27. El Festival

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Narrador

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Narrador

El festival de fin de año. Uno de los más grandes festivales de París, dedicado en su totalidad a las grandes hazañas de Ladybug y Chat Noir... Se suponía que debía ser un día feliz y divertido, pero el Gatito no se sentía así en lo más mínimo.

Caminaba a lado de su compañera, saludando a los niños y recibiendo regalos de los puestos cercanos. Todos los ciudadanos los recibían con una sonrisa y hacían de todo para que los héroes aceptaran participar en sus juegos y atracciones.

Ladybug lo arrastró de aquí para allá, invitándolo a reír y a dejarse llevar por el animado ambiente del festival, esperando que de ése modo pudiera distraerse un poco de aquél dolor que oprimía su pecho.

Chat soltó un supiro y observó a la gente a su alrededor. Parecían divertirse mucho y deseó poder disfrutar tanto como ellos, pero no era así.

Mientras tanto, Ladybug estaba tan metida en sus pensamientos optimistas y nerviosos que no se daba cuenta de los verdaderos sentimientos de su amigo.

―¿No ha sido divertido? ―le preguntó dándole una mordida a su manzana acaramelada.

Chat asintió, desganado.

―Sí, lo fue.

―Te dije que ésto subiría tus ánimos ―La chica golpeó su hombro con el suyo de manera juguetona―. Me alegra poder hacer ésto contigo, Chat. ―Su sonrisa dulce y mirada brillante lo hizo sentir nostálgico.

“Hace un año... Habría hecho cualquier cosa para estar así con ella. Pero ahora... Todo es diferente” pensó con ironía.

―Y a mí... Me alegra que seamos compañeros ―contestó sonriéndole dulcemente, sin saber que causaría un intenso sonrojo en las mejillas de la chica.

Ladybug apartó la mirada y soltó una risita nerviosa.

―¿Cuánto... Cuánto falta para las interacciones?

Chat suspiró y miró la enorme fila que había delante de la plataforma donde se presentarían. En realidad, aquello era algo bastante curioso, ya que la gente no se acercaba a ellos durante el festival, sino que los dejaban pasear respetando sus espacios personales y hacían la fila si querían interactuar con ellos. 

―Creo que ya es hora.

Ambos héroes se miraron cómplices y saltaron hacia su lugar correspondiente provocando una gran reacción del público. Los encargados esperaron la señal y dejaron pasar a la primera niña, quién llevaba las mismas coletas de la heroína y no pasaba los seis años.

―¿Cómo se siente columpiarse por el cielo? ―preguntó con ojos llenos de ilusión y expectativa. Ladybug soltó un risita.

―¿Quieres averiguarlo? ―respondió tomándola de la cintura con fuerza y saltando hacia arriba con su yo-yo. La niña gritó de emoción y todos los demás aplaudieron.

Un Gato Viene a Verme (Chat Noir/Adrien y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora