7.Krasnaya kniga

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(La del video es un nuevo personaje para la trilogia)

Jessica

Mayo

Estuve dándole al saco cuantas veces necesité. Así fue mi mañana, imaginar caras de mis enemigos en la bolsa ayudó a liberar mi ira acumulada. Pasé a ducharme al terminar. Tomé mi bolso y volví al apartamento pero antes fui por un café. Xavier, como siempre, estaba contento de recibirme.

—¿Quieres un pastelito para tu café? Ya sabes, algo dulce para alguien dulce—flirteó.

Levanté las cejas acompañando mi habitual malhumor.

Dejé una propina antes de encontrarme con Dean en el apartamento. Vida me recibió moviendo la cola como un remolino. La llené de besos y me dediqué a lo mío después de darle de comer.

Tras terminar con algunos trabajos de la universidad tomé mi anotador, mi computadora y seguí con el Krasnaya kniga. A un mes de haberlo recibido conseguí transcribir al menos un puñado de palabras sueltas.

Vida se adaptó bien a mi rutina y a la de Dean. Nos dejaba más "gracias" de las que podíamos contar pero era una perrita feliz en crecimiento. Según el doctor no tenía más de cuatro meses.

—¿Sales hoy? —me preguntó Dean.

Estaba armándose el bolso que siempre lleva cuando va a la academia con Vida mordisqueándole los cordones.

Supuse que debería comprarle algún juguete a la cachorra.

—No. ¿Volverás esta noche o te quedarás en la escuela?

—Me reuniré con mi padre y mi tío, al parecer quieren darme una charla de hombres y toda esa mierda. No me esperes. Vida, chiquita, ya no muerdas mis cordones...

—Bien.

Terminé mi café y lo tiré a la basura.

Dejé de hojear al ver una cabeza roja husmeando la página treinta del libro rojo con el ceño fruncido.

—¿Qué es eso?

—Nada—cerré el libro—. ¿No tenías que irte?

Pasó por alto mi actitud. Se despidió con la mano antes de salir y a Vida le dio un beso en la cabeza, la perra estaba baba con él.

Lo seguí con los ojos hasta que escuché la traba de la puerta y seguí con lo mío.

Junio

Salí de la biblioteca del campus con dos diccionarios en una mano y un café en la otra. Escuché un podcast en el camino de dialectos.

En los días que siguieron mi mente batallaba entre actuar o leer. Sentía que perdía tiempo, pero a la vez tenía la sensación de que este libro podía ser más de lo que creía, que era una pieza importante para vengar a mi familia.

Por alguna razón el desquiciado de mi padre me lo confió, era mi obligación saber de qué diablos se trataba.

En casa, Vida estaba creciendo más rápido de lo que imaginé. Estaba cambiando sus dientes así que la desgraciada me mordía como si fuese su juguete. Tenía mordiditas en las manos y en los tobillos también. Los juguetes le duraban menos de una semana, y como dueña babosa yo le compraba más. Según el veterinario la mezcla que tenía era de gran danes con rottweiler, en pocos meses sería una cosa enorme.

—¿Jessica?

Frené en seco.

—Sofía... ¿Qué haces aquí?

Jugada Divina [ Trilogía Préstame tu corazón parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora