté bien...― Habló Jimin con el corazón roto.

― Lo estará ― A Yoon también se le rompía el corazón.

― ¿Qué hace un perro caminando en una calle tan concurrida?

― Tal vez estaba perdido, es normal que los perros huyan

Los ánimos de Jimin no parecían mejorar.

― Descuida, Hoseok es muy bueno, está casi por graduarse y es de los mejores en su clase.― Pasaba su mano por la espalda de Jimin en una caricia de consuelo. No eran los mejores amigos, pero se conocían desde el primer semestre. Tal vez por eso le costaba menos hablar con él y darle apoyo.

Jimin estaba encorvado, apoyando sus codos sobre sus piernas en una postura de tensión.

Finalmente, Hoseok volvió a aparecer  tras la puerta por la que se había ido hace ya una hora.

Al acercarse miró a Yoon y a Jimin, sus labios formaban un pequeño triangulo. 

Yoon sintió que se le helaba la sangre por la incertidumbre.

― Él está bien. Se desmayó por el shock de adrenalina, pero todo está en orden. ¿Cómo se llama?.

Ambos chicos se miraron.

― Creemos que es callejero... no tenía placas ni collar ― Habló Jimin más aliviado, parecía que su alma había vuelto a su lugar.

― En ese caso... lo tendremos vigilado unos días, descuiden, me ocuparé de que siga recuperándose, por ahora está dormido.

Ambos le agradecieron a  Hoseok con una sonrisa de alivio. Después de un rato, los tres se sentaron en las sillas de la sala.

― Por cierto, soy Park Jimin, estudio con Yoongi Hyung ― Empezaba a hablar con más confianza.

Hoseok se sonrojó de vergüenza, acababa de notar que no se había presentado con Jimin.

― Es un gusto, soy Jung Hoseok, estudio aquí... Bueno, hago prácticas, estudio en la universidad pública de Daegu ― Hablaba con algo de pena.

Yoon les escuchaba conocerse, aportando algo de vez en cuando a la conversación, no necesitaba hablar mucho para sentirse cómodo.

Ya habían pasado unos minutos y Hoseok tenía que volver a su turno le faltaba un poco para terminar, pero era probable que le regañaran por quedarse haciendo nada. Aún así, acompañó a ambos chicos a la salida.

Yoon le agradeció una última vez, pero ninguno se movió de su lugar ahora fuera del hospital.

Jimin estaba a la distancia, se había despedido de Hoseok intercambiando su número de teléfono con este. Había empezado a caminar cuando los otros dos se quedaron frente a la entrada.

― Recuerda descansar ― Yoongi hablaba en un tono diferente. Tal vez más dulce. Preocupado.

― Estaré bien, lo prometo ― Puso una mano detrás de su propio cuello, sonreía apenado, como lo había estado desde hacia un buen rato.

Yoon se le acercó y se empinó solo un poco para establecer contacto visual directo con él. Era apenas unos centímetros más bajo que Hoseok.  ― En serio, al menos duerme un poco.

No podía evitar pensar en cómo las ojeras de ese chico no desaparecían.

― Lo que tu digas gatito ― Se inclinó hacia él pero Yoon no retrocedió, es más, se acercó un poco más.

― Hazlo, o sino parecerás un mapache ―Los pies empezaban a dolerle, así que volvió a poner los talones sobre el suelo ― Y ya no podré llamarte Bambi.


Winter RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora