Fiesta de maestros

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Hoy había una fiesta de maestros en la Universidad, evidentemente solo los maestros podían ir, así que yo cuidaría sola a los gemelos hoy mientras que Lizzie iba a la fiesta.

- te ves hermosa mi amor...- dije desde la cama, los niños estaban abajo viendo sus caricaturas.

- ¿no estoy demasiado arreglada...- dijo mirándose al espejo

- no te ves maravillosa así...- dije.

Lizzie llevaba un traje negro, no llevaba sostén lo que me incomodaba un poco sabiendo que saldría así y la parte de arriba era bastante abierta, lo que dejaba ver un poco sus senos.

- me dan ganas de cogerte...- dije

- me tomó dos giras estar lista...así que tendrás que esperar- dijo y yo hice un puchero.

Ella sonrió y me dio un beso, metiendo su lengua y jugando con mi labio inferior hasta separarse del beso. Yo le sonreí deseosa de más, pero ella se tenía que ir, y no iba a tener más lamentablemente.

Me despedí de Lizzie cuando salió hasta el auto para ir a la fiesta. Cuando cerré la puerta miré la hora y era tarde, así que le dije a los niños que se fueran a sus cuartos. Primero fui al cuarto de Tommy, le di un beso en frente para que ya se fuera a dormir y ella me llamó cuando me iba a parar de su cama.

- María ?-

- dime Tesoro...- susurré

- te quiero mucho...- susurró y me sacó una enorme sonrisa- hoy en la escuela, Mis amigos me dijeron que ¿como era que teníamos dos mamas ?...y yo les dije...

- ¿les dijiste que tenías dos mamas?- pregunté

- si mamá y tú...Billy y yo dijimos que serías "mami"...- sonreí acariciando su mejilla.

- ustedes son mis bebés...- besé su frente- me encanta que me llamen mami...- dije - bueno, ahora si a dormir...mañana la abuela los viene a buscar para ir a jugar con sus tíos-

Y si, mis hijos tomaron muy rápido a mi madre y a mis hermanos como familia, incluso más rápido que a mi.

El asintió y se acostó cómodo para dormir. Salí del cuarto y dejé la puerta cerrada, me dirigí al cuarto de Billy y el estaba esperándome.

- así que soy su mami...- dije y el sonrió asintiendo.

Besé su frente y lo arropé con las sábanas.

- duerme bien mi vida...- el se acostó y cerró sus ojos.

Salí del cuarto y cerré la puerta. Bajé al salón a ver la tele, esperando a que Lizzie volviera de aquella fiesta. Me había quedado dormida y al despertar nuevamente por el ruido fuerte de la tele, eran las cuatro de la mañana y Lizzie no había vuelto aún.

- ¿donde estará?...- pensé- debe estar de camino a casa...-

Apagué la tele y miré un rato el teléfono, hasta que sentí la luz de un auto por la ventana, el auto de Lizzie. Vi por la ventana como se tambaleaba al caminar, Dios esto me trae muy malos recuerdos.

La puerta se abrió y allí estaba ella borracha, me vio y vi como frunció el ceño.

- ¿hola mi amor?- me acerqué a ella para darle un beso, pero se separó bruscamente de mi.

- Oye!!....tengo novia - gritó

- mi amor...

- creo que se equivocó señora...- su voz parecía la de una niña de cinco años y me daba ternura como peleaba- mire...- sacó su teléfono y mostró su fondo de pantalla que era una foto mía dándole un beso en la mejilla y los niños a nuestro lado- es ella...ella es mi amor no usted...- se quejó enojada.

- yo soy la de la foto...- susurré y ella miró la foto, me miró a mi, volvió a mirar la foto, me miró a mi nuevamente y soltó una carcajada.

- mi amor!!!...- gritó y me abrazó- había una señora que me quería besar...-

Vaya...

- y me dijo mi amor...- dijo preocupada

- ah si ?...¿y que hiciste cariño?- le pregunté siguiéndole el juego.

- la empujé...- susurró haciéndome un puchero.

- waow mi amor...eres la mejor novia del mundo- besé sus labios sacándole una sonrisa nerviosa- anda ven te ayudo a subir...- susurré tomándola de la cintura para guiarla hacia arriba.

- no yo puedo sola...- dijo

Yo la dejé caminar sola, mientras ella se estrellaba con cualquier cosa hasta tumbar una taza mía que estaba utilizando horita. La cargué para que no se lastimara y ella se quedó dormida rápidamente en mis brazos.

- me gusta tu olor...- susurró y al parecer no estaba tan dormida.

- gracias cielo...- dije

La llevé a la cama y le quité la ropa, dejándola en bragas, nada más. Le puse su pijama y le puse una sábana arriba para que no pasara frío. Me acosté a su lado y ella puso su cabeza sobre mi pecho.

- quiero....- ella dejó de hablar, sin poder más del sueño.

- ¿que quieres cielo?- pregunté

- Mimos...- susurró

Comencé a hacerle cariñitos en la espalda y ella rápidamente se quedó dormida, que hasta se podían escuchar sus pequeños ronquidos.

Su rostro era tan hermoso...

Me propuse a dormir, después de pasar una hora viendo que ella estuviera bien y no vomitara o algo, aunque creo que lo peor sería mañana cuando despertara.

Profesora Olsen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora