The Ayers (Antes De Que Te Destruya 1)

2: La fiesta

Irati

Me encontraba a las puertas de esa mansión, el ruido abundaba en el lugar. Si algo destacaba en mi era lo indecisa que podía ser en algunos instantes.

-Vamos Irati- Dijo Eliot. Nada más llegar descubrí que era la clásica casa de niño rico en la que no habían padres por que estaban de viaje de negocios. Intenté no tener remordimientos durante esa noche. Por lo que nada más entrar por a puerta me dirigí hacia la cocina y llené un par de vasos de chupito. Pillé un líquido al azar y lo vertí en el vaso. Después me los bebí en dos tragos.

-Sí que empiezas fuerte. Aunque viéndote no aguantarás ni dos más.- Dijo un chico del otro lado de la isla de la cocina. No le veía la cara debido a que llevaba una capucha. Además, en su mano derecha sujetaba un cigarrillo. ¿De quien se trataba?

-¿Qué apostamos?-

-No voy a apostar, sé que perderás.

-Probemos pues-Una vez dije eso, coloqué diez dólares en la mesa y él también. Una vez esto sucedió volví a verter el líquido en los vasos y me los bebí en dos tragos. Noté como el líquido que recorría mi cuerpo me hacía sentir como si ardiera. Una vez terminé de tragar me llevé el dinero al bolsillo.

-Por cierto, ¿Cómo se llama lo que me he tomado?-

-Sexo-

-¡Cómo!- Dije alzándome para acercándome hacia él desde el otro lado de la isla. No le escuchaba, la música estaba realmente fuerte

-Sexo, se llama sexo. Y su nombre es tan peculiar por que altera todas tus hormonas-

-¿Insinúas que esto me pondrá cachonda? -Dije riendo. Y no había comido nada antes de salir, esto me iba a sentar muy pero que muy mal.

-Puede-

-Al menos no estaré en mis plenas facultades mentales para verme haciendo el ridículo.

De pronto, se quitó la capucha y dejó a la vista por completo su rostro y pelo.

Pelo rubio, ojos verdes, labios finos y una mandíbula definida. ¿No hace mucha calor aquí?

-Bueno, me voy a bailar. Adiós-

Una vez me despedí, me acerqué hasta la pista y comencé a usar los" pasos estrellas de wattpad". Mientras yo bailaba, pude apreciar que Eliot, se encontraba liándose con una chica.

Mi calor augmentó por segundos por lo que decidí salir a la calle a tomar el aire. Una vez allí, el sonido de la música se calmó un poco. Y yo, me senté en el borde de la acera de la carretera. Al principio, no me di cuenta pero frente a mi, se encontraba aquel chico rubio con quien había apostado los diez dólares.

-Hola de nuevo- Dije riendo y poniendo la cabeza sobre mis rodillas.

-¿Por qué no estás en la fiesta?-

-Eso mismo debería preguntarte a ti- Dije entre risillas mientras alargaba cada una de las palabras que salían por mi estúpida boca.

-Me aburren-

-Si te aburren ¿Por qué has venido?- Me sentía estúpida, a mi tampoco me gustaban por lo que solamente había una diferencia entre él y yo en ese justo momento. Que yo, si estaba borracha.

-Por hacerle el favor a un amigo-

-Te compadezco- Reí, mientras me quitaba los tacones. Los agarré y me senté justamente a su lado en la otra parte de la acera.

-¿Me compadeces?-

-Yo he venido por un amigo, solo que yo digo para pasar una mierda de noche me emborracho-

-¿Quieres?- Dijo enseñándome el cigarrillo.

-Sí- Hizo la intención de dármelo- No, mejor no que nos conocemos- Lo quitó- No, no mejor sí. Bueno no. Definitivamente no- Puse los ojos en blanco por un momento.

Mientras, él dio una última calada al cigarro y lo apagó.

-Eres una rarita-

-Habló el que lleva sudadera en verano, el que viene a una fiesta sin gustarle las fiestas, el que no bebe pero si fuma, el que me espía. Y el que está en la parte de fuera en cuanto dentro podría estar liándose con tres tías al mismo tiempo. Vamos no me jodas- Reí. Enumeré cada una de las cosas con los dedos de las manos de un modo exagerados- ¿Tienes seis dedos?- Le agarré la mano- Uy no- Hice gestos un tanto extraños- Son cinco. Por cierto, hueles a porro.

-Fíjate tú, que creía que olía a frutos del bosque-

-¿Eso iba en sentido figurado? Pues no, no hueles precisamente a frutos del bosque si no a hierbas ilegales del bosque- Reí. ¿Por que no dejaba de reírme? Ya estaba haciendo el ridículo más de la cuenta esa noche.

-Vaya mierda de chiste-

-Ya lo se ya- Suspiré y me levanté agarrando de nuevo los tacones- Mejor me voy para dentro. Eres majo pero un coñazo-

-Yo seré un coñazo pero al menos no haré el ridículo esta noche- Cuando me giré para responderle, ya no estaba.