¿Alguien entiende el amor? Zoe lo sentirá y pondrá su mundo patas arriba. ¿Aprenderán ella y sus amigos lo que es y conlleva amar?
Zoe una chica de 16 años que va a veranear a Noja. A el camping las palmeras. Después de una terrible fiesta, tendrá q...
No podía creer lo que había pasado. ¿Mike se me había declarado? y no solo eso ¿me quería? Cada vez entendía menos a este tío. Un día me odia y al otro me decía te quiero. Necesitaba ayuda, pensé en pasarle el contacto de mi psicóloga.
Habíamos quedado todo el grupo. Hacía siglos que no quedamos el grupo al completo. Parecía mentira que viviéramos todas en el mismo camping. Íbamos a ir a la playa, a la cala secreta.
Me puse el primer bikini completo que encontré y me puse una camiseta corta. Olivia está quincena se iba con su madre de vacaciones, por lo que la casa estaba mas vacía que de costumbre. Se marchó por la noche así que no me pude despedir.
Desayune un café con un par de tostadas. Se sentía la caravana solitaria, mi madre había salido. Nos veíamos poco ya que ella madrugaba y yo no, además se iba a dormir pronto y yo no.
Estuve un rato mirando tik toks y cuando era la hora me marche.
Llegue la última, pero en el horario establecido. Habíamos quedado a las once y yo llegué a las once y cinco. Por cinco minutos no pasó nada. Un par de abrazos después empezamos a caminar. Por el camino hablamos de todo un poco como siempre.
Cuarenta y cinco minutos después, finalmente llegamos a la cala. No había nadie. Me acordé de Samu. Cabrón, ¿qué estaría haciendo? Probablemente una paja grupal con su grupo de machos alfa. Carolina trajo una toalla super grande. Tenía un gran árbol pintado en el centro. Nos sentamos todas en ella y nos pusimos en círculo.
—Oye esta tarde hay fiesta en Simbo, es una discoteca del pueblo de al lado. Si quieres ir —dijo Sabrina.
Hubo unos minutos de alboroto. Unas quieren ir y otras no.
—Gente —dije interrumpiendo el tema de la fiesta —Tengo que contaros algo —proseguí. Después de eso se callaron todas y me prestaron atención —Bueno es un poco complicado, lo voy a intentar resumir lo más rápido posible. ¿Os acordáis de Samu? —asintieron —Bueno... pues... resultó ser un gilipollas adicto a grabarse follando o reenviar nudes de chicas. Bueno, las casa que se venden en la montaña son chavales que estaban en el grupo y se van porque les amenace con denunciarles y llevarles el caso a la prensa sino se detenían. Total, que Mike se enteró y le pegó una paliza a Samu. Fui a hablar con él y bueno en resumidas cuentas me dijo te quiero y creo que le he dicho que no —casi me había quedado sin aire. Madre mía, contado así parece La Rosa de Guadalupe o alguna novela de wattpad.
Se quedaron todas alucinando. Tenían los ojos abiertos como platos.
—Dejame entender, ¿un tío que esta buenísimo te dice te quiero y tú le rechazas? —preguntó irónicamente Julie. Yo me quedé callada.
—No solo eso, sino que además, por mal que este. Se metió en una pelea por ti —continuó Sabrina.
—Yo creo que deberías darle una oportunidad —dijo Lucas. Tantas opiniones me estaban volviendo loca. Pero tal vez tenían razón.
—Bueno, dejemos los temas amorosos y vayámonos a bañarnos —exclamé intentando huir del tema.
Se quitaron la ropa y salieron corriendo detrás de mí.
Estuvimos un par de horas en la cala.
Resulta que no era la única que había pillado, Julie,estaba ahí- ahí con el camarero de la discoteca. Dice, que siempre que subía algo a las historias su fueguito nunca faltaba.
Llegue a casa a la hora de comer. Había macarrones a la boloñesa. Estaba dubitativa. Mi cuerpo estaba en la caravana, pero mi mente estaba en la luna o probablemente más lejos que eso.
Me fui a dar un paseo por los acantilados, eso siempre me relajaba. Eran uno de mis lugares favoritos, en aquel lugar la maldad no existía.
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Había llegado a la cima, el abismo estaba bajo mis pies. Me acerqué a la línea. El viento azotaba mi cuerpo hacia atrás. Se podía oír todo: los pájaros, como rompían las olas, hasta cómo latía mi corazón. Estaba cansada, cansada de ser fuerte, cansada de tanto drama, cansada de levantarme todos los días de la cama, cansada de las opiniones de los demás. Lágrimas brotaron de mis ojos. El viento se volvió tan fuerte que me hizo retroceder. Daba la sensación que tenía miedo de que me callara. Cada vez era más fuerte, me caí al suelo. Lejos del borde. No podía parar de llorar.
Una mariposa se posó en mi mano. Era preciosa. Era de un color azul intenso y en las puntas un violeta. La mire y me dio la sensación que ella me miro a mi. Voló, voló lejos de donde estaba. Deje de llorar. Si fui capaz de soportar casi una violación y conseguí que unos hijos de puta ricos perdieran en el juego que siempre ganaban, podía con esto, podía con el drama, con la vida y con lo que me diera la gana. Esa mariposa cuando nació no tenía alas, pero las obtuvo. Cambio. Y yo era igual. No era la misma chica de hace un mes y probablemente tampoco de la de dentro de uno. No se lo que me pasaba, pero podía con ello. Y lo más importante lo superaría.
Me levanté del suelo. Iba a volver a casa. Subí mi mano hacia arriba. El viento se colaba entre mis dedos, cerré los ojos, fue mi forma de despedirme del.
Y me marché.
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Iba caminando sumida en mis pensamientos. Y me choque con alguien. Era Mike. En este puto camino me tenia que encontrar a todos los chicos que conozco.
—Hola Zoe —dijo él con una voz dulce, pero a la vez fría.
—Hola —respondí yo —tenemos que hablar.
—Si
—No se como, ni porque me quieres Mike y casi mejor prefiero no saberlo, pero si quieres podemos quedar algún día. Pero solo amigos —dije yo. Al oír mis palabras se puso algo rojo.
—Vale —contestó él con sequedad.
Fue a darme un beso. Me aparté bruscamente.
—Poco a poco Mike. Si estás tan caliente hazte una paja —conteste en bromas.
—¿Por qué no me la haces tú? —preguntó con un tono divertido. ¿Que no entendía de solo amigos?
Me acerque a su oreja.
—Por ahora Mike, solo amigos. Y no creo que tus amigos se hagan pajas entre sí —le susurré. —A menos que seas de esos tíos que se hacen pajas con sus amigos. A menos que lo seas... ¿lo eres? —proseguí con tono divertido. El negó con la cabeza.
Después de eso me marché. Había sido una tarde intensa. Supongo que ya era hora de algo de calma. Estaba a pocos metros de él, una pequeña sensación nació en el estomago y más tarde cobro forma. Eran mariposas.