19. La Despedida

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Narrador

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Narrador

Adrien abrió los ojos al sentir la tierna caricia en su cabello. Aún estaba medio dormido, pero que ella fuese la primera cosa que viera en la mañana ya le había mejorado el día, la semana y probablemente todo el mes.

Estiró su brazo desnudo hasta rodear su cintura y la obligó a recostarse a su lado antes de ocultar su rostro en su vientre. Dejó un suave beso y ambos rieron como los tontos y hormonales adolescentes que eran.

―Ven... Duerme conmigo un poco más ―rogó el rubio poniendo ojos de cachorro.

____ soltó un supiro y entró en las frazadas al instante.

Se acostaron uno al lado del otro, enfrentados, y se miraron a los ojos por un largo rato. Como si no existiera nada más además de ellos y su amor.

La nieve siguió cayendo. Las horas siguieron avanzando. El mundo siguió girando.

Pero ellos no eran conscientes de éso.

Querían ser felices y sin preocupaciones aunque fuera por un día.

―Te ves linda por las mañanas ―comentó Adrien jugando con su cabello.

―¿Estás bromeando? Debo tener el pelo todo enmarañado. En cambio tú... ¿Qué se siente ser jodidamente perfecto?

Adrien apretó los labios.

―¿Soy perfecto?

―Obviamente ―contestó sin dudar―. Bueno... Solo si hablamos de manera superficial. Tu personalidad es un poco fastidiosa ―hizo una mueca extraña antes de reír.

Adrien arqueó las cejas y se sintió ligeramente aliviado de saber que ella no creía en verdad que fuera perfecto.

―Bueno... Tienes mucha suerte.

―¿Ah sí? ¿Por qué?

―Por que tu novio es perfecto. Serás la envidia de todo el mundo.

____ soltó una carcajada y tomó las manos de Adrien entre las suyas.

―Oh, no, no... Tú serás la envidia de todo el mundo cuando me convierta en la mejor actriz de Francia.

Adrien contempló con adoración el brillo que apareció en sus ojos cuando habló sobre ello.

―Oh, tienes razón. Tienes mucha razón. Siendo así... Supongo que tú serás la exitosa actriz y yo seré el esposo trofeo, perfecto fuera y dentro de la alcoba ―un guiño fue suficiente para agitar el corazón de la chica.

―Uy, que oferta tan tentadora. ¿Dónde firmo?

―El trato se cierra con un beso ―murmuró, divertido y seductor.

____ no dudó en darle el beso que quería y Adrien la abrazó para brindarle calidez.

Pasaron toda la mañana así, dándose mimos y disfrutando de su compañía. Rieron, vieron películas, desayunaron y le jugaron un par de bromas al pequeño gatito que había dormido toda la noche sin tener que presenciar situaciones vergonzosas.

Un Gato Viene a Verme (Chat Noir/Adrien y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora