33.- Celos

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—El sábado, a las cinco de la tarde, en mi casa —dijo Sofía, en voz baja, sin que Sebastian la escuchara.

—Bien, Llegaré a las ocho de la mañana —susurró Gadiel.

—Gadiel, haces eso y...

—¡Sofía! —interrumpió Sebastian el momento —, ¡Gadiel! ¿Podrían estar más atentos?

Los dos guardaron silencio.

—Deben entregar estos dibujos —mostró una hoja a toda la clase—. Les entregaré una a cada pareja, deben entregar esto para la próxima clase.

*Ring ring*

—¿Buscarás a Laura? —preguntó Gadiel mientras caminaba junto a Sofía por el pasillo hasta la salida.

—No creo, seguramente se fue con Lex.

—Bueno, y... ¿Alejandro?

—Alejandro anda muy extraño, sé que me oculta algo. Se pierde a veces.

—¿Qué crees que sea? ¿Será algo malo?

—Espero que no, estoy cansada de que siempre tiene que suceder algo malo cuando todo marcha bien.

—No te preocupes, seguramente no es nada grave.

—Espero. ¿Ana? —preguntó ella —. ¿Qué sucedió con ella y el resto?

Gadiel se incomodó.

—No hablé más con ellos.

—¿No lo harás más?

—No. No por un tiempo.

Sofía no dijo más nada referente al tema y continuó:

—¿Cuándo haremos esto de dibujo?

—¿Cuándo estás libre?

—Podría ser el domingo, en mi casa.

—De acuerdo, estaré en tu casa el domingo de nuevo.

La chica continuó caminando, sin saber que más preguntar o decir.

—¿Por qué estás tan callada?

—No entiendo, ¿Yo hablo mucho?

—Emm, a veces —empezó a reír él.

—Creí que era callada.

—No siempre.

—Interesante saber eso.

—A mi me gusta —aclaró su garganta. —. Deberíamos salir algún día, tú y yo.

—¿Una cita? ¿Enserio?

—No dije eso.

—Eso es una cita —reafirmó ella —. Como sea. De igual manera, aceptaré tu cita.

—Wow.

—¿Qué sucede?

—No, nada —intentó no mostrar su alegría.

Antes DeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora