16. Familia

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Narra ____

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Narra ____

Me siento extraña. Como si mi existencia hubiera sido cuestionada de repente.

Muerdo mi labio inferior con fuerza sintiendo como mi pecho se oprime con cada bocanada de aire que doy y rodeo mi cuerpo con los brazos para sentirme acompañada.

Esto duele...

Maldición... Duele mucho.

¿Por qué tenía que involucrarme en algo tan complicado?

El sólo pensar que soy un simple personaje secundario en la historia de alguien más hace que me sienta... Irrelevante.

¿Por qué debía enamorarme del protagonista de una historia ajena? ¿Por qué ésto tiene que ser así? Es decir... Nunca creí en el destino del todo, pero, ¿qué otra cosa necesito para creer en él, además de todos los nuevos recuerdos que están en mi cabeza? Además... ¿Qué se supone que debo hacer con ellos? ¿Con tantas versiones pasadas del chico que amo?

Ojalá pudiera ignorarlos, pero sin importar cuánto lo intento, siguen allí, reproduciéndose sin parar una y otra vez.

Sus voces se repiten en mi cabeza, gritan que se aman el uno al otro y mi pecho se contrae en respuesta. Es como... Como si pudiera comprender sus sentimientos mutuos. Como si muy en el fondo, entre las profundas sombras de mi consciencia, quisiera que su amor prevalezca también en ésta vida.

¡Y lo odio...!

Odio sentirme de éste modo.

Estas emociones que no son mías me están consumiendo lentamente y me hacen sentir desamparada. 

Ya no lo soporto...

Aspiro con fuerza cuando me acerco a casa y me tomo mi tiempo antes de entrar. Lo último que quiero ahora es darle más preocupaciones a mi abuela. No quiero mentirle, pero tampoco podría decirle la verdad, ya que... Ni yo misma la entiendo.

Abro la puerta una vez que me he calmado y dibujo la mejor y más falsa sonrisa que logro encontrar.

―Ya estoy aquí... ―balbuceo.

―¡Dulzura! ¡Bienvenida! ―exclama apenas me ve. Un nudo se forma en mi garganta y hago hasta lo imposible para no hacerlo evidente.

―Hola...

―¿Te divertiste? ―pregunta dándole un bocado a su cena. Muerdo el interior de mi mejilla y asiento de manera despreocupada.

―Sí, lo hice.

―Me alegra escuchar éso ―sonríe con alegría y escribe algo en el cuaderno delante de ella―. Oh, cierto, lo olvidaba. Adivina quién...

―¿De dónde demonios sacaste tanta ropa de hombre? No te estoy regañando, pero que incluso haya de mi talla me preocupa un... ―sus palabras quedan incompletas cuando me mira. Se ve sorprendido, pero no más de lo que yo lo estoy.

Un Gato Viene a Verme (Chat Noir/Adrien y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora