Antes De

27.- Nuevo amigo

—Debemos ver mamma mia.

—Alejandro, no empieces —dijo Ana.

—Decidan, no tenemos toda la noche —comentó Sofía —. Tenemos mamma mía, Scream, La la land, y —

—Por favor, Sofía, no queremos llorar esta noche. Insisto, mamma mia es la mejor opción.

—Bien, decidan mientras busco el chocolate caliente — se levantó del mueble y caminó a la cocina.

—¡Nos traes muffins! —gritó Laura —. Ha vuelto la Sofía de antes, ¿no te parece? —le susurró a su amigo.

—Hasta que regrese Gadiel.

—¿Quieren un poco de crema en el chocolate? —preguntó Sofía desde la cocina.

—Sí, por favor —contestaron ambos.

La chica salió de la cocina con una bandeja que tenía tres tazas y algunas golosinas. Antes de decidirse por cual película ver, llegó Leire.

—¿Puedo ver la película? —habló la niña muy eufórica.

—No, será de terror —contestó su hermana.

—Espera, ¿En qué momento Alejandro y yo decidimos que sería de terror?

—Será de terror, Laura. Además, ¿por qué estás tan energética? ¿Qué comiste?

—Mi mamá me regaló un chocolate.

—Mamá olvida siempre que no debe darte chocolate tan tarde.

—¿Puedo quedarme a ver la película?

—Te dije que será de terror.

—Entonces dame un muffin y me voy.

Laura empezó a reír.

—Vaya, no creí que tu hermana menor te chantajeara —dijo Alejandro entre risas.

—Cállate. Leire, agarra uno y ve a tu cuarto, pero no le digas a mamá, ¿de acuerdo?

—Bien —Sonrió. Se acercó a la mesa, agarró el muffin y se fue corriendo a su cuarto. 

—Ya se fué. Entonces, ¿qué película veremos?

—Acabas de decir que será de terror —habló Laura.

—Era mentira.

—Yo quiero ver mamma mía.

—¿Seguirás insistiendo? Sofía y yo no queremos, ¿verdad? La última vez vimos esa. 

—Bueno... Creo que podemos ver la segunda.

—No puedo creer que apoyes a Alejandro.

Luego de un rato, Sofía estaba tan concentrada viendo la película que se asustó al sentir su teléfono vibrar. Laura y Alejandro no se percataron de esto. La chica vio su teléfono de inmediato, era Gadiel.

Gadiel Musteri
17/04/2021, 21:00

Sofía.

Ella apagó su teléfono, como si nada hubiese sucedido, pero ya era tarde, sus amigos esperaban una explicación.

—¿Qué sucede? —preguntó Alejandro muy interesado.

Ella los miró, y sin mentirles les respondió:

—Gadiel me ha escrito.