36. Alma Libre

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Dos semanas después

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Dos semanas después

Narra ____

―¿Me veo bien? ―les pregunto moviendo la falda con suavidad y mi abuela me guiña un ojo.

―¿Cómo más podrías verte? Eres mi nieta, después de todo ―presume con orgullo y ambas miramos a Ander esperando su reacción. No se ve feliz.

―Mamá, sólo una preguntita ―dice dándose la vuelta hacia ella―. ¿¡Acaso no había uno menos transparente!?

―Ay, no exageres, Ander ―lo regaña.

―Sabía que era una mala idea dejarte que le compraras el vestido...

―¡Tío, por favor! ―exclamo riéndome de su mueca de aversión―. Vamos a llegar tarde si sigues así.

Ander rueda los ojos y suspira, resignado.

―Bien, sube al auto ―dice y ambas sonreímos con complicidad.

Todo lo que me ha explicado Ander sobre éste baile es que harán una subasta con distintos objetos de valor, como diseños exclusivos o joyería original, y que el total del dinero recaudado será para la caridad.

Se supone que un evento así es el escenario perfecto para hacer lucir mi apellido y conocer a los accionistas minoritarios del conglomerado Leclair. Por lo que debo comportarme, ser educada, complaciente y demostrar que lo único que les voy a quitar serán las ganancias mínimas...

Qué estafa.

En fin. Me ha dicho que "sin presiones" pero, literalmente, ¡nunca me había sentido más presionada en toda mi vida!

¿Qué demonios podría pasar si meto la pata?

Dios... No me respondas esa pregunta.

―De acuerdo. Yo estaré en el salón principal, donde se hará la subasta en una hora. Tú quédate en el central y, por favor, ¡compórtate! ―me ruega antes de seguir su camino colgado del brazo de mi abuela.

Me han dejado sola.

Suelto un suspiro y camino a través del largo pasillo que conduce hacia el salón central.

Al llegar, soy recibida por cientos de miradas curiosas que me hacen arrepentirme de llevar un vestido tan revelador y de haber venido en primer lugar.

Trago con fuerza y dibujo la mejor y más falsa sonrisa que tengo en mi repertorio en un patético intento por lucir más relajada.

De acuerdo, ____. Sólo debes sonreír y morir en silencio.

Un Gato Viene a Verme (Chat Noir/Adrien y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora