Pobre niño.

660 113 4
                                    

Nie Huai Sang, es el segundo maestro de Qinghen  Nie nacido de una concubina y a pesar de eso dentro de la secta nadie lo respeta y da su lugar. Desde que nació vivió bajo el abrigo y amor de su madre y de su padre. Siempre fue un niño inteligente que aprende muy rápido lo que se le enseñe, a temprana edad mostró sus gusto por los libros, dibujar y el arte además practicaba tocando distintos instrumentos. Era muy unido a su hermano mayor, siempre siguiéndolo y observándolo entrenar. El primer cambio de su vida fue cuando a sus 8 años su madre murió envenenada y lamentablemente no se encontró al culpable. Huai Sang fue sacado de la residencia de las concubinas por su padre y lo llevo al palacio principal y puso al cuidado de Furen Nie quién odiaba al menor debido a que por culpa de la madre de ese niño su esposo jamás la volvió a tocar.

La siguiente desgracia del menor fue a sus once años, cuando su padre murió.

Huai Sang corre por los pasillos de la secta con destino al salón donde están velando a su padre y a la distancia vio a su hermano arrodillado quemando papel moneda. Cuando estuvo a punto de llegar furen Nie se adelantó y agarró de un brazo.

- ¿A dónde crees que vas, maldito bastardo? - le tironea la mujer con violencia.

- tengo que estar al lado de mi hermano.... - intenta responder el menor.

- tu sucia presencia no es requerida - dice entre dientes la mujer.

- pero quiero despedir a mi padre.... - dice lloriqueando.

- no lo permitiré... - la mujer llama a uno de los guardias y le ordena que se lleven al menor a las celdas y que no lo dejen salir hasta que ella lo autorice.

- no, no puede - grita el niño - yo tengo derecho a... - no pudo terminar de reclamar por qué Furen Nie lo silencio de una potente bofetada - solo eres el hijo de una puta, uno que no tiene derecho a nada - el niño solo la miro en silencio con lágrimas acumuladas - llevénlo a las celdas y encadénenlo como a un perro - dice finalmente la mujer.

El tiempo ha pasado y Furen Nie no deja de hacer la vida imposible al segundo maestro de la secta. Lo odia y con él se desquita por el hecho de que el anterior líder nunca le amo más  y porque solo tenía ojos para la madre del niño.

- siempre es lo mismo con ese niño - reclama  Nie Ming Jue quien lo único que quiere es empezar a comer.

- ya sabes cómo es tu hermano - dice la mujer - es un inútil bueno para nada que lo único que hace es dejarnos en vergüenza.

Huai Sang corre por los pasillos del palacio para dirigirse al comedor donde lo estaban esperando. En el camino se va arreglando la ropa lo más que puede al igual que su cabello y cuando llego de detuvo - siento llegar tarde...- dice apenado con la mirada al suelo.

- ¿por qué pides perdón si lo vas a volver a ser?-  furen Nie se acerca al menor para darle un fuerte bofetada - ve a sentarte y come.

- te lo mereces - dice su hermano sin mirarlo - sólo eres una vergüenza.

- ¡perdón! - exclama con voz quebrada.

- cuando termines iras a pedirle perdón a nuestro padre de rodillas, eres desobediente y muy rebelde.

- si.....- dice resignado el menor.

El tiempo pasa y Nie Ming Jue trae a la secta a un joven, que se convierte en un sirviente quien al momento de conocer a Huai Sang pensó que también era un sirviente.
Meng Yao esta en la cocina  preparando un té para furen Nie cuando el segundo maestro entró apurado. Huai Sang ignorando a las personas busco un cuenco para raspar la olla y comer de lo que sobraba.

- no hay nada todo esta limpio - dice un cocinero.

- pero no he comido nada en toda la mañana - reclama el menor.

- no es nuestro problema.

- estuve trabajando sin descanso y tengo hambre.

- nosotros también y no podemos dejar las cosas sucias por esperarte.

- pudieron guardar una porción en un cuenco - dice con tristeza - me duele el estómago.

- no somos tus  sirvientes y si aguantaste hasta ahora, bien puedes esperar hasta la hora del almuerzo.

- pero....

- son ordenes de furen Nie - al escuchar que la nombran el niño deja de insistir reflejando el miedo en sus ojos para luego retirarse.

Ese es el primer día de Meng Yao como sirviente y no sabe cual es la situación de ese niño pero tampoco puede dejar las cosas así por lo tanto sale detrás del menor.

- niño espera - llama Meng Yao.

- ¿quién eres? - pregunta el menor.

- soy Meng Yao, nuevo sirviente y empecé hoy - sonríe.

- hola...- saluda - soy Huai Sang - se presenta el niño.

- tengo un trozo de pan - dice sacándolo de entre sus túnicas para ofrecerle al menor.

- al parecer no te han dicho las reglas con respecto a mi - dice el niño sin recibir el trozo de pan a pesar de que el estómago le rujido

- no - dice preocupado Meng Yao.

- no puedo aceptar lo que me ofreces, siempre me están vigilando y si se dan cuenta te van, nos van a castigar.

- ¿por comer?

- tengo que ir al rio para lavar ropa, si quiero llegar a tiempo me debo apurar... de todos modos gracias - se despide con una reverencia.

Como es habitual a la hora del almuerzo Huai Sang llega a medio arreglar - ¡no aprendes cierto! - dice la mujer e igual que siempre le da una bofetada.

- te vas a quedar de pies, hoy no vas a comer - dice su hermano sin mirarlo - estamos cansados de tener que esperarte, desde hoy si llegas tarde no comerás.
Madam furen desde que su esposo murió se encargo de hacerle la vida imposible a Huai Sang, sus verdadera intenciones es hacerlo desaparecer pero antes quiere castigarlo y desquitarse por todo lo mal que la paso y siempre se las arreglaba para hacerlo quedar mal ante los ojos de su hermano mayor, conociendo a su hijo ella sabía que debido a la decepción se iba a alejar e ignorar al chico.

- pero tengo hambre - reclama El menor.

- ya dije - dice el mayor en tono severo.

- Lo siento, no te enojes- se queda de pies contra la pared con los ojos fijos al suelo, resignado a que una vez más tendrá que aguantar su fatiga.

Meng Yao no puede creer lo que está viendo, pero antes de decir cualquier cosa decide observar un poco más la conducta de la familia para formarse una idea. Vio sufrir al segundo maestro, malos tratos y humillaciones no solo por parte de Furen Nie, si no que también por parte de los discípulos, entonces compadeciéndose del niño, Meng Yao decidió meter sus narices. Busco testigos que estuvieran dispuesto a dar su declaración por voluntad propia y a los que no querían cooperar los amenazó diciéndoles que cuando el líder se diera cuenta de lo ocurrido con su hermano menor, cabezas rodarían. Meng Yao se dio cuenta de que el líder Nie no sabia nada de lo que estaba ocurriendo con ciertos asuntos de la secta puesto que madam Furen se encargaba de esas cosas y que el líder solo ignoraba al menor debido a la decepción que siente hacia el segundo maestro. Pero este problema no durará mucho ya que Meng Yao le pondrá fin.

Jiang Yan Li.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora