8 | Verdad o reto

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Estaba desayunando. Casi no había dormido, un mosquito no paraba de rondar y fui incapaz de matarlo para que me dejara en paz. El cabrón era muy escurridizo. Desayuné unas tostadas con mermelada de melocotón y una taza de leche. Olivia se acababa de despertar, vino medio dormida hasta la cafetera y se hizo un café como pudo. Estaba tan atontada que ni siquiera me había dado los buenos días. Cuando estuvo listo el café tomó un par de sorbos y recobró la conciencia.

—Buenos días —dije.

—Buenos días —respondió ella —Por cierto, ¿Porque llegaste tan tarde ayer? —preguntó Olivia, eso me recordó todo lo que había pasado con Mike. El beso, los gemidos... Todo retumbaba en mi mente. Joder, que bien me lo había pasado. Inconscientemente una sonrisa iluminó mi cara.

—Te lo cuento pero no digas nada —conteste ansiosa. Tenía que decírselo a alguien. Ella asintió con cara de curiosidad. Baje un par de tonos. —Pues resulta que cuando fui a dar un paseo me encontré con Mike, una cosa llegó a la otra y... Bueno...

—¿Te lo follaste?- Preguntó Olivia demasiado alto.

—No. Que obsesión con follar... solo jugamos un poco —dije yo haciendo un gesto con mis manos y riéndome. Ella me puso cara de asco, a Olivia no le gustaban mucho las cosas sexuales, o todo lo que necesite contacto.

—Madre mía, no se te puede dejar sola —dijo ella con un tono burlón.

Me llego un mensaje, ya estamos.

—Mierda, que habia quedado con Lucas y Emma —grité y salí corriendo de la cocina.

Rápidamente abrí los cajones, de lo fuerte que lo abrí todas las camisetas se mezclaron. Cuando me pille mi madre me hará recogerlo. Ya lo recogeré pensé. (Spoiler de la Zoe futura, no lo recogí) Me probé varios bikinis, me miraba al espejo una y otra vez. Entre en un círculo vicioso. Me lo probaba, me miraba al espejo y no me convencía. Unos diez bikinis después. Ninguno logró convencerme, todos me hacían ver demasiado voluminosa, recta o curvada. Entonces recordé unas palabras de Lia, mi psicóloga. Era una mujer bastante agradable y serena. Algo escéptica y un poco hippie, pero me ayudaba.

Siempre hay que centrarse en lo bueno, mejor mirar la rosa que sus espinas.

Hice caso omiso a esa pequeña voz y cogí el que más me gustaba. Un bikini de color rojo y una camiseta ancha de color blanco por encima, habíamos quedado para ir a la playa . Intenté ir lo más rápido posible, pero como siempre iba tarde. Metí un par de cosas en una bolsa de tela. Salí corriendo de la caravana para llegar a la entrada del camping lo antes posible. Tarde menos de tres minutos en llegar, en todo el camino me arrepentí de no correr las vueltas que nos mandaban en gimnasia, casi me da un paro cardíaco.

—Por fin llegas —dijo Lucas. Llevaba una camiseta blanca y un bañador corto como pantalón. Era un estampado a rayas azules y un verde algo fosforito. A pesar de ser verano su tono seguía siendo blanco como la misma nieve invernal.

—Joder tia, llevamos casi quince minutos esperando —reforzó Emma. Iba en un bañador blanco y un albornoz traslúcido de lo más elegante. Al contrario que él, su tono de piel era de un color bronce. Además con el sol de estos días su pelo se había vuelto más dorado.

—Perdón, ya estoy. ¿Nos vamos? —conteste yo.

Asintieron de mala gana y empezamos a caminar. Teníamos un rato de paseo.

Por el camino hablamos de todo un poco, de las noticias, de los demás, de nosotros...

Llegamos más o menos en media hora, habíamos decidido ir a una cala escondida entre los acantilados. Hacia un día espectacular. El cielo estaba despejado y el viento era fresco y ligero. Nos metimos en un un sendero que bajaba entre los acantilados. Después nos desviamos del camino, pasamos por una especie de bosque y llegamos a dos grandes palmeras. Estábamos a los pies de los acantilados. Una gran pared de roca estaba ante nosotros, parecíamos insignificantes ante ella. Detrás de las grandes palmeras había una fisura de más o menos tres metros de alto y dos de ancho, entramos dentro de aquel pasadizo natural y llegamos a la cala perdida.

Ni ellos lo entienden✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora