UN POCO DE MIEL EN EL CORAZÓN

2.8K 380 21
                                    

Cuando Katsuki termino de bañarse, cerró la llave de agua y con toalla en la cintura salió de la regadera. Lo que no se espero fue ver qué Izuku metió su ropa sucia a la lavadora y ahora esta iba en el ciclo de secado.

Así que al ver que tenía que esperar, se fue al espejo que había en el baño y noto un cepillo de dientes nuevo al lado de un peine y gel. Sonrío de lado al ver que atento fue el pecoso con él.

Por lo que sin perder tiempo se cepillo los dientes mientras esperaba que su ropa terminara de secarse. Pero viendo de vez en cuando todo lo que ese tocador de baño tenía.

Aunque era normal ver tantas cremas, perfumes, mascarillas, almohadillas, geles, labiales, jabones aromáticos, velas de diferentes colores y tamaños cuando había una mujer en aquella casa.

Además de que apostaba que Izuku también tenía muchas de sus cosas en aquel tocador, sino, no entendía como es que este tenía una piel tan suave y lisa.

Cuando la secadora anuncio que había terminado su ciclo de secado, Katsuki enjuagó su boca con un poco de enjuague bucal y lavo su cepillo con agua para luego ponerlo en una tacita con forma de conejo, una que estaba seguro era de Izuku, dónde estaba un cepillo verde con líneas negras.

Camino hasta la secadora y saco toda su ropa, alegrandose de que está fuera de una buena marca que no se despintaba porque si no, ahora su camisa estaría teñida de negro por el pantalón.

Se puso primero la camisa, agradecido de que no estuviera tan arrugada, pero al ver que solo estaba su pantalón en la secadora, lo alzó y sacudió para ver si de casualidad su boxer no estaba ahí, llevándose la sorpresa de que Izuku solo había lavado su camisa y pantalón. Entonces, ¿Que pasaría con su boxer y calcetines?

Salió del baño con la toalla en su cintura y su pantalón en la mano, con dirección al cuarto de Izuku. Quizás el pecoso tendría un boxer que podría prestarle y un par de calcetines extras.

Grande fue su sorpresa al entrar al cuarto de Izuku y ver qué en la cama había un paquete nuevo de ropa interior y otro de calcetines de su medida. Alzo su ceja rubia al no entender de dónde Izuku pudo tener eso, pero por la hora sería algo que después le preguntaría.

Así que camino hasta la cama y agarró el paquete de bóxers y lo abrió para sacar un azul con líneas blancas, se lo puso un tanto dudoso de si le quedaría, grande fue su sorpresa al ver que eran de su talla. Bueno, un problema menos, pensó.

Se sentó en la cama y se empezo a poner el pantalón, mientras que su mente recordaba lo que hace unos minutos atrás hizo ahí con Izuku.

"¿El quedarme significa que deku es mi novio?" Pensó al darse cuenta de eso hasta ahora, pero al recordar lo que había pasado la noche anterior, supo que si. Bueno, no sabía hasta donde podía llegar eso, así que por ahora no se comería la cabeza con algo que aún no había pasado y dejaría que el tiempo lo arreglará todo.

Con esos pensamientos termino de vestirse y salir de aquel cuarto para ir a la cocina y buscar a Izuku.

Quien estaba de espaldas al comedor mientras terminaba de servir el desayuno de Katsuki en un plato.

— Pareces una buena esposa, deku — Izuku respingo levemente ante las inesperadas palabras del rubio.

— No me asustes así Kacchan — dijo un poco avergonzado por estar en sus pensamientos y no escuchar al rubio llegar al comedor.

—¿Tan bien te jodí que aún no te recuperas? — pregunto burlón, pero Izuku solo inflo las mejillas de manera tierna antes de colocarle un plato con dos huevos, cuatro tiras de tocino y pan tostado frente a él, acompañado de una taza de café recién echo.

— Vamos señor sexy, desayuna o no llegarás al trabajo a tiempo —. Katsuki asintió antes de darle un mordisco a su pan y ver cómo Izuku se sentó a su lado, mientras esté desayunaba un plato de fruta picada y jugo de naranja.

—¿Tienes algo que hacer hoy? — ante la pregunta que hizo Katsuki, Izuku termino de masticar antes de ver al rubio y sonreír con dulzura.

— No amor, por hoy solo quiero descansar de la recién pasada semana que estuve metido entre libros y exámenes, mañana iré a trabajar pero creo que solo en la tarde — dijo al recordar que al estar en vacaciones tenía que ver en qué horarios necesitaria estar en la pastelería.

—¿De que trabajas? — quiso saber Katsuki al no encontrar en esa casa algún indicio del trabajo.

— No sé si te lo dije en algún momento o solo lo pensé, pero bueno — dijo al restarle importancia al pasado para luego pararse de su asiento y caminar hasta la cocina, en busca de su cartera.

Katsuki al ver que el pecoso tenía solo una playera que lograba cubrirle la mitad de las nalgas, sonrió de lado y bajo un poco más la cabeza, hasta casi pegarla a la mesa.

— La tengo — susurro Izuku feliz de ver qué aún le quedaba una tarjeta del trabajo, pero al girarse y ver qué el rubio le miraba las piernas con descaro, se sonrojo levemente. — No seas pervertido Kacchan — dijo al acercarse a la mesa y sentarse dónde hace nada estaba.

—¿Oh, acaso te salió lo puritano mojigato, deku? — Izuku se sonrojo al tener la mano de Katsuki en su pierna.

— No se de qué hablas — soltó con fingida seriedad pero por dentro estaba nervioso al tener esa mano acariciando su pierna mientras el toqueteo subía cada vez más.

— ¿Acaso quieres que te folle de nuevo para que recuerdes? — Izuku respingo en su lugar al sentir como Katsuki le masajeaba la pierna descaradamente.

— En esta pastelería trabajo con Ochako, cuando puedas ve a dar la vuelta. Hay postres muy ricos y variados, creeme no te arrepentirás —. Dijo al entregarle a Katsuki la tarjeta de su trabajo, en un intento de que el rubio dejara de manosearlo, algo que logro al instante.

— Está bien, pero por ahora me voy, tengo que trabajar —. Izuku asintió antes de sentir como Katsuki le dió un beso que poco a poco se torno pasional, pero por la hora tuvieron que terminar.

Los dos se levantaron de las sillas y caminaron rumbo a la salida, dónde Izuku no dudo en abrazar del cuello a Katsuki y darle un último y muy buen beso de despedida, siendo correspondido por el rubio sin dudar.

— Que tengas un gran día mi amor — las palabras de Izuku lograron que el corazón de Katsuki se llenará de un sentimiento que nunca había experimentado, pero que aún así le agrado sentir.

— Te llamo luego, deku — Izuku asintió con entusiasmo antes de ver qué Katsuki salió de la casa, dejándolo en la entrada con un muy notable sonrojo.

— Lo veo y no lo creo — la voz adormilada que escucho Izuku de pronto, hizo que se volteara rápido, solo para ver a su amiga castaña con la misma ropa de ayer y con los cabellos todos desordenados.

— Hola Ochako — saludo con nerviosismo al ver la expresión que su amiga tenía en el rostro. Sabía que de una buena charla no se librería.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.



MI JODIDO COMPROMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora