6.Vida

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Jessica

Paré antes de salir del cementerio. El agente de la CIA venía detrás de mí como perro faldero.

—Gracias por la oferta, agente, pero no estoy interesada. Puedo arreglármela sola, sin ti.

Tomó de sorpresa mi cintura envolviéndola con la mano y nos empujó a los dos contra una pared. Mi corazón dio un salto en mi pecho y comenzó a latir desacatado.

—Silencio—se apretó contra mí cubriéndome con la mano la boca justo antes de que me quejara.

Percibí un intenso aroma a limpio, desodorante masculino.

Tiré la cabeza hacia atrás sin poder alejarme de su cercanía. Empujaba su estómago contra el mío, el momento que compartíamos hizo que me perdiera por un segundo.

Escuchamos una detonación no muy lejos de un edificio abandonado que me trajo a la realidad. Apareció corriendo del otro lado de la calle un sujeto aparentando los cuarenta, cubierto de suciedad y polvo. Detallé su cabello negro como el agente que se empujaba contra mí, un mechón blanco le resaltaba entre el azabache justo arriba de la cabeza. Este entró a un auto que salió rápido de la escena. Hasta que no perdimos el vehículo, el agente no bajó la mano de mi boca, hubo un leve roce de la yema de sus dedos por mi labio inferior al deslizarla y el sabor a limpio se quedó en mi boca.

El agente tenía un intenso color café dorado en los ojos, eran brillantes como el sol, hacían contraste con su cabello negro.

—Soy Dimitri, por cierto.

El nombre resonó en mi cabeza, en consecuencia arrugué el entrecejo.

—¿Nos hemos visto antes?

—Auch, es ofensivo que te hayas olvidado tan rápido de mí, chica linda.

Algo hizo clic.

Abrí los ojos, de un empujón lo aparté con la boca caída hasta por el suelo.

—Tú. El invitado extraño de la fiesta de Johanna.

—Ese día estaba de incógnito para encontrar a Aaron Sky. Como te dije, llevamos mucho tiempo tras la captura del príncipe de la mafia.

—¿Y qué pretendías conmigo esa noche? —le reproché—. Porque dudo que sea casualidad nuestro encuentro.

Ladeó la cabeza.

—Sí, de hecho sí fue casualidad encontrarte. Esa noche conocíamos que Aaron Sky llegaría a América. Si sabía que íbamos escaparía así que debíamos esperar.

—Fuiste muy estúpido al creer que burlarías a Aaron.

—Pudo haber caído esa noche, de no haber sido porque me distraje—mencionó—. No se me volverá a escapar. Contigo como nuestra informante podremos ayudarnos para atraparlo y si cae él, la bratva y su madre caen también. Podemos ofrecerte los medios que necesitas para vengar a tu familia, si nos ayudas a atrapar a Aaron Sky.

—Lamento decirte que mi relación con Aaron fue mentira—contuve la rabia al decirlo en voz alta, todavía quemaba como un hierro cliente en mi pecho—. Él me usó, se burló de mí. No solo eso, me secuestró para poder vengarse de mi hermano. Si quieren a un Montero relacionado con Aaron Sky pueden buscar a Marcus. Él odia a Aaron casi tanto como a mí, seguro estará feliz de apoyar al país en su guerra infantil con Rusia si es que no les gano de mano. No cuenten conmigo.

Aaron había jugado conmigo, en cada momento que creía estar juntos no hizo más que mentirme y envenenar mi mente con mentiras que envenenaba mi alma con cada beso y caricia. La venganza era algo que me encargaría por mi cuenta, me lo debía a mí misma. Ni la CIA ni Dimitri me estorbarían de tener el placer que yo misma me obsequiaría de matarlo, de devolverle el favor y ver como sufre mientras lo asesino. La CIA no me otorgaría mi venganza, yo misma la reclamaría.

Jugada Divina [ Trilogía Préstame tu corazón parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora