The Ayers (Antes De Que Te Destruya 1)

5: Cara a cara

Luke

Aquella mujer cuyo nombre todavía desconocía, huyó del lugar al ver a mi hermano aparecer por la puerta sin darme ningún tipo de explicación sobre el por que, la había encontrado en la puerta de la sala donde yo me encontraba. Una vez, salió del lugar, me acerqué a mi hermano.

-Hola Matthew- Tras decir esas palabras, ambos reímos y nos abrazamos.

O eso era lo que hubiera querido que sucediera si no fuera, por que se marchó hace un año de Seattle por que estaba realmente enamorado de una muchacha. Tanto era lo que se amaban que duraron un par de meses y volvió suplicando que le dejaran volver a entrar a la mansión pero, el bastardo al que llamábamos padre, se negó que entrara de nuevo por lo que ahora, pasa los días durmiendo de hotel en hotel. Por no hablar que casi todos los meses, ocupa un par de revistas en la prensa debido a sus fiestas clandestinas.

-¿Qué quieres?- Le pregunté sin rodeos.

-¿Qué sucedió anoche? Ocupáis todas las portadas en el periódico-

-Si hubieras venido puede que te habrías enterado-

-Ya sabes que este último año, mi relación con papá no ha sido la mejor. Por lo que me habría echado de la fiesta en cualquier instante-

-Si no te hubieras marchado con aquella mujer sin ni si quiera pedir permiso eso no habría sucedido-

-¿Tú me estás reclamando algo? No fui yo quien montó un escandalo en la fiesta-

-Yo, hice lo posible por que todo saliera realmente perfecto pero no pude con todo-

-Por eso mismo, no hagas cosas que te puedan superar-

- Yo, no tuve culpa de nada. Fue Dewey quien contó todas aquellas mentiras y pegó a Noah. Fue Noah, el que desveló lo que sucedió. Y fue mamá quien en un ataque de histeria sacó un arma y disparó al cielo. Por no hablar de Anna, que tras hacerse la fotografía familiar se marchó de la fiesta y no se supo nada de ella hasta que esta mañana por suerte, apareció en su habitación. Y ya para rematar, Noah no aparece desde ayer. Así que no vengas con idioteces. ¿A caso tú estuviste aquí para ayudarme en algo? No. Pues no vengas ahora para consolar a mamá y aprovechar la excusa de su lamentación para volver a entrar a esta puta casa. Niñato inmaduro- Dije intentando controlar la furia a causa de las barbaridades que Matthew había soltado por su boca.

- Yo al menos, luché por la persona a la que amaba de veras. Si tú hubieras luchado por la persona a la que amabas, no se hubiera marchado. Pero, era tan grande tu lucha por conseguir el mandato en la empresa familiar que la dejaste marchar. Y ahora me culpas a mi, por que tú no tuviste las agallas de luchar por la persona a la que amabas. Y todo por el simple hecho de "hacer lo correcto" ¿Y si lo correcto hubiera sido marcharte junto a ella? Por eso te digo, que yo al menos lo intenté y no mandé a la mierda a la persona a la que amaba por complacer a un puto bastardo infiel como lo es Dewey. Ahora, si no te importa, voy a ver a mamá- Dijo cruzando la entrada para luego subir las escaleras.

Realmente, por mucho que me fastidiara tenía absolutamente toda la razón. Pero en estos momentos, no debía pensar en mi. Solamente debía encontrar a mi hermano comenzando por un lugar que la mayor parte del mundo desconocía. Incluida mi madre. Los únicos que sabíamos de la existencia de ese lugar. Era simplemente una pequeña cabaña apartada de la ciudad, en el monte Rainier.

Así que, agarré el coche y me dirigí hacia aquel lugar. En el trayecto, no paré de pensar en ningún momento en las palabras de Matthew y en lo sucedido en la fiesta. Incluso en la radio, anunciaban sobre lo sucedido en el evento. Por no hablar de los periódicos digitales, en los que se encontraban videos de aquellos sonidos. Lo que nadie sabía, era lo que sucedió tras marcharse la gente.

Volví a la mansión y encontré a la policía. Pregunté por lo sucedido pero al parecer no sabían exactamente lo ocurrido. Y, debido a que no encontraron ningún tipo de prueba ni el arma que se utilizó para disparar, solamente se marcharon. Pero antes, revisaron las cámaras de seguridad y todo ese procedimiento. Lo dicho, hicieron el ridículo por que los guardias de seguridad manipularon las cámaras para que ese momento de la fiesta se cortara por completo. Y todo a petición del bastardo de mi padre, por nombrarlo de alguna manera.

***

Había llegado a la cabaña. Todo parecía normal hasta que bajé del coche y abrí la puerta del lugar. Todo se encontraba destartalado, fotografías rotas tiradas por el suelo al igual que algunas estanterías. Y lo más impactante, un rastro de sangre que llevaba al baño. Algo había ocurrido allí, había algo que se me escapaba. Algo que lo cambiaría todo en mi vida por siempre.

Al salir de la cabaña, me dirigí hacia el cuartel policial. Una vez allí, me atendió un hombre de barba oscura y ojos claros, carecía de pelo. Todos los allí presentes, me miraban de un modo extraño. el cual no entendía a la perfección.

-Señor Ayers, pase por aquí- Me dirigió hacia un pequeño despacho tras eso, se sentó en la otra parte del escritorio y yo tomé asiento.

-Adelante-

-Quería denunciar una desaparición-

Lo que no sabía, era las consecuencias que eso tendría a la mañana siguiente...