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Algunas cervezas después, cuando ambos se estaban sincerando con el otro Park Jimin decidió que se había aburrido. No era raro que tuvieran las mejillas y la punta de la nariz roja a estas alturas.

― Estoy aburrido Yoon, vayamos a otro lado ― Jimin casi parecía derretirse en su asiento, aferrándose al abrigo de Yoongi.

―Pero aún no pagamos la cuenta...― Yoon hizo un puchero mirando las botellas de Soju sobre la mesa. Jimin lo agitó más haciendo un berrinche. Yoongi hizo su mayor esfuerzo por mantener la cordura y levantó el brazo llamando a la camarera, quién con una sonrisa se acercó a la mesa.

― ¿Desean algo más?, Tenemos un menú especial para parejas en invierno ― Los dos se miraron por unos segundos antes de reír un poco más descontroladamente de lo que lo harían normalmente, avergonzando sin querer a la camarera.

― ¡Él es muy guapo! pero yo estoy casado~ ― Hizo un ademán fingiendo que había un anillo en su dedo anular izquierdo. Seguía empujando a Yoongi con su cuerpo sin querer.

―Pues tú no eres muy lindo...― En realidad Yoon asemejaba la belleza de Jimin a la de otro gato como él, pero nunca se lo diría.

Jimin chilló ofendido aún sin soltarse del pelinegro. Rodeaba su cuello con los brazos y hacía puchero inflando levemente sus rellenas mejillas.

Cuando la cuenta llegó, ambos se la repartieron y al salir, Yoon tomó por la cintura a Jimin para que no se cayera con sus entorpecidos pasos.

El bar no estaba muy lejos de la casa de Yoongi y convenientemente nunca le había preguntado a Jimin en dónde vivía (no había tenido la necesidad pues se veían todos los días) por lo que no tuvo más opción que llevarlo a casa.

Camino a esta, a Yoongi comenzaba a pasarle el efecto del alcohol, mientras que Jimin parecía pasarle todo lo contrario.

― Quiero Bungeo-Ppang... ― Balbuceó Jimin casi sobre la espalda de Yoongi.

― ¿Yoon? ― Una voz conocida le hizo parar el paso, no faltaba mucho para llegar a su casa.

Winter RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora