2. No Correspondido

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Narra ____

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Narra ____

Sé muy bien que enamorarse de alguien que te ofrece su amistad de manera honesta es una de las peores cosas que puedes hacer.

Y aún así... Lo hice.

¿Por qué?

¡Porque soy una estúpida!

¡Tenía que enamorarme como una tonta del hermoso gato que viene a verme en las noches! ¡El mismo gato que ha estado locamente enamorado de Ladybug por tres años!

―¿____? ¿Me estás escuchando? ―pregunta Adrien trayéndome de regreso al presente.

Lo miro atónita, sintiéndome asfixiada mientras intento expulsar mi lado enamorado de mi lado racional.

―Ah, sí, sí... ―murmuro sentándome con las piernas cruzadas y sonriendo como puedo―. ¿Confesarte? ¿A Ladybug? ¿De nuevo? ―pregunto aspirando hondo y fingiendo que todo en mi interior está bien.

Adrien se levanta y asiente, emocionado.

―Sí. Me dijiste que si quería que ella creyera en mis sentimientos debía dejar de coquetear con ella en cada oportunidad que tenía, y así lo hice. Desde entonces nuestra relación se ha vuelto más cercana y siento que Ladybug confía más en mí que antes.

―¿Ah, sí? ―El nudo en mi garganta es evidente.

¡Tonta, ____, Tonta! 

―¡Sí! ¡Y todo es gracias a tus consejos! ―Sus ojos brillan y su sonrisa es cegadora.

¡Sólo a mí se me ocurre ayudar al chico que me gusta a salir con otra!

―Eso no es cierto ―empiezo―. Tú lo hiciste todo. Eres un chico increíble, Adrien. Tú, Chat Noir, cómo sea. Pará mí eres el chico más genial que he conocido. ¿Quién podría conocerte sin caer enamorada al instante?

Adrien sonríe avergonzado y me envuelve entre sus brazos con fuerza. Le devuelvo el abrazo sin dudarlo y me dejó llevar por el delicioso aroma que emana de su cuerpo. Su calidez me marea y todo lo que quiero ahora mismo es quedarme así para siempre.

―Eres una estupenda amiga, ____. Todos los días agradezco haberte conocido. Ya ni siquiera puedo imaginar mi vida sin ti.

Aguanto la respiración al oír la dulzura de sus palabras y me doy una bofetada mental para no malinterpretarlas.

―Y yo... Yo también estoy feliz de haberte encontrado ésa tarde, Chat Noir ―digo con tono burlón antes de alejarme de él y despeinar su sedoso cabello rubio.

La hora llega a su fin y me despido de un Plagg bastante llenito y satisfecho. Adrien vuelve a transformarse en su alter-ego y caminamos juntos hacia la terraza, listos para despedirnos.

Una vez allí, voltea, toma mis manos entre las suyas y mirándome fijamente a los ojos, me dice...

―¡Te amo, ____! ¡Te amo más que a Ladybug! ¡Ven conmigo a perseguir la luna hasta el amanecer!

Sacudo la cabeza y espanto todos esos pensamientos tontos de mi mente.

―¿Quieres... Acompañarme mañana al centro comercial? ―pregunta nervioso mostrando una temblorosa sonrisa.

Retengo el aire en mis pulmones y la emoción no tarda en mostrarse en mi rostro.

―¿Al centro... Comercial? ¿Tú... Y yo? ¿Juntos? ¿Cómo amigos normales? ―la euforia en mi voz es inconfundible y Chat Noir parece relajarse al oírla.

―¡Sí! Sería la primera vez que salimos de ésa forma y... Bueno... Podríamos ir al cine, comer algo y... ¿Me ayudarás a elegir un buen regalo para Ladybug?

Vaya, es increíble cuántas veces puede romperse mi corazón en una hora.

Suelto un suspiro y sonrío a medias.

―Claro, ¿no hacen éso los amigos? ―digo sin darme cuenta que he sonado sin ánimos.

Chat lo nota enseguida y acaricia mi mejilla con sus dedos. Sus garras se deslizan con suavidad por mi cabello y, de la forma más amable posible, me obliga a mirarle a los ojos.

―¿Te pasa algo, ____? Sabes que no tienes que ir si no quieres... ―Su mirada es tan intensa. Tan dulce. Tan... Suya.

Niego antes de sonreír y hacer uso de mis dotes actorales por primera vez en mucho tiempo.

―¡Estoy bien! ¡Sólo estoy cansada! Aunque no lo creas, pintar con los dedos es un trabajo pesado... ―bromeo golpeando su pecho con el codo. Chat ríe conmigo.

―Oh, qué alivio. Entonces, ¿nos vemos mañana?

Asiento, emocionada.

―¡Puedes apostarlo! ¿Frente a tu escuela o la mía?

Chat lo piensa un rato antes de contestar.

―Ven a mi escuela. Nos iremos juntos desde allí. De paso... Quisiera que conozcas a mis amigos.

Latido.

¿¡Quiere presentarme a sus amigos oficialmente!?

¡Oh, por Dios!

―¡Me encantaría conocer a tus amigos! ―salto de la emoción y me lanzo a sus brazos con más fuerza que antes.

―Y a mi me encantaría que lo hicieras...

(...)

El día siguiente llegó y me la pasé todo el día contando los minutos para que la escuela acabara. La última clase se hizo eterna y casi lloro cuando la campana sonó finalmente.

El camino hasta la escuela Françoise Dupont fue casi como un paseo por el parque. Tranquilo y lento. Quería preparar mi mente y mi corazón para lo que estaba a punto de vivir.

Ésta era la primera vez que Adrien y yo nos reuniríamos afuera y hablaríamos como dos amigos normales.

Recuerdo que, al principio, cuando apenas descubrí su secreto, podía verlo seguirme de vez en cuando desde los tejados transformado en Chat Noir y nunca se bajaba a hablarme o a saludarme.

Aún me pregunto si él sabe que yo sé sobre eso...

Mis piernas empiezan a temblar cuanto más me acerco a la escuela y arreglo mi falda escolar en un gesto nervioso. El sonido de la campana llega a mis oídos y aguanto la respiración cuando los estudiantes empiezan a salir uno detrás de otro.

Busco su rostro casi con desesperación y es entonces cuando...

―¿____? ¿Eres tú? ―escucho detrás de mí. Volteo de inmediato al reconocer su voz.

―¿Nathaniel?

―¿Nathaniel?

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Un Gato Viene a Verme (Chat Noir/Adrien y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora