En apuros

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Mientras corría por el bus, trataba de recordar que material me tocaba en el primer turno. No quería llegar tarde a mi clase, y mucho menos en mi primer día de universidad, pero como siempre el maldito reloj mueve sus manecillas demasiado rápido para mi.

Vivo con mis amigos en una casa en España, más específicamente Madrid. Es un lugar muy bonito, debo reconocerlo, fue una buena decisión venir a vivir aquí. Volviendo al tema amigos, vivo con dos de ellos. Camilo y Carla, son gemelos pero son increíblemente diferentes. En cambio yo vengo de una familia grande, somos en total siete hermanos.

Marco, el mayor, tiene 28 años, es Mecánico,pero el sueña con ser escritor. Escribe cada que puede y su creatividad e imaginación está más allá de lo inimaginable.

Después esta Mario, tiene 26 años y es Barman. Eso es lo que le gusta y a eso se ha dedicado desde que tiene 18 años. Es uno de los más cariñosos de la familia.

Luego tenemos a Milán, nuestro querido hermano de 24 años, ha decidido de ser cantante, la música es su pasión. Toca casi todos los instrumentos y va a cantar a bares el tiempo que alguien lo pueda tomar en cuenta.

Luego tenemos a las gemelas Mireya y Merida, quienes a sus 21 años están estudiando medicina.

Después va Miguel, de 19 años, el cual quiere ser arqueólogo.

Y por último estoy yo, María, de 18 años ,la menor de todos, estoy en mi primer año de Universidad y quiero ser psicóloga. ¿Por que? En realidad no tengo una respuesta precisa a esa pregunta, simplemente quiero entender a la gente, quiero saber el significado de muchas de sus acciones, quiero aprender a conocerlas y sobre todo aprender a conocerme a mi misma.

Volviendo a mi estado actual, corriendo. Finalmente llegué a mi parada de autobús y llegué justo a tiempo ya que el bus estaba en la esquina. Al entrar, había un asiento vacío así que me tuve que sentar ahí, no podía más del cansancio. Lo cual, no fue una buena idea, me senté y estaba apretada entre dos señores una de camisa azul y otro negra. Deseaba llegar rápidamente a mi destino, y como si el universo estuviera en mi contra el día de hoy, el conductor paró el bus de repente. En varios intentos de volver a prender el vehículo, falló. Por lo que tuvimos que evacuar el auto.

Revisé mi teléfono para ver a qué hora llegaría el bus en la parada en la que había quedado y por si fuera poco, la aplicación decía que llegaría en una hora. Tomé un respiro, y comencé a caminar esperando llegar en un futuro cercano a la escuela.

Cuando pensé que me iba a deshidratar y que mi cabeza ya había procesado que había llegado tarde el primer día de clase en la universidad, vi mi escuela. Salté de alegría y grité un "al fin", haciendo que unos chicos que estaban al lado mío me miraran con desprecio. Seguí caminando y entré a la escuela. Cuando vi la hora, percibí que no tendría tiempo de entrar al primer turno que era historia ya que quedarían dos minutos exactamente para que esta terminara, así que fui a la clase de ética, la cual era mi segunda clase, y según el horario me tocaba con la señora Olsen.

Me paré en la puerta y escuché una campana sonar indicando que el primer turno había acabado. El ruido de las puertas abrirse y las voces de los alumnos se escuchaban por todo aquello. Pasaron unos minutos y sentí una presencia a mi derecha, me giré y vi a una rubia, ojos verdes profundos, la cual llevaba un vestido blanco y supuse  que era la profesora Olsen.

- tú debes ser una de mis alumnas...- supuso ella también

Asentí con mi cabeza y ella me dio una sonrisa acogedora.

- entra mientras esperas a tus compañeros- dijo y yo accedí entrando y sentándome adelante, ya que era ciega y hasta con espejuelos me costaba ver bien estando atrás en la clase.

Profesora Olsen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora