26.- Principio

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Sofía llegó a la escuela y observó a sus amigos en la entrada, de inmediato caminó hasta donde se encontraban. A diferencia de los días anteriores, no buscó a Gadiel.

—Todo ese espectáculo y él no estuvo —comentó Alejandro antes de que su amiga lo interrumpiera.

—¿Quién no estuvo?

—Lex.

—Salí temprano a practicar, no es mi culpa —explicó él —. Hubiese querido estar ahí —tomó la mano de Laura y la miró —, pero tuve que irme antes.

—Fue muy épico, tenías que ver la cara de Ana, estuvo fascinante.

—¡Ya basta! Siempre hablas de las caras de los demás —dijo Laura —. ¿Acaso tienes un fetiche o qué?

Alejandro no se contuvo las ganas para iniciar la típica discusión de siempre entre Laura y él, pero Sofía lo detuvo y habló:

—Deténgase. Ya olvídense de lo que sucedió ayer, es pérdida de tiempo.

Los tres se quedaron mirándose a la cara, sin entender la actitud de la chica.

—¿Qué? —sonrió su amiga —. Dime, ¿tú lo has superado?

Ella se quedó en silencio y caminó, los demás la siguieron.

—No. Aunque preferiría no saber más de Gadiel o Ana, estoy lo suficientemente agotada.

—¿Qué creen que sucederá? ¿Gadiel seguirá siendo amigo de Ana o se convertirá en su nueva enemiga?

—No lo sé, Alejandro. Creo que ya tiene suficientes enemigos —comentó Lex —. No creo que aparte a Ana de él, quizás la perdone.

—Sí, así se amarán para la eternidad —Sofía puso sus ojos en blanco y suspiró.

—Me gusta esta Sofía. Pero, ¿en dónde está Gadiel? No lo he visto.

—¿Podrías dejar de preguntar cosas que no nos importan, Alejandro?

—Pregunto lo que quiero, Laura. Tengo derecho de preguntar cualquier cosa. Todos tenemos derecho.

—¿Oh, sí?

—Sí —afirmó él seriamente.

—Entonces, ¿quién es la chica del cine?

La pregunta fulminó al chico.

—¿Chica? ¿Cuál chica? —preguntó Sofía con asombro.

—¿Ale? ¿Quién es la afortunada? Anda, responde.

—Es una amiga —respondió —. No sé porqué tanto alboroto.

—Estabas en el cine, con una chica —indicó Laura —; Además, ambos estaban tomados de la mano... Que linda amistad, me encanta.

—Ya, Laura, déjalo tranquilo —rogó Lex —. Él pobre está que explota de pena.

—Tengo derecho a preguntar, él lo dijo

—Así que ahora tenemos una chica misteriosa, creí que yo era la de los secretos —dijo Sofía antes de empezar a reír.

>_<

Gadiel entró a su clase matemática y se sentó en el último asiento del salón. Estuvo durante toda la clase pensando en Ana y Sofía. Recordaba en todo lo que le había hecho a Sofía, la chica tenía razón en todo lo que había dicho, siempre fue inocente, nunca fue culpable de nada. Se sentía mal por ella, no encontraba la forma de pedirle disculpas.

Apenas volvió a la realidad, notó que la clase había terminado, pasó dos horas sumergido en sus pensamientos. Tomó sus cosas y salió del salón. Estaba decidido en ir a buscar a Sofía, a pesar de que seguramente ella no quería verlo.

Antes DeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora