The Ayers (Antes De Que Te Destruya 1)

27: Mentiras

Ellen

Los rayos del sol impactaban en mi cara. Poco a poco, abrí los ojos. Al parecer, Luke no estaba. ¿Habría ido a la oficina? Paso mis manos por la cara apartándome el pelo. ¿Lo que había sucedido en la madrugada era real? La respuesta era obvia. Sí. Cual cosa era de esperar. Pero, ¿Cómo es que la persona con la que habló consiguió contactar con ella? ¿Qué le había ofrecido para acabar conmigo? Pero si algo no sabía esa mujer, era con quien se estaba metiendo.

De pronto, se abrió la puerta del baño dando paso a Luke Ayers. Justo como el día en el que nos conocimos. Con una toalla enrollada en su cintura.

-¡Perdón! Yo no- Dije bromeando haciendo referencia a aquel día.

-Buenos días- Dijo acercándose hacia mí.

-Buenos días señor Ayers-Dije sonriendo.

Él, se acercó lentamente hacia mí. Su toalla, cayó al suelo y él subió a la cama. Se había posicionado sobre mi. Solo que esta vez, no para besarme como anoche. Mordió delicadamente mi labio inferior causando que un pequeño gemido se me escapara. Arqueé mi cuerpo y sentí un calor agradable recorrer mi cuerpo.

-No, esta vez mando yo- Dije cambiando la posición. Ahora, esta vez se encontraba él, expuesto a mi. Y yo sobre él, tomando todo el control. Me quitó la camiseta.

Lentamente, hice un movimiento con la mano, tocando cada uno de sus abdominales hasta llegar a su intimidad.

-Me vuelves loco Ellen- Dijo en un gruñido.

De pronto, la puerta se abrió dando paso a Rachel Ayers. Tan rápido como pudimos ambos nos tapamos entre las sábanas. Que vergüenza.

-¡Tía! ¿Es que no te han enseñado a llamar a la puerta?-

-A desayunar, y no te quejes tanto, cosas peores he visto-

¿Pero esta mujer?

Seguido de eso, cerró la puerta se marchó. Luego yo, abracé a Luke riéndome por la situación que acabábamos de vivir.

Tras vestirnos, bajamos agarrados de la mano a desayunar.

La mesa estaba repleta de comida, cuando Luke se fijó en las personas que habían bueno, más concretamente en la persona que había, se tensó.

-¿Qué haces aquí?- Le preguntó Luke a Dewey.

-Quería ver a mi hija. Por cierto, buenos días señorita Ellen-

-Buenos días- Respondí. Vale, si es cierto, había hecho un trato con él. Espiaría a su hijo, no me enamoraría de él pero, él no diría, ni se opondría a nada de lo que yo le pidiera con la oferta que le haría.

-Luke, cálmate. Desayunará y se marchará. Déjale, además, a Anna no le vendría bien que discutierais tras lo que le sucedió-

-Está bien-

Una vez todos nos sentamos en la mesa, comenzamos a comer. Noah, no bajó en ningún momento al ver quien se encontraba desayunando junto a nosotros. Según lo que pude ver, era normal. Por su culpa, toda la familia quedó dolorida y destruida.

-Hijo- Dijo Dewey observando a Luke.

-Yo no soy tu hijo-

-Luke-

-Dime- Dijo conteniéndose.

-Quería pedirte bueno, pediros perdón- Eso si que no me lo esperaba. -Me equivoqué. Lo hice todo mal, me enamoré de otra mujer que no era tu madre- Primera mentira, él no la querría, él, lo hizo por mujeriego- No supe como poner solución- Mentira, podrías haber dejado a una de ambas- Y todo se me fue de control- Mentira, no se te fue de control, hiciste daño a la gente de tu alrededor, tanto incluso que llegaron a contar tus mentiras. Y si no fuiste a juicio, fue por tu dinero y apellido. Además, no encontraron pruebas de nada de tus delitos financieros debido a que hiciste que tu equipo informático borrara todas las pruebas de manera en la que no salieran a la luz- Cometí errores- Y muchos- Espero que podáis perdonarme en algún momento. Dicho esto, me tengo que marchar a la empresa, hoy tenemos una reunión muy importante con nuestros segundos mejores inversores así que Luke, nos vemos allí. Recuerda que dará comienzo en un par de horas. Adiós familia-

¿Él estaba esperando a que le perdonaran? Para que mentir, son sus hijos. Les perdonarán.

Tras decir esas palabras se marchó. Todos quedaron en silencio, nadie abrió la boca en ningún momento.

De pronto, un asistente llegó con una Tablet entre manos.

-Señor Luke-

-Dígame-

-Creo que es conveniente que mire la prensa- Dijo entregándole la Tablet.

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Anoche, un fuerte incendió afectó a un edificio que se encontraba en la zona montañosa de Seattle. Al parecer, la señorita Anna Ayers, quien alertó la pasada noche a la policía del lugar de donde había logrado escapar se ha destruido completamente. Eso implica, que ya no hay pruebas pertinentes del caso. ¿Eso significaría que el incendio fue provocado?

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-Le diré al abogado que prepare las denuncias pertinentes. Anna, los encontraremos-

***

Había llegado a casa. Debía hacer un par de cosas además de cambiarme antes de ir a trabajar. Por suerte, Luke y Dewey tenían aquella reunión con los inversores y yo podía permitirme llegar un poco tarde.

Subí las escaleras y me duché. Tras arreglarme, bajé al salón principal con el portátil y la memoria del micrófono.

Presioné el play y aceleré la velocidad. Durante las primeras horas de grabación solamente hablaban de inversores, proyectos y algunos gemidos. Lo último no es irónico. De pronto, escuché uno de los audios que sí me interesó.

-No se pueden enterar de nada, en un par de días, el dinero será exportado a Suiza.

¿Con quien hablaba?

-Sí, ya se que puede ser peligroso pero si nadie se entera del blanqueo no sucederá nada-

Bingo, ya tenía una prueba contra él. Tan solo, me quedaba colarme por la noche en su casa y robar su portátil. Ahí estarían todos los documentos que probarían que él, ha realizado ese blanqueamiento. Y realmente, Rachel, no me preocupaba. Solamente, debía hacer que confiara en mi o bueno, en el dinero que le daría si ella mantenía el pico callado.

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Nota del autor: Querida Ellen, no tientes a la suerte. Se más precavida.

Se acerca el final de la primera parte de The Ayers (Antes de que te destruya)