22.- Irreconocible

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—Bien, ahora me dices lo que borraste en el chat anoche —suplicó Lex.

—Nada, no era nada... —dijo Laura.

—¿Segura?

Él se detuvo.

—Mira, sí estoy haciendo las cosas mal solo dime, nunca he estado en una relación, eres la primera chica con quien comparto mi vida.

Laura sonrió, sus ojos estaba dilatados, las palabras del chico habían llegado directamente a su corazón.

—Lex —acarició la mejilla de él —. Todo lo has hecho excelente, créeme.

Sin pensarlo, Lex la abrazó. Se quedaron un rato así hasta que ella habló:

—¿Iremos este fin de semana por aquellos helados en el parque?

—¡Sí!

Ambos rieron.

—Bien, andando, llegaras tarde a tus prácticas.

—De acuerdo —tomó la mano de ella y caminó —. Estoy preocupado, no quiero  separarme de ti.

Laura frunció su ceño.

—¿Por qué piensas eso?

—No lo sé... Todo esto que está pasando con Sofía y Gadiel, ya sabes.

—¿Qué quieres decir?

—Tengo miedo de que nos separemos por culpa de Gadiel y sus amigos —explicó —. Mírame —se detuvo y tomó las dos manos de ella —. Jurame que siempre confiaremos del uno al otro, que no nos dejaremos engañar por nadie.

Ella se quedó sin palabras. Lex miró los labios de la chica y le dió un pequeño beso. Ambos se quedaron viendo. Laura tomó aire y se acercó más a él, continuó el beso por un largo rato.

—Laura —se apartó un poco —, besas rico, de verdad, pero tenemos que seguir.

Ella puso sus ojos en blanco.

—¿Así arruinas nuestro primer beso?

—¿Arruinar? Pero, estuvo increíble. ¿Segura de que no habías besado antes?

—Lo mismo te pregunto —sonrió.

...

Laura se sentó en las gradas mientras veía a Lex haciendo los ejercicios de estiramiento y calentamiento. Al cabo de un rato, escuchó una voz tan chillona que solo se le vino a la mente un nombre: Ana.

Miró hacia la entrada y, sin creerlo, observó como Gadiel y Ana llegaban al lugar, se extrañó de verlos ahí, sobretodo cuando Gadiel se puso a practicar con los chicos. Ana subió a las gradas y se sentó a dos puestos más de ella.

—¿Hemos llegado tarde? —preguntó Ana desde donde se encontraba.

Laura suspiró.

—No, no hace mucho que empezaron.

—¿Sabes? Me emociona mucho que Gadiel vuelva a las prácticas —continuaba hablando Ana —, ha estado tan triste en su casa.

La chica no podía creer que Ana estuviera intentando conversar con ella, le parecía tan extraño. Le siguió el juego, sabía que tramaba algo.

—¿De verdad?

—Sí, así es.

Permanecieron en silencio durante un rato.

—Amo a Gadiel, tanto, no tienes idea —comentó Ana.

Laura se quedó sin que decir.

—Es increíble todo lo que puedes hacer por un amigo, un amigo que amas por su puesto —continuaba hablando.

Antes DeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora