Rabia, duelo, Túmulos Funerarios.

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Como lo ha venido haciendo desde hace un tiempo, el líder Nie Ming Jue, viene de visita a Yunmeng Jiang para ver en persona el avance de su hermano y agradecer a la joven maestra Jiang algo que jamás él pudo lograr y eso es, hacer que su hermano entrene para desarrollar su núcleo dorado. Después de un largo viaje, primero va a una posada para pedir una habitación donde tener que asearse. En esta ocasión, al igual que en las anteriores estaban en el comedor de la posada comiendo junto a su primo Zonghui y discípulos que en este momento le acompañan. En una mesa aparte había un grupo de cultivadores entre alfa, betas y omegas hablando valientemente del duelo que tendrán con la primera joven maestra de los Jiang haciendo referencia de que le ganarían en duelo y que cuando eso ocurriera, ella tendría que aceptar al ganador como su esposo y quien quiera que este fuera, la doblegaría y pisotearía la arrogancia de esa alfa volviéndola alguien sumisa y obediente. Las burlas y risas continuaron sin importar quien los estaba escuchando.

Furioso, Nie Ming Jue tenía sus labios apretados, su mandíbula esta tensa, su seño fruncido, manos empuñadas sobre la mesa y una profunda respiración pesada indicaba que a más de uno quería enterrar su sable. Un fuerte golpe sobre la mesa, con la palma abierta, hizo temblar los vasos y frascos de vino, los platos saltaron tambaleándose y algunos palillos cayeron al suelo. Las personas a su alrededor y los cultivadores que se dirigen a la secta de los Jiang se voltearon para ver cuál era el problema. El líder obtuvo la atención de todos sobre él por un breve momento. Zonghui le agarra de un brazo, para recordarle que debe guardar la calma y que pensara mejor las cosas.

Zonghui- dice el líder entre dientes- en este mismo momento iras a la residencia de registros hacer algo por mi, estaré esperando a que regreses en la habitación ya que si me quedo un poco más aquí, varias cabezas terminaran rodando.

Mientras tanto en la secta de los Jiang, el pequeño Lan WangJi se encuentra con el resto de los discípulos entrenando el estilo de espada que va a adoptar de su futura familia. En esta ocasión Jiang WuXian no se encuentra en la secta ya que hace unos días atrás se había ido a Qishan Wen para visitar a su prometido. Jiang YanLi observa a la distancia el entrenamiento mas bien con los ojos puesto en el Lan.

- ¿por qué te molesta tanto?- pregunta Chenqing - es uno de tus personajes favoritos y sin embargo lo miras como si fuera un enemigo.

- Pensé que en esta oportunidad sería distinto, que serían más cercanos y no habría castigo de por medio, pero él estuvo dispuesto a castigarlo nuevamente.

- ¿qué más quieres? Ese niño creció en una secta llena de reglas y castigos, controlado y dominado por su tío- dice el demonio.

- es verdad, tengo que hacer algo para que el pequeño jade confíe en mí hermano.

- ¿qué piensas hacer?- Chenqing se siente intrigada.

- Lan WangJi, acompañame- llama la mayor de las Jiang sin responderle al demonio.

- No puedes venir e interrumpir el entrenamiento como te dé la gana- reclama Jiang Yan Siu.

- Solo lo quiero a él- dice la mayor como si le estuviera hablando a alguien insignificante- después de todo no es un discípulo Jiang.

- Tienes razón, aún no lo es pero actualmente es el prometido de WuXian- dice Yan Siu

- Aun no están casados. acompáñame...- le dice al Lan en tono severo.

WangJi se despide de YanSiu con una reverencia que le corresponden y en silencio sigue a la mayor, hasta un salón- quiero que sepas, aún estoy furiosa por el castigo que mi hermano recibió injustamente en Gusu Lan- de su bolsa saca pequeñas piedras del porte de una semilla o diente de choclo los cuales tira al suelo- arrodíllate sobre las piedras- el menor obedece y a pesar del dolor se mantuvo firme y recto. Por su parte Yan Siu dio por terminado el entrenamiento y fue detrás de su hermana y futuro cuñado. No era que quisiera intervenir en los planes de la mayor o que no quiera ser una de las marionetas que hacen lo que Yan Li quiera con ellos. Simplemente Yan Siu conoce a esa mujer y está segura que el pequeño Lan la va a pasar mal a causa del mero capricho de la impostora. Preguntando a todo el que se le cruzaba en el camino supo el lugar al que Lan WangJi fue llevado. Apresurada entra al salón, se aproxima, lo agarra de un brazo y levanta.

Jiang Yan Li.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora