🌙Relatos bajo la luna llena🌙 [Marichat May 2022]

🌙20. Brazalete de la buena suerte🌙

— Adrien, ¿Puedes hacerme un favor? — consultó Marinette, que estaba en su escritorio revisando unos diseños del trabajo en su computadora.

— Dime, mi princesa — respondió el rubio, acercándose a ella.

— ¿Puedes contarle una historia a Emma? Creo que ella ya está lista y no puedo ir ahora — le pidió, apoyándose en el respaldar de la silla — pero ten cuidado con lo que vas a contar, no quiero que inventes tonterías que nunca pasaron, solo termino con estos diseños y me voy con ustedes.

— Esta bien, mi gruñona — se burló, riendo por debajo y dándole un beso en los labios a su esposa — Veré lo que le voy a contar.

Adrien se fue a la habitación de Emma, la cual estaba sentada en la silla de su balcón observando la luna.

— Papi, ¿Qué haces aquí? — preguntó la niña de los ojos verdes, al ver a su papá — ¿Dónde está mi mami?

— Ella esta ocupada y más tarde vendrá — afirmó, sentándose al lado de su hija — pero yo te voy a contar la historia de hoy.

— ¿Sobre qué me lo vas a contar? — interrogó, mirando a Adrien con una gran sonrisa.

— Mmm — pensó, recordando aquella vez que Marinette le dio un brazalete de la buena suerte y accidentalmente se le cayó el amuleto — ¡Ya sé! Y te va a encantar. Todo comenzó una tarde…

🌙🌙🌙

— No puedo creer que sigas teniendo esa cosa rara — ironizó Plagg, mirando el amuleto que Marinette le había regalado a Adrien — Tantos veces que lo has perdido que siempre regresa contigo.

— No le digas así, Plagg — dijo, tomando el amuleto entre sus manos — el destino siempre me lo devuelve y sé que es por el vínculo especial que existe entre Marinette y yo.

— Amor, querrás decir — expresó el Kwami comiendo su trozo de queso — Al parecer la chica está enamorada de Chat Noir.

— Prefiero que sea de esta manera — manifestó el rubio, acercando el amuleto a su pecho — Así la puedo proteger sin arriesgar su vida, no voy a negar que ver sus ojos azules junto con su sonrisa son de las cosas que me mantienen vivo.

— Hablas cómo si olvidaste a Ladybug — dedujo el pequeño ser, mirándolo con atención.

— Claro que no — negó el de los ojos verdes, seguido de un suspiro — aunque parezca soberbio amo a las dos, amo a la Ladybug fuerte y determinada, y amo a la Marinette tierna, dulce y creativa, además, tampoco te hagas el desentendido que sabes la verdad.

— Bueno, yo no más lo decía — recalcó, flotando cerca el rostro de su dueño — ¿Y planeas ir hoy a su casa?

— Sip — contestó, pronunciando con énfasis la “p”, mientras sonreía — Marinette dijo que fuera, porque me iba a regalar algo y quiero ser puntual, así que ¡Plagg, transfórmame!