Juntas

1.3K 103 3
                                    

tomé mis maletas y las puse en el cajón del auto de Lizzie. Me monté en la parte delantera junto a ella y juntas fuimos a su casa. Al bajarnos ella me ayudó a bajar mis cosas y las llevamos a su cuarto.

- el closet es enorme así que está mitad será tuya- dijo y comencé a sacar la ropa y organizarla al igual que zapatos y otras cosas que había metido.

Fui a la cocina donde estaba Lizzie y ella tenía sus dedos en la boca, sus manos temblaban y lloraba mucho, pero en silencio. Tenía el teléfono en la oreja.

Tomé el teléfono y se que soy una entrometida, pero quería saber quien era el o la imbecil que la había puesto de esta manera. Como me lo había imaginado era su madre.

- espero que lo que hice te haya enseñado a no andar con putas como esa niña...yo solo te quiero proteger entiende que tú ya te casaste tuviste hijos, y si murieron pero tu tiempo ya pasó...mejor ándate a buscar un hombre que te haga mujer de verdad...no esa chiquilla que solo te va a buscar problemas...le dije a la directora solo para darte un susto, es hora de que dejes esa fantasía en la que vives Elizabeth-

- madre estoy cansada...necesito ir a dormir, mañana doy clases- dijo Lizzie con la voz temblorosa.

- descansa mi niña y recuerda lo que hablábamos horita-

Elizabeth colgó la llamada y se quedó en silencio con el teléfono en la mano.

- ella tiene razón esto no es correcto...solo nos metería en problemas- dijo y fue al cuarto.

- Elizabeth acabo de llegar y y'a me quieres echar- dije y ella se giró hacia mi.

Dio un golpe en la pared y luego se quejó por su mano. Le coloqué un poco de hielo en esta y luego di un pequeño beso.

- ¿que te decía tu madre cuando estabas con tu esposo y tus hijos?- pregunté

- no quiero hablar ahora...por favor...- dijo

- de seguro no estaba de acuerdo...de seguro decía que el no era un buen hombre para ti y que no sería un buen padre...que tú no estabas siendo una buena madre porque no estabas utilizando los métodos que ella utilizó con sus hijos- dije y ella negó

- no quiero hablar ahora María por favor- dijo sentándose y dando un largo suspiro

- lo mismo de seguro dijo con tus novios de là adolescencia...y ahora con nosotras...tú y yo no somos el problema es ella mi amor, entiende...no puedes...

- suficiente!!!- gritó y nunca la había visto tan enojada- dije que no quería hablar ahora o acaso no me escuchaste...- se quejó de su mano y luego prendió la tele.

Fui a mi cuarto y tomé mi bolsa.

- vuelvo pronto...- dije y ella ni si quiera me prestó atención.

Salí y solo fui hacia un parque cerca. Tomé mi teléfono y llamé a mi madre.

- mamá...tengo que contarte tantas cosas...- dije en llanto.

Como pude le conté lo que había pasado hasta ahora. Le conté donde vivía ahora y que entrando por la puerta y'a habíamos tenido nuestra primera pelea y todo por culpa de esa señora.

- déjame decirte algo...ella no está enojada...solo está dolida por lo que le dijo su madre...y te pidió que no hablaran, la comunicación es buena pero a veces necesitamos tiempo para uno mismo...y creo que ella necesitaba de ella misma...te lo dijo varias veces y tú no escuchaste, esta vez te equivocaste y debes aprender a escuchar a las personas...a veces no necesitamos consejos o cosas asistir solo necesitamos a alguien que esté ahí...que nos escuche y que no juzgue- dijo y yo poco a poco me calmaba.

- yo solo quería hacerla entender que nosotras no éramos el problema...mamá ella dijo que esto era un error...acabo de llegar y ya me quiere echar...a veces es difícil entenderla - dije

- ay hija...dale su tiempo...el tiempo todo lo arregla...- dijo

Luego de pasar un tiempo hablando, pude calmarme más y volví a casa ya casi media noche. Entré a casa y ella no estaba en el sofá de antes.

Fui a nuestro cuarto y ella estaba tirada en la cama dormida. Me acosté en una esquina de la cama y traté de dormir pero no podía. Sentí como ella rodeaba mi cintura con sus manos y se acercaba a mi oído.

- lo siento...- susurró- no debí gritarte...solo estaba algo estresada, lo siento - dijo y me giré quedando cara contra cara.

Uní nuestros labios y luego me acurruqué en ella.

- lo siento si fui muy insistente...en ese momento necesitabas tiempo sola y yo solo te hacía sentir peor...discúlpame amor- dije y ella comenzó a acariciar mi espalda.

- te cogeria ahora mismo si no fuese porque mi mano duele...- dijo y yo reí

- las mias están intactas...- comenté y ella rió nerviosa.

Me escondí entre sus piernas y la hice mía. A su cuarto orgasmo me acosté nuevamente a su lado y me di cuenta de que sus piernas temblaban y que ella  ya estaba al dormirse como un angelito.

Profesora Olsen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora