The Ayers (Antes De Que Te Destruya 1)

18: Videos, mentiras y secretos

Luke

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NÚMERO DESCONOCIDO:

Desconocido: ¿Qué tal tú noche con esa puta en la cabaña?

Yo: ¿Quién coño eres?

Desconocido: Puede que tú hermanita sea la siguiente en morir. Así que date prisa.

Yo: Como te atrevas a hacerle algo. (Intenté llamarle varias veces pero no lo cogió.

Desconocido: ¡Qué! ¿Qué me vas a hacer? ¿Denunciar a la policía? Por favor no pierdas tú tiempo en eso, en cuestión de segundos, los datos de esta tarjeta serán destruidos así que no vale la pena alertar a la policía.

Yo: ¿Qué quieres de mi?

Desconocido: Haré que sufras, no te mataré. Haré que tú mismo te quites la vida.

Yo: No le hagas nada a mi hermana.

Desconocido: Tengo un video para ti, te recomiendo que lo mires te gustará.

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Y sí, caí en su trampa. En ese momento supe que se encontraba en todas partes, que me seguía allí donde vaya, que no había sido una buena opción ir hasta el bosque y quemar el cuerpo. Por que todo y cada uno de los movimientos, los había grabado. Esa persona, era un psicópata que quería destruirme.

Por que con solo un clic, el video se difundiría en todos los medios de comunicación, solamente unos minutos para que no le localizaran pero eso bastaría para destruir mi futuro y todo lo que había conseguido y todo eso se resumía en que podría hacerme pasar años en prisión por asesinato.

-Oh no- Dijo Ellen

-Tranquila seguro que tiene que haber una solución-

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Desconocido: La mataré

Yo: Ni se te ocurra ponerle un puto dedo encima.

Desconocido: La mataré

Desconocido: La mataré

Desconocido: La mataré

Desconocido: La mataré

Desconocido: La mataré

Desconocido: La mataré

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Apagué el teléfono sin pensarlo y salí de la casa.

Me movía sin rumbo por aquel lugar no sabía que hacer, todo estaba siendo un desastre.

De pronto, apareció Ellen.

-¿Estás bien?- Dijo acercándose hacia mi. Notaba la tristeza en su mirada.

-¿Tú crees que todo está jodidamente bien?-

-No pero- La interrumpí.

-No, no hay un pero. ¡Todo está jodidamente mal! Desde que apareciste aquel día por la casa, todo ha ido de mal en peor. Se descubrieron todos los secretos de mi padre, mi hermano desapareció, mataron a mi madre y para rematar asesiné a alguien por defenderte. Todo está jodidamente mal-

-Yo- Dijo pero volví a interrumpirla.

- Por tu puta culpa se ha formado todo este lio de mierda. Por tu culpa, iré a prisión por matar a alguien. Todo ha sido culpa tuya, ¡Has jodido mi vida! La has puesto patas arriba-

-¡Yo!- Respiró hondo- Yo no tengo culpa de que tu padre sea un infiel de mierda y blanqueador de dinero, de que tu hermano desapareciera por que a ese hombre al que llamabas papá le pegara, tampoco tengo jodida culpa de la muerte de tu madre y mucho menos te pedí que lo mataras. Y si tú, no me hubieras tratado como una mierda que no valía nada desde el día en el que intentaste besarme borracho, nunca habríamos hablado. Así que no me culpes de todo por que no es mi culpa que tu supuesta familia perfecta de mierda, en realidad sea un fraude. Y de que toda la perfección que tengáis sea ficticia. Yo, no tengo la culpa de que tú infancia haya sido una puta mierda al igual que lo que estás viviendo ahora así que no vengas a culparme de tus mierdas. Y quiero, que sepas una puta última cosa. Antes de que tú me conocieras, yo sabía todo de ti. Por el contrario tú, no sabes absolutamente nada de mi.- Tras decir esas palabras, se marchó. Quise ir pero no la seguí.

Solamente, esperé a que el coche llegara de una vez por todas. Y tras minutos esperando, llegó.

Ambos subimos en el vehículo dejando el otro coche atrás.

-Henrik- Le dije al choffer- Llame a la grúa y dígale que vengan a recoger el otro coche, lo quiero mañana en casa sin falta.

-Está bien señor Ayers-

-No me llames Ayers, llámame Luke-

-Entendido-

- Y acelere- Dije intentando controlar mi impaciencia. Necesitaba llegar a casa y escuchar la voz de mi hermana, oír si estaba bien. No me cogía el teléfono, me tenía realmente preocupado y solo esperaba el momento para llegar a casa y encontrarla.

Volví a coger mi teléfono para llamar a los guardias de seguridad de la mansión-¿Está mi hermana?- Pregunté.

-Señor, la señorita Anna ha salido hace un par de horas ¿Quiere que le deje algún recado?

-No, ¡Buscarla!- Y de inmediato colgué.

***

Ya entrabamos en el recinto, durante todo el trayecto no hubo ningún tipo de contacto. Ni una mirada y tampoco una palabra.

Cuando estaba a punto de bajar del coche, sentí que Ellen decía algo.

-Luke, yo lo siento-

-Señorita Ellen, recoja sus cosas, está usted despedida-