36.- Planes

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—¿Qué tienes? —preguntó Laura —. Te noto un poco extraña —La miró, frunció el ceño y cerró su cuaderno despues de dos largas horas en la clase de química.

Alejandro hizo lo mismo y agregó:

—Laura tiene razón, estás un poco —analizó a la chica con su mirada por un segundo—... Más alegre de lo normal.

—No sé de que hablan, soy la misma Sofía de siempre.

Ambos negaron con la cabeza.

—No lo eres, estoy muy seguro de eso. ¿Acaso es por Gadiel? ¿Pasó algo entre ustedes ayer?

Sofía fulminó a su amigo con la mirada.

Lex abrazó por detrás a Laura y la besó, acto seguido, se sentó junto a ella.

—¿Qué tal, chicos? ¿De qué hablan? ¿Cuál es el tema de hoy.

Sofía bebió un poco de jugo mientras las miradas de sus amigos la acosaban.

—Deja de mirarme tu también, Lex.

—Solo hago lo mismo que ellos. ¿Alguien me puede explicar qué pasa?

Alejandro puso sus ojos en blancos y contestó:

—Ella oculta algo —suspiró —. Gadiel es la razón, estoy seguro.

—¿Qué haces mirando a los raros, Henry? —habló un chico mientras caminaban al lado de ellos —. ¿Te gusta alguno de ellos? —empezó a reír, los demás que andaban con él hicieron lo mismo.

Henry se quedó callado y caminó más rápido. Alejandro se incomodó, trató de disimular que el comentario no era para él.

—Bien, los raros son ellos, no entendí eso —comentó Lex —. Como sea, ¿qué está pasando con Gadiel? —miró detrás de Sofía —. Habalndo de él, miren, ahora camina solo.

Todos voltearon a verlo. En efecto, Gadiel estaba solo.

—Ni sus amigos los quieren —continuó hablando antes de que Laura lo pellizcara.

—Me tengo que ir, pronto empezará la clase de dibujo y necesito llegar a tiempo —dijo Sofía. Se levantó de la mesa y se fue.

*Ring ring*

—Bien, necesito sus trabajos sobre el escritorio. Hoy haremos algunos ejercicios de escalas —informó Sebastian.

Todos los estudiantes entregaron sus trabajos y volvieron a sus asientos. Sofía estaba extrañada de que Gadiel no había llegado aún al salón. No pasaron más de cinco minutos cuando el chico tocó la puerta para entrar.

—Hey. Lo siento, tuve algunos problemas, ¿Sebastian dijo algo importante? —se sentó.

—Ya entregamos los trabajos pendientes. Haremos algunos ejercicios de escalas —contestó —. ¿Estás bien?

—Sí, no pasa nada.

—Hoy te vi solo durante el almuerzo.

—No tengo muchos amigo en estos momentos —fingió una sonrisa.

—Me tienes a mi —dijo la chica de forma muy seria.

—Tus amigos me odian.

—¡Gadiel y Sofía! —nombró Sebastian.

—¡Aquí! —dijeron ambos.

—¿Qué harás este fin de semana?—preguntó Gadiel.

Antes DeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora