9.- Confusión

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Sofía bajó del autobús y caminó hasta la entrada del colegio, al fondo pudo observar a sus amigos hablando. Se dirigió hasta ellos, pero antes de llegar vio a Gadiel junto a Ana, ambos estaban sentados en un banco. La chica pasó por un lado, los vio de reojo, él tenía una cara de enfado y se veía aparentemente molesto por algo.

—Hey, Sofía, has llegado —dijo Lex —, te esperamos.

Ella sonrió y se acercó a darle un abrazo.

—¿Uh? Le diste un abrazo al nuevo antes que a mí, eso es injusto —reprochó Alejandro—, no me parece que...

Sofía le tapó la boca y lo abrazó.

—Laura. ¿Aceptarás también un abrazo mío?

—No seas tonta —respondió ella, abrazando fuertemente a su amiga —no sabes cuánto te extrañé.

Sofía alzó sus brazos.

—Aquí estoy de nuevo, solo me fui por unos días, además era fin de semana,
no exageren— comenzó a reír—. Entonces... ¿Qué me cuentan? ¡Oh! Laura, espero que no te hayas puesto celosa por el abrazo que le di a Lex.

Laura y Lex se miraron incomodados.

—¿Por qué estaría celosa? —reía, mirando a todos —. ¿Debería estarlo?

Lex tosió y habló:

—No, tampoco hay algún problema Sofía, no sé de dónde sacas esas cosas —
sobó su cuello

Todos se quedaron en silencio.

—En fin... ¿Ya decidieron su materia electiva? —preguntó Sofía.

—Mis prácticas de atletismo cuentan como materia electiva.

—Seguiré de nuevo en el club de lectura —prosiguió Laura.

—Estaré en el grupo de latín —continuó Alejandro.

Sofía sonrió y dio un aplauso.

—Estaré en el grupo de dibujo, me ayudará a distraerme —comentó —
tenemos que ir a la oficina del profesor Julio. ¿No es así?

Todos afirmaron moviendo sus cabezas.

—Él nos dará el horario con el número del salón —explicó Alejandro —.
¿Vamos? —agitó su mano.

Los tres fueron detrás del chico en dirección a la oficina del coordinador.

Sofía miró a Gadiel, también él a ella, pero rápidamente apartó su mirada y se retiró del lugar. Ella ignoró lo que había sucedido y continuó caminando. Al cabo de un rato, los tres se anotaron es las listas de cada curso y tomaron nota de los salones que les habían asignado. Lex, por estar en el equipo de atletismo, ya se le consideraba inscrito en una materia electiva.

Luego de estar en clase y al sonar la campana, los cuatro se volvieron a reunir en el patio para almorzar. Se sentaron en las mesas de picnic que estaban ubicadas en el sitio sin nadie ocupándolas, sacaron sus viandas para empezar a comer.

—Extrañaba almorzar así de tranquilos —comentó Laura con una sonrisa en
su cara.

Todos voltearon a verla.

—Es decir, siempre ocurre algún imprevisto —explicó.

—A mí me gusta estar con ustedes —dijo Lex—, me siento cómodo y tranquilo.

Alejandro empezó a reír.

—Nosotros estamos alegres de tenerte como la tía del grupo —continúo
riendo —. No te ofendas, es broma.

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