Un Gato Viene a Verme (Chat Noir/Adrien y tu)

14. Identidad Revelada

Narra ____

Ha pasado una semana desde que empezaron los ensayos y Adrien ha venido cada día desde entonces.

Me causa mucha ternura cómo ha hecho de todo para venir y pasar desapercibido, a pesar de que le he dicho muchas veces que no necesita hacerlo si es demasiado complicado para él. Y siempre que le digo éso, me mira enfurruñado y dice que nada es demasiado complicado si puede verme.

Es tan lindo...

Por otra parte, navidad está a la vuelta de la esquina y pronto comenzarán las vacaciones de invierno. La obra se presentará para año nuevo, en el festival anual de Ladybug y Chat Noir.

Este festival es una de las cosas más divertidas para hacer en París, ya que hay todo tipo de atracciones y juegos para pasar con familia y amigos. Hay muchísimos puestos de comida internacional, fuegos artificiales y casi al final, una entrevista especial con los héroes, donde filas larguísimas de personas esperan con paciencia poder hacerles preguntas o agradecerles sus servicios.

Sé que Adrien estará demasiado ocupado ése día como para que lo pasemos juntos, pero soñar es gratis, supongo.

En fin... La escena final termina y los aplausos del director me hacen saber que hicimos un buen trabajo.

Bajo del escenario sintiéndome acalorada por los reflectores y busco un lugar apartado entre las gradas para sentarme y esperar a mi rubio favorito.

Ayer me dijo que tenía una sesión de fotos urgente con una marca de perfumes y que llegaría un poco tarde.

Aún no asimilo del todo que estoy saliendo con uno de los modelos más conocidos de París... Ni en mis mejores sueños lo habría imaginado.

La hora se va volando y me despido de todos con una sonrisa. Busco a Nathaniel antes de irme y nuevamente está tan ocupado que todo lo que alcanzamos a decirnos es un corto y distraído "Hasta mañana".

Saco el teléfono de mi bolso y lo reviso mientras camino hacia la salida. No hay mensajes nuevos. ¿Qué podría haber sucedido para que no llegara? ¿Un akuma?

Sacudo la cabeza para espantar esas ideas y me digo a mí misma que, sea lo que sea que haya pasado, seguramente me lo explicará en la noche. Irá a verme como Chat Noir y me dará su mejor excusa, después de todo, sé que él no faltaría a su palabra sin una buena razón.

Doy vuelta en la siguiente esquina justo cuando una voz femenina se escucha a mis espaldas.

―¿____?

Volteo casi de inmediato y busco a la persona que me ha llamado. La sorpresa no tarda en cubrir mi rostro.

―¿Marinette? ―pregunto dando un paso hacia la chica.  Ella abre la boca como intentado decir algo pero vuelve a cerrarla enseguida. Se ve nerviosa. Juega con la correa de su pequeño bolso y mira el suelo durante un minuto. Un minuto en el que murmura algo para sí misma que no alcanzo a escuchar gracias a la distancia de dos metros que nos separa.

Finalmente, luego de un aparente debate consigo misma, reúne valor para decir:

―¿Podemos hablar?

(...)

Llegamos a su casa y mientras subimos las escaleras hacia su cuarto, me pregunto por qué accedí a venir cuando apenas y nos conocemos. Ni siquiera recuerdo su apellido.

Una vez que la escotilla está cerrada, Marinette suelta un supiro y se cruza de brazos.

Juro que intento prestarle la atención que se merece, pero las incontables fotografías de Adrien que tiene en su cuarto no me dejan concentrarme. Es decir... Adrien me contó sobre ésto, dijo que es diseñadora de modas y que admira mucho a su padre, pero... ¿Realmente se tragó ése cuento? ¿Es así de denso? Es obvio que está enamorada de él.

Y de una manera un poco obsesiva, si puedo ser honesta.

―No andaré con rodeos ―empieza. Su voz, que antes era suave, ahora sale con fuerza y su semblante nervioso ha desaparecido por completo―. ¿Estás jugando con Adrien? ―escupe con molestia y recriminación.

Hago una mueca de confusión cuando proceso lo que acaba de preguntar.

―¿Disculpa?

―¿No estabas saliendo con Chat Noir? ¿Por qué juegas con Adrien también? ¿Te parece divertido jugar así con las personas?

Abro los ojos con sorpresa y debo admitir que me resulta un tanto divertida ésta confusión. Entiendo su preocupación, pero...

―¿Cómo sabes de lo mío con Chat? ―pregunto enarcando una ceja. Marinette aprieta los labios.

―Somos amigos, y me lo ha dicho. ¿Cómo puedes hacerle algo así? ¿Por qué le haces ésto a ambos?

―Espera, espera... Parece que hay un pequeño malentendido que, siendo honesta... No tengo por qué aclararte.

Marinette parece enfadarse por mi respuesta y rueda los ojos con fastidio.

―Realmente creí que eras una buena persona. Chat habla de ti siempre que puede y dice tantas maravillas con una emoción que yo... ¡No lo entiendo! ¡No entiendo cómo puedes hacerle ésto! ¿Qué tan cruel puedes ser?

―Oye, detente... No voy a seguir escuchando si sigues hablando de ése modo... ―digo caminando hacia la escotilla de salida, pero lo que mis ojos alcanzan a ver en la esquina de la habitación hace que me quede paralizada.

¿Eso es...?

―¿¡Por qué no te decides de una vez y dejas de jugar con ellos!? Chat es un buen chico, y Adrien... ¡Adrien no se lo merece! ¿Siquiera sientes algo por alguno de ellos?

No la estoy escuchando. Me doy la vuelta con el corazón en la mano y la observo como si estuviera viendo a alguien completamente diferente.

―Tú... Amas a Adrien, ¿Verdad? ―pregunto con voz entrecortada. Mi cabeza va a mil por hora y la ansiedad crece conforme espero su respuesta.

Marinette luce sorprendida al principio, pero luego asiente con confianza.

―Lo amo. Lo amo desde que lo conocí. Y nunca me arrepentiré de amarlo. ¡Ni aunque duela más que una herida abierta!

―Así que... Es así ―alcanzo a decir sin quitar mis ojos de aquella caja de regalo.

Ya no hay duda. Ésa caja es la que yo misma escogí para su aniversario. Había notado las coletas apenas nos encontramos en la calle, pero ahora estoy completamente segura de ésto...

Marinette es Ladybug.

Ambos se han amado desde que se conocieron y ninguno lo sabía.

Esto debe ser un chiste...