Bien solo debes escribir, solo debes tomar tu lapicero y escribir lo primero que te venga a la mente. ¿No es tan difícil? ¿O si?
Bien María, hiciste todo un trabajo sobre ti misma que debe ser más falso que tus ganas de vivir, pero al menos eres capaz de poner emociones en un papel.
- María!!!- me llamaron mis amigos.
- oh gracias a Dios- dije saliendo de mi habitación- ¿que ocurre?- pregunté
- hicimos una receta que vimos en internet y queríamos que la probaras- dijo Carla.
No lo puedo creer.
- la última vez que probé algo hecho por ustedes terminé con vomito por una semana - dije y ellos borraron su sonrisa.
- ay vamos...esta vez nos va a salir muy bien- dijo Camilo.
- bueno...pero si algo sale mal ustedes me las van a pagar- dije y ellos me dieron un tipo de pastel extraño color marrón, pero no el marrón del chocolate, un marrón...extraño.
Lo probé y sorpresa, sabía horrible.
Fui a la basura a botarlo y luego enjuagué mi boca.
- boten eso porque va a provocar una pandemia - dije con cara de disgusto.
- ¿estás bien?- preguntó Carla
- si...¿porque?- preguntó
- tienes la cara hinchada...uy se te está poniendo muy feo esto- dijo Camilo.
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- solo fue que algo que comiste te hizo daño...pero tranquila...tómate esto por una semana y se debería ir quitando- dijo la doctora.
Salimos del hospital luego de haberme tomado una de las píldoras y miré a los gemelos con odio.
- ya no probaré más sus locuras...porque voy a terminar muerta la próxima vez- dije y ellos rieron.
No es gracioso...
Revisé mi teléfono y fui a mirar algunas fotos. Cuando estoy aburrida siempre hago eso, comencé a ver fotos de hace unos meses. Y en casi todas aparecía Lizzie, era tan bella con su sonrisa.
- ¿no responde aún?- preguntó Camilo
- noup...nada - dije
Cerré mi celular y miré a la ventana, pasamos por un parque para perros. Habían muchos juegos y se veían los perros jugando junto con sus dueños.
- ¿y si compramos un perro?- pregunté
- no - dijeron los dos a la vez
- ay que aburridos son - dije
Llegamos a la casa y me volví a sentar en mi escritorio. Solo debo escribir lo que siento, ¿no es mucho o si?
Okey ya me rindo, estoy bien...
Me he sentido bien todo este tiempo, ya no tengo ganas de llorar todo el tiempo. Soy más sociable, no tengo nada que escribir en un papel, no reprimo ninguna emoción. En la semana que la psicóloga me dio, recuerdo haber escrito hojas y hojas, recuerdo haber llorado escribiendo cada una de mis palabras.
Pero una mañana me levanté y se acabó. Pensé tener una idea de cómo funciona el ser humano en términos psicológicos, pero desde que intento conocerme mejor a mi misma, entender todo eso es como tratar de aprenderse todas las palabras de un diccionario.
Quizás ya estoy bien, quizás ya me desahogué todo lo que me tenía que desahogar y estoy en forma.
Acepté que hace dos meses Elizabeth se fue de aquí sin decir nada, quizás aquel beso fue su adiós, no lo sé. Ella fue a rehacer su vida en algún lugar que no conozco y la odio por eso, pero la perdono, porque yo debía tener claro desde un principio que tener una relación con una mujer de 33 años hecha y derecha no iba a ver una relación con una chica de 18.
Pero aún así, yo sigo esperando su llamada. Sigo esperando que algún día, aparezca la foto de nosotras dos fundidas en un beso en mi teléfono con un "Eli" y un corazón rojo.
Y aunque Scarlett no para de decir que eso solo significa que yo la sigo amando . Estoy muy contenta y orgullosa de decir, que ya no la amo. Solo que dejar de amar no significa que ella me haya dejado de importar. Al contrario, estoy muy feliz que ella haya encontrado paz.
Ahora ella es solo pasado y espero que algún día podamos hablar nuevamente y ser buenas amigas.
- chicos saldré a caminar un rato, si?- dije y los dos gritaron un "ok" desde sus cuartos.
Salí caminando escuchando música y vi una heladería, eso me hizo recordar cuando mi hermano se enteró de mi relación con Lizzie, recuerdo que ella llegó a consolarme y luego nos montamos en el auto y ella había traído helado para mejorar mi estado de ánimo. Sonreí ante aquel recuerdo.
Entré a la heladería, y había una chica muy guapa si soy sincera, ella era rubia y de ojos color verde.
- hola - saludé sentándome en una de las bancas de la meseta.
- hola...- saludó ella, se veía una chica muy simpática y enérgica.
- eres muy bonita - solté y ella abrió los ojos con asombro.
- ¿te soy sincera?- preguntó Y asentí- nunca una mujer me había coqueteado así que que se le ofrece a la primera mujer en coquetearme - dijo
- si me aceptas una cita...te prometo que te voy a seguir coqueteando y si no la aceptas pues te seguiré coqueteando así que no tienes opción- dije con una sonrisa lo que la hizo reír.
- exigente...me gusta, me gusta- dijo y tomó un papel escribiendo algo- ten este es mi número- dijo dándome el papel.
- ¿y como te llamas? Olvidé preguntar- dije sintiéndome algo tonta
- Florence...Florence Pugh- dijo
- María Brodwey...- dije con una sonrisa
- y bien María acepto tu cita- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
- y bien Florence, estoy encantada de tener la oportunidad de tener una cita contigo...- dije haciendo una reverencia.
Las dos reímos por nuestras bobadas y me quedé platicando con ella. La conversación era muy fluida y las risas no faltaban, hace tiempo que no me volvía a sentir así con alguien.
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Profesora Olsen
FanfictionMaría entra a su primer año de universidad y descubre un lado de ella que nunca había visto, gracias a su profesora de ética.