The Ayers (Antes De Que Te Destruya 1)

7: LEAVENWORTH

12 horas antes...

Luke

-El plan se ejecutará como te he dicho, no hay más que hablar- Dije para después colgar el teléfono sin esperar respuesta alguna. A ser cierto, fue fácil infiltrarme en LEAVENWORTH ya que aquel lugar era de sencillo acceso.

Con ser un simple limpiador ya te dejaban pasar. Y os preguntareis ¿Quién sería tan tonto como para darme su tarjeta y traje para así poder entrar a LEAVENWORTH? Simplemente, nadie. Me fue fácil acceder a su red de datos para así descubrir quien trabajaba en aquel lugar. Entre varios escogí a Gerald Harrison. Un chico de unos veinticinco años de edad que lo daría todo por diez mil dólares en bruto. Solo me hizo falta sacar el cheque para que aceptara.

Me dio su uniforme y un par de mascarillas además de la tarjeta de seguridad. Justo lo que me hacía falta. Al parecer, ellos limpiaban con alguna que otra sustancia dañina por lo que debían usarla por protección.

Me dijo cada pequeño detalle y cada simple manera de huir. El edificio, se componía por cuatro plantas. La planta baja, lugar de visitas, patio y comedor. La segunda planta, donde se encontraban los pacientes de bajo riesgo, tercera, donde se encontraban los pacientes de riesgo medio que era donde Dewey se encontraba y la planta final que era la que más seguridad tenía debido a que los pacientes de allí eran los que más riesgo tenían. "Potencialmente peligrosos" mis favoritos pero, eso es otro tema.

Fue fácil entrar a aquel lugar. Simplemente, pasé la tarjeta de acceso en el escáner y nada más.

-Buenas noches Gerald- Yo solamente asentí con la cabeza. No podía permitir que esto saliera mal. Supuestamente, a Dewey lo sacarían en varios días pero si hacía lo siguiente, me quitaría dos pájaros de un solo tiro. Con ayuda del ascensor subí el carro de la ropa sucia hacia la tercera planta.

Una vez allí, me dirigí por los pasillos observando cada una de las mugrientas celdas que se encontraban allí. Algunos de ellos, empeorarían y serían trasladados a la última en la cual les pondrían camisas de fuerza. ¿Y cómo sabía todo aquello? Investigué. Como diría la "pobre" Ellen:- Al estilo de Joe en la serie de Netflix "You"- Me parecía tan ridícula.

trescientos cuatro, trescientos cinco, trescientos seis, trescientos siete, trescientos ocho, trescientos NUEVE. Bingo.

No lo había reconocido al abrir la celda. Tenía setenta años. Y era tan hijo de puta como siempre.

-Vamos Dewey- Le dije susurrando.

-Al parecer, le habían dado somníferos- Por lo que no me respondió y sin dudarlo, lo agarré como pude y lo introduje en el carro de la ropa sucia camuflándolo entre las sábanas blancas que se encontraban grisáceas debido a la poca higiene del lugar.

Pulsé el botón del ascensor y comencé a bajar pero fue por poco tiempo. Un fallo técnico provocó que el ascensor en vez de bajar subiese hasta la planta final. Tras instantes de espera, la puerta se abrió y pulsé el botón de bajada pero no resultó efectivo.

La luz del lugar parpadeaba lentamente. A medida que avanzaba con el carro a ver si encontraba otro ascensor por el cual bajar, las ruedas chirriaban con el contacto del suelo y las luces se apagaban y encendían a medida que avanzaba.

De pronto, todas se apagaron todas las luces comencé a moverme sin control en busca de algún tipo de interruptor. Caricias, arañazos, mordeduras, golpes. Noté mientras caminaba sin rumbo completamente desorientado por aquella horrorosa sala en busca de tan solo un reflejo de luz que me pudiera situar. Esquivando los susurros y grandes golpes que se escuchaban contra el metal me dirigí a un lugar el cual creía que era el ascensor por el que había venido para ver si funcionaba y podía marcharme de una vez por todas de ese tenebroso lugar. No podía llamar la atención ni si quiera, pedir ayuda ya que si hacía eso, me descubrirían. Solamente quería salir de allí.

-Ven- Escuché un voz susurrando desde el fondo del pasillo.- Yo se como llevarte a la salida- No le hice caso pero poco a poco noté como una sombra se acercaba velozmente hacia mi. Tal fue su velocidad, que me hizo impactar sobre el suelo. Agarré a aquel ser de los brazos, algo estaba sucediendo y yo, necesitaba salir, no podía aguantar ni un segundo más en ese maldito infierno. De pronto, noté un gran dolor en mi muñeca, me había cortado con algo. Pataleé tanto como pude y pegué puñetazos. Con suerte la luz se prendió de nuevo. Ya no había nade, solo el carro frente a mi y el ascensor de nuevo en marcha. Algo ocurría en este maldito lugar...

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Nota del autor: ¿Soy el único que lo está flipando muchísimo?

Nos vemos en la próxima actualización. Ya se que ahora mismo no entendéis nada pero pronto, todo tendrá sentido. :)))))))

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