116- Posibilidad.

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HARRY

Después del modesto funeral de Aragog entraron a la cabaña de Hagrid, su enorme amigo derramaba gruesas lágrimas por el arácnido, mientas que Slughorn, ni lento ni perezoso, escudriñaba la cabaña en busca de caros objetos de valor que pudiese cobrar en costosas batas de seda y caramelos. Entonces ambos empezaron a beber, le ofrecieron pero dejo el vaso completamente intacto, llegado a ese punto se dejo llevar por el »Félix felicis«, así que solo fingió dar unos cuantos sorbos, rellenaba la botella sin que ninguno lo notara, así que tuvieron licor ilimitado hasta que Hagrid cayó dormido en la mesa justo cuando comenzaban a cantar.

—Lo siento, cantar nunca ha sido mi fuerte— se disculpo Slughorn creyendo que su canto había provocado malestar. 

—No es eso señor, Hagrid estaba diciendo que la muerte llega demasiado pronto para algunos.

—No puedo estar mas de acuerdo Harry. Tus padres— empezó a lloriquear— ¡Oh por Merlín! Cuanto lo lamento Harry, ¿No recordaras como paso, cierto?

—A usted le agradaban, ¿no?— pregunto, entonces ni Slughorn sabia que sus padres habían escapado, ya no se sentía tan tonto; creyó que seria mejor no mencionarlo— No señor, no lo recuerdo. Solo tenía un año, pero he oído cosas... Mi padre murió primero, nos intentaba proteger, Voldemort paso sobre su cadáver para llegar a mi— noto que el profesor se estremeció con el nombre, pero lo ignoro—, mi madre murió protegiéndome, lucho contra él para que no me hiciera daño.

—No menciones su nombre— dijo Slughorn asustado.

—No le tengo miedo al nombre, es el asesino de mis padres y sé que es mi destino hacer lo mismo. Hay una oportunidad de acabar con el, pero no puedo avanzar si usted no me ayuda con el verdadero recuerdo de esa noche.

———

—¡Lo tengo!— exclamo llevando el pequeño frasco con orgullo, pero al llegar  a la oficina de Dumbledore le voltearon encima un balde de agua helada.

Estaba con Draco jugando con total tranquilidad al ajedrez, ni solo la persona de quien mas sospechas tenía, si no su peor enemigo. Su estomago se revolvió en una desagradable mezcla de horror, enojo y furiosas mariposas.

—¡En hora buena Harry!— exclamo Dumbledore— Jaque mate Draco— dijo sonriente el director efectuando su ultimo movimiento—, ¿te puedo pedir que esperes afuera unos momentos? Aun tengo algo que darte.

Invito al rubio a salir y le presto total atención, Malfoy lo miro serio y salio cerrando la puerta tras de si, entonces miro ceñudo al director como si no creyera lo que acababa de ver, le haba dejado muy en claro sus sospechas y ¿Lo invitaba a jugar ajedrez?

Estaba por decir algo pero Dumbledore lo corto antes de cualquier palabra diciendo que ahora no importaba, acerco el pensadero y tan pronto como sumergieron la cabeza, se vieron en la misma habitación que un joven Tom Ryddle y que un Slughorn con menos canas. El menor fue lo bastante astuto para conseguir lo que tanto quería, Harry pudo ver en sus manos el mismo anillo que vio a Sorvolo Gaunt presumir con tanto orgullo.

Al terminar el recuerdo ambos se miraron sin palabras y ambos tomaron asiento a cada lado del escritorio, Harry buscaba alguna frase discreta que decir, pues Malfoy podria estar escuchando, pero Dumbledore fue el primero en hablar.

—Espero comprendas la importancia de lo que acabamos de ver, desde joven Voldemort ha estado buscando la inmortalidad.

Pero si son solo objetos, ¿Qué pueden ser?

—Cualquier cosa Harry, un diario— le mostró el mismo diario que había atravesado en segundo año con un  colmillo de basilisco—, o un anillo— termino de decir ahora mostrando el anillo de Gaunt con la piedra hecha pedazos—. Objetos importantes, que representen algo para él.

—Importantes como las reliquias de los fundadores.

—Correcto, Harry.

—¿Y exactamente cuantos creo?

—Si mi teoría es correcta, 7. El número 7 es el más fuerte del mundo mágico, supongo que fue lo bastante atractivo.

—De acuerdo, el diario, el anillo, el guardapelo, la copa, ¿Qué mas?

—¿Y si te dijera que sospecho de su serpiente?

—¿La serpiente? Humm, creo que es razonable.

—Bien— dijo Dumbledore poniéndose de pie y buscando algo en un cajón—, ya es tarde, seria mejor que vayas a la cama— encamino a Harry y la abrió, ahí estaba Draco, esperando en las escaleras como un lindo niño inocente—. ¡Oh, joven Malfoy!— exclamó con una sonrisa— Temía que te hubieras marchado. Me pregunto, ¿si puedo abusar de tu posición como prefecto para que acompañes a mi amigo Harry a la torre de Gryffindor?— palmeo el hombro del de lentes y Harry lo miro alarmado.

—¡Puedo volver solo!— se quejo—. Además, apuesto que Malfoy tiene cosas más importantes que hacer, su novia lo debe estar esperando.

—¡Ni hablar!— volvió a decir Dumbledore— Ya paso el toque de queda, perderíamos mas tiempo si esperamos al señor Weasley.

Claramente no estuvo de acuerdo, pero entonces Dumbledore le entrego a Draco el pergamino que tomó de uno de sus cajones y le dijo que no lo abriera hasta llegar a su sala común, solo así se olvido de sus quejas. El anciano bajo las escaleras tras ellos hasta llegar a la gárgola advirtiéndoles que si peleaban una vez mas los dos serian expulsados, seguro solo era una amenaza vacía, pero lo mejor seria ya no pelear, bastaría con que ambos se mantuvieran en silencio. 

[...]

—Llegamos— recalco— Siento mucho que vinieras hasta acá— dijo con fingido tono serio y entro por el hueco del retrato.

En cuanto la pintura volvió a su sitio Harry se recargo junto al cuadro y llevo una mano a su pecho con la sensación de que apenas podía respirar, esa había sido sin duda alguna la situación mas incomoda de la que tenga memoria, ya ni siquiera cuando se topaba con Cho en los pasillos, pero entonces escucho a la señora gorda hablar con alguien, seguro Draco seguía afuera.

"Si tanto te gusta deberías decirle", dijo la señora gorda divertida.

"No podría aunque quisiera", si, en definitiva era Malfoy, ¿de quien hablaba?, "el es Gryffindor y yo Slytherin, somos chicos...", por Godric esto sería una bomba, "y él es... Harry Potter".

—¿Qué?— murmuro entre dientes retrocediendo lentamente, como si alejándose fuera a olvidar de lo que habia escuchado— Yo no...

—¿Tu no qué?— pregunto Ron a sus espaldas, el susto casi le da un infarto.

—Nada— respondió nervioso, sus amigos lo esperaban en la sala común.

Se sentó junto a la chimenea y les contó lo del pensadero, los horrocruxes y Slughorn con la esperanza de distraer su mente de lo que había escuchado, pero no podía, era imposible que le gustara a Draco Malfoy, ellos se odiaban desde primer grado, su padre lo había intentado asesinar en el departamento de misterios, lo reconoció como mortifago en la entrevista con el quisquilloso, ellos no... pero, ¿podría ser aquello parte de su suerte?

Yo no amo a Potter [~•DRARRY•~]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora