Recompensa

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Pasó una semana desde qué pasó aquello en el colegio con Elizabeth, y si hay algo a lo que le tengo miedo , es a una Elizabeth enojada. Ella en clases me trata de manera fría, dejó de responder a mis mensajes y después de clase, trato de hablar con ella, pero me trata como a una desconocida, ósea como una alumna corriente, ni si quiera dice mi nombre.

Hoy no tuve clase con ellas, pero esperaré a que en el almuerzo se vaya a la clase e iré con ella.

Cuando terminé mi clase de filosofía fui directo a su clase y como lo había previsto ahí estaba ella. Me puse unas bragas de cinta bajo mi falda y no tenía puesto ajustador bajó mi polo. Tomé algo que definitivamente quería intentar en ella y sabía que me divertiría mucho.

Toqué la puerta y escuché un "pase" de su parte. No había nadie más, solo ella. Cerré la puerta y me aseguré de cerrarla con pestillo. Ella me vió dudosa y luego vi su rostro neutro.

- ¿la puedo ayudar en algo señorita Brodwey?- preguntó

- oh claro maestra...de hecho necesito que me haga unos cuantos favores- dije con una sonrisa en el rostro.

- si claro dígame- dijo ella.

Dejé mi mochila de lado y fui hasta su silla. Me agaché en el suelo y separé sus piernas, vi como frunció el ceño en ese momento.

- vine a terminar...lo que dejé pendiente la semana pasada- dije- ¿me permite?- pregunté y ella asintió.

Ella llevaba falda igual que yo así que simplemente la levanté hasta su cintura y empecé lamiendo y besando poco a poco sus muslos, luego di grandes chupetones, marcando algunas partes de estos. Su respiración se volvía pesada y eso me encantaba, me encantaba que yo la pusiera así.

Quité sus bragas dejando ver su húmedo centro y me afinqué de sus nalgas para poder hacer mejor trabajo.

Empecé dando lamidas sobre su  clítoris. Ella empezó a soltar varios gemidos y con una mano me tomó de mi pelo para tener más presión sobre su centro. Luego metí mi lengua en esté chupando y lamiendo, ella gemía sin parar y más aún cuando empecé infiltrando un dedo, luego dos y finalmente con el tercero sentí sus piernas temblar.

- oh Dios...ahh...Maria para- dijo, pero yo no la escuché, simplemente seguí con mi tarea. Su orgasmo fue magnífico, mi rostro y boca se llenaron de este y fue como si estuviera probando lo mejor del mundo.

Ella empezó a tratar de regular su respiración, yo subí hasta ella poniendo una rodilla en cada lado de sus caderas, sin llegar a sentarme. Quité mi camisa, dejando mis senos erectos al aire y quité mi falda la cual tenía un zíper que hacía que se quitara fácilmente sin necesidad de pararme, quedando en mis finas bragas.

- ahora si profe necesito que me haga el próximo favor...- dije y ella parecía una depredadora con la mirada que tenía, sobretodo en mis senos.

- en que más la puedo ayudar- susurró con la voz ronca.

- necesito que me coja...- susurré acercándome a su oído- quiero que me coja hasta no poder caminar para llegar a mi casa-

Ella sonrió y puso sus manos en mis nalgas, me senté para darle acceso a mis senos. Ella los tomó y comenzó a lamerlos y a chuparlos. Yo por instinto mientras ella hacía eso balanceaba mis caderas sobre ella, eché mi cabeza hacia atrás de lo placentero que se sentía aquello y luego sentí sus dedos en mi clitoris.

- oh...- suspiré mordiendo mi labio inferior, reteniendo mis gemidos.

Ella siguió tocándome, mientras que su boca se ocupaba de mis senos. Sentí sus dedos penetrarme sin previo aviso, haciéndome soltar un gemido que había estado reprimiendo desde hace rato. Ella siguió pero más rápido y yo daba pequeños saltos para sentirlos más adentro de mi, haciendo que mis senos se movieran de arriba hacia abajo.

Lizzie quitó su boca de mis senos, solo para poder ver esa escena y ya para minutos después sentí una pequeña contracción, para luego llegar a mi orgasmo. Sudada la abracé dejando caer mi cabeza en su hombro y entré el silencio del lugar, solo se escuchaba mi respiración alterada.

Luego de lograr regular mi respiración, me separé un poco para ver su rostro. Ella tomó mi mejilla y la acarició con una sonrisa en el rostro. Mis labios fueron a los suyos, creando un beso necesitado. Abrí un poco mi boca para darle paso a su lengua y ella hizo lo mismo. Luego juntamos nuestras frentes y ella besó la mía.

- no hagas nunca más eso...- dijo

- ¿qué cosa?- pregunté haciéndome la despistada.

- dejarme con las ganas...- respondió

- bueno estás son tus disculpas...- dije

Ella rió mientras yo jugaba con su cabello.

- necesito otro favor de usted...le prometo que es el último- dije

- cuénteme entonces..- dijo tomándome por mi trasero.

Me bajé de arriba de ella y mi cuerpo el cual solo tenía puesto unas bragas empapadas, se dirigió a mi mochila. Tomé lo que había traído para ella y se lo di.

- ¿para que es esto?- preguntó

- oh es un vibrador...- respondí y ella me miró sorprendida.

- ¿y que quieres que haga con esto?- preguntó

- bueno primero deja te explico...es un vibrador que funciona desde mi teléfono...solo te lo debes colocar allá abajo...y yo le encargaré de lo demás- dije

- okey?...- dijo inspeccionándolo

- póntelo...- ordené

- pero...

- dame acá- tomé el vibrador y separé sus piernas, se lo coloqué y ella dio un pequeño salto y luego volví a pararme- eso es todo...- dije

- ¿para qué quieres que lo tenga ahí si no lo vas a utilizar ahora ?- preguntó

- para que te adaptes..- mentí

- sabes que ya he utilizado vibradores cierto...se muy bien como se siente uno...y es lo mismo solo que el tuyo funciona desde tu teléfono- dijo con el ceño fruncido.

- solo déjalo ahí..- dije y le coloqué sus bragas.

Me cambié la mía por otra de repuesto que tenía en mi cartera y me puse nuevamente mi ropa.

- okey...ahora hay que limpiar esta silla.

La silla no era de tela por lo que se limpiaba fácil.

La campana sonó anunciando que el almuerzo se acababa, así que salí de ahí, dejándola sola en él aula.

Dejé mis cosas en una casilla y tomé algunos libros, faltaría a mi última clase, pero iría a otra. Clase de ética.

Profesora Olsen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora