Os contaré algo...
Los Ayers, son una familia muy diferente a las demás. O al menos, eso piensa acerca de ellos la sociedad. Debido al gran legado que le dejó a su familia Óscar Ayers, un empresario revolucionario en aquellos tiempos ellos tienen ri...
Tras esa llamada, pensaba que me dejaría ahí plantada pero por el contrario, una vez bajamos del coche, me agarró la mano y comenzó a moverse. Por inercia, le seguí. Sabía que algo estaba a punto de suceder ¿Bueno o malo? Quien sabe.
Luke tocó el timbre y Matthew abrió la puerta. Sin decir nada, entramos. No podía creer lo que veían mis ojos. ¿Era esto cierto? Dije emocionada.
-Ellen- Dijo ella abrazándome posteriormente a mi.
***
Nos encontrábamos todos sentados en el sofá. ¿Quién era esa señora? .
Anna suspiró y comenzó a hablar.
-Me encontraba en casa cuando todo sucedió. Si es cierto, que no desaparecí ahí. Salía de la ducha, cuando de pronto, recibí un mensaje por parte de Elisabeth. Mi mejor amiga. Al parecer, estaba mal y necesitaba mi ayuda por lo que decidimos vernos. Agarré el coche y me dirigí hacia allí. De pronto, comencé a percatarme de que un coche negro, seguramente un mercedes, me seguía. El vehículo, comenzó a acelerar más y más hasta adelantarme. Una vez lo hizo, se posicionó en medio de la carretera así obligándome a frenar. Iba a dar marcha atrás pero otro también se posicionó. así dejándome acorralada. Activé el seguro del coche para así bloquear las puertas y que no pudieran entrar. Intenté alertar a la policía pero para cuando llegaron, ya me habían atrapado. Recuerdo, que me opuse ante ellos, pero eran más grandes. También sentí mi cabeza impactar contra el suelo. Eran las mismas personas que fueron a por Noah. Lo sé, por que eran iguales a los que él describía. Todos los días en cada momento en el que los veía les preguntaba : ¿Por qué a mi? ¿Qué ganáis con todo esto? Entonces me respondió- a ti-
–¡No te acerques!– Le respondí, estaba atada, asustada, tenía miedo y necesitaba salir de allí cuanto antes.
Poco a poco se acerco a mi con la intención de besarme pero le escupí.
–¡Te vas a enterar!– dijo empujándome bocabajo en el suelo
–¡Suéltame!–
Sabía lo que iba a suceder, tenía miedo no quería que sucediese.
De pronto me quitó los pantalones, las patadas que surgieron, no resultaron efectivas ya que se encontraba sobre mi. Me vendó los ojos. Era yo, contra aquella bestia encapuchada. Eran más, pero debían haberse marchado.
–¡Déjame por favor!– Lágrimas empañaban la venda.
–¡Ayuda!–
–Ni se te ocurra gritar– Me tapó la boca con varias telas haciendo que no pudiera si quiera abrirla, "gritaba"pero nadie me oía. No veía nada, solo sentía la oscuridad y el dolor de las mordeduras y azotes procedentes de aquel monstruo.
El vendaje estaba empañado por mis lágrimas.
De pronto, me bajó la ropa interior y penetró con dureza sin ningún tipo de delicadeza, me estremecí de dolor.
Necesitaba que esa pesadilla acabara pero lo hacía con más y más intensidad. No sentía ningún tipo de placer, solo dolor y brusquedad
–¿Cómo se siente zorrita?-
Lloraba e intentaba apartarme pero era inútil. De pronto en una de sus violentas acciones acaba dentro de mi.
Pero, quiere más. Habiendo acabado proseguía otra vez. El dolor augmentaba, me pegaba puñetazos y arañaba mis caderas mientras me penetraba. Necesitaba que acabara ya, maldigo el día en el cuál hice caso a Elisabeth. Instantes después mientras me agarraba del pelo y con otra mano araña con fuerza mi espalda, quedé inconsciente por la dureza de sus actos.
Cuando desperté, notaba que mi cabeza iba a estallar, escozor en mi sexo y dolor por todo el cuerpo.
Una vez abrí los ojos, vi a otro hombre encapuchado al parecer, estaba al cargo.
-¡Qué has hecho!- Dijo gritando esa voz distorsionada desde la puerta.
-Yo señor- No le dejó hablar. Tan solo, le disparó en la cabeza. Presioné los ojos contra mi brazo. Otra muerte. Aquel "jefe" me trató con decencia. Incluso, me dejó ducharme. Solo que cuando lo hice, el calor hizo que el cuerpo me doliera de una manera arrolladora, sangre salía de mi sexo.
Y os preguntareis ¿Cómo pudiste escapar?
Una de esas noches, un "revisor" o así lo llamaban venían a comprobar que todo iba bien. Una vez entró, cerró la puerta y apagué la luz cuando no se lo esperaba para después ahogarlo con las sábanas. Gritó y sufrió pero al menos uno de esos hijos de puta, no estarían vivos para contarlo.
Una vez dejó de respirar, agarré la pistola que tenía y salí por la puerta pensando ¿Quién será él siguiente en morir?
